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Josué 1 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Josué 1

I. CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA (1–12)Preparativos y paso del Jordán (1–5)

Orden de entrar en la tierra prometida

1 Una vez que murió Moisés, siervo del Señor, dijo el Señor a Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés:

2 —Moisés, mi siervo, ha muerto. Disponte, pues, a cruzar ese Jordán, con todo este pueblo, hacia la tierra que yo doy a los israelitas.

3 Les entrego a ustedes todo lugar donde pongan el pie, según prometí a Moisés.

4 El territorio de ustedes abarcará desde el desierto hasta el Líbano, y desde el río Grande, el Éufrates, hasta el mar Grande por el oeste (todo el país de los hititas).

5 Nadie te podrá hacer frente mientras vivas: lo mismo que estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.

6 Pórtate, pues, con fortaleza y valentía porque vas a ser tú quien darás a este pueblo la posesión de la tierra que juré dar a sus antepasados.

7 Esto es lo único que se te pide: que seas fuerte y valiente y cumplas toda la ley que te dio mi siervo Moisés. No te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda; así tendrás éxito en todo lo que emprendas.

8 Medita día y noche el libro de esta ley teniéndolo siempre en tus labios; si obras en todo conforme a lo que se prescribe en él, prosperarás y tendrás éxito en todo cuanto emprendas.

9 Te he mandado que seas fuerte y valiente. No tengas, pues, miedo ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.

Colaboración de las tribus de Transjordania

10 Josué dio a los funcionarios del pueblo la orden siguiente:

11 —Recorran el campamento y ordenen esto al pueblo: «Aprovisiónense convenientemente, porque dentro de tres días cruzarán ese Jordán, para ir a tomar posesión de la tierra que el Señor, su Dios, les da en propiedad».

12 A los de Rubén, a los de Gad y a la media tribu de Manasés les dijo:

13 —Acuérdense de lo que les mandó Moisés, siervo del Señor. El Señor, su Dios, les ha dado el descanso al entregarles esta tierra.

14 Sus mujeres, sus niños y sus rebaños se quedarán aquí en Transjordania, en el territorio que les ha dado Moisés. Pero ustedes pasarán en orden de batalla al frente de todos sus guerreros y ayudarán a sus hermanos,

15 hasta que el Señor conceda el descanso a sus hermanos igual que se lo ha concedido a ustedes, y también ellos tomen posesión de la tierra que el Señor, su Dios, les va a dar. Entonces ustedes regresarán al territorio de su propiedad, el que les dio Moisés, siervo del Señor, aquí al lado oriental del Jordán.

16 Ellos respondieron a Josué: —Haremos todo lo que nos has mandado; iremos adondequiera que nos envíes.

17 Del mismo modo que obedecimos en todo a Moisés, te obedeceremos a ti. Que el Señor, tu Dios, esté contigo como estuvo con Moisés.

18 El que se rebele contra ti y no obedezca tus órdenes, cualesquiera que sean, morirá. Tú, sé fuerte y valiente.

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Josué 1

Josué 1:1-4

1-4 Josué había servido a Moisés. Aquel que fue llamado a un honor, había estado mucho tiempo acostumbrado al trabajo. Nuestro Señor Jesús tomó sobre sí la forma de un siervo. Josué fue entrenado bajo mandato. Los más aptos para gobernar son aquellos que han aprendido a obedecer. La partida de hombres útiles debería estimular a los supervivientes a ser más diligentes en hacer el bien. Levántate, cruza el Jordán. En este lugar y en este momento, las orillas estaban desbordadas. Josué no tenía puente ni barcas, y sin embargo, debía creer que Dios, habiendo ordenado que el pueblo cruzara, abriría un camino.

Josué 1:5-9

5-9 Josué debe tomar la ley de Dios como su regla. Se le encarga meditar en ella día y noche, para que pueda comprenderla. Cualquiera que sean los asuntos de este mundo en los que tengamos que ocuparnos, no debemos descuidar la única cosa necesaria. Todas sus órdenes al pueblo y sus juicios deben ser conforme a la ley de Dios. Josué mismo debe estar bajo mandato; la dignidad o el dominio de nadie lo sitúa por encima de la ley de Dios. Debe animarse con la promesa y la presencia de Dios. No dejes que el sentido de tus propias debilidades te desanime; Dios es completamente suficiente. Te he mandado, llamado y comisionado para hacerlo, y me aseguraré de respaldarte en ello. Cuando estamos en el camino del deber, tenemos razones para ser fuertes y valientes. Nuestro Señor Jesús, al igual que Josué aquí, fue sostenido bajo sus sufrimientos por consideración a la voluntad de Dios y al mandato de su Padre.

Josué 1:10-15

10-15 Josué dice al pueblo: Pasaréis el Jordán y poseeréis la tierra, porque Dios se lo había dicho a él. Honramos la verdad de Dios cuando no vacilamos en la promesa de Dios. Las dos tribus y media debían pasar el Jordán con sus hermanos. Cuando Dios, por su providencia, nos ha dado descanso, debemos considerar qué servicio podemos hacer a nuestros hermanos.

Josué 1:16-18

16-18 El pueblo de Israel se compromete a obedecer a Josué; Todo lo que nos mandes hacer, lo haremos de buena gana, sin murmurar ni disputar, y adondequiera que nos envíes iremos. Lo mejor que podemos pedir a Dios por nuestros gobernantes es que tengan la presencia de Dios; eso los convertirá en bendiciones para nosotros, por lo que al buscar esto por ellos, consultamos nuestro propio interés. Que seamos capacitados para alistarnos bajo la bandera del Capitán de nuestra salvación, para obedecer sus mandamientos y librar la buena batalla de la fe, junto a todos los que confían en su nombre y aman su autoridad; porque aquel que se niega a obedecerlo debe ser destruido.


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La Palabra (versión hispanoamericana)

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Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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