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Salmos 122 - Comentario la Biblia del Diario Vivir

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Salmos 122

1 [Canción de las subidas. De David.] ¡Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la Casa de Yahvé!

2 ¡Finalmente pisan nuestros pies tus umbrales, Jerusalén!

3 Jerusalén, ciudad edificada toda en perfecta armonía,

4 adonde suben las tribus, las tribus de Yahvé, según costumbre en Israel, a dar gracias al nombre de Yahvé.

5 Allí están los tronos para el juicio, los tronos de la casa de David.

6 Invocad la paz sobre Jerusalén, vivan tranquilos los que te aman,

7 haya calma dentro de tus muros, que tus palacios estén en paz.

8 Por amor de mis hermanos y amigos quiero decir: ¡La paz contigo!

9 Por la Casa de Yahvé, nuestro Dios, pediré todo bien para ti.

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Salmos 122

122.1 Asistir a la casa de Dios puede ser un trabajo rutinario o una delicia. Para el salmista era una delicia. Como peregrino de una de las tres grandes fiestas religiosas, se regocijaba en alabar a Dios en su casa, junto a su pueblo. Quizás si hemos pecado o si se ha enfriado nuestro amor por Dios, la adoración nos resulte un trabajo rutinario. Pero si estamos cerca de El y disfrutamos de su presencia, necesitaremos adorarlo y alabarlo. La actitud hacia Dios determinará nuestro punto de vista en cuanto a la adoración.

122.5 Las "sillas del juicio" son las cortes de justicia en las puertas de la ciudad. En los tiempos bíblicos, los ancianos de una ciudad se sentaban para oír casos y administrar justicia en la puerta de la ciudad (Rth 4:1-2). A veces el mismo rey se sentaba allí para reunirse con sus súbditos y tomar decisiones legales (2Sa 19:8). También se llevaban a cabo discursos y profecías (Neh 8:1; Jer 17:19-20).

122.6-9 El salmista no oraba para su propia paz ni su prosperidad, sino por sus conciudadanos de Jerusalén. Esta es una oración de intercesión, una oración que se hace a favor de otros. Muy a menudo oramos por las necesidades y deseos nuestros cuando deberíamos interceder por los demás. ¿Intercederá hoy por alguien en necesidad?

122.6-9 La paz buscada en estos versículos es mucho más que la simple ausencia de conflictos. Sugiere también plenitud, salud, justicia, prosperidad y protección. El mundo no puede ofrecer esta paz. La verdadera paz proviene de la fe en Dios debido a que solo El personifica todas las características de la paz. Para encontrar la paz mental y la paz con otros, debe encontrar la paz de Dios.


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Biblia de Jerusalén 3ra Edición

Copyright © la Biblia de Jerusalén, editada por Descleé de Brower ©

Comentario la Biblia del Diario Vivir

Autor: Jack W. Hayford, Copyright 1997 © Editorial Grupo Nelson

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