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Salmos 119 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Salmos 119

1 Dichosos los que van por caminos perfectos,los que andan conforme a la ley del Señor.

2 Dichosos los que guardan sus estatutosy de todo corazón lo buscan.

3 Jamás hacen nada malo,sino que siguen los caminos de Dios.

4 Tú has establecido tus preceptos,para que se cumplan fielmente.

5 ¡Cuánto deseo afirmar mis caminospara cumplir tus decretos!

6 No tendré que pasar vergüenzascuando considere todos tus mandamientos.

7 Te alabaré con integridad de corazón,cuando aprenda tus justos juicios.

8 Tus decretos cumpliré;no me abandones del todo.

9 ¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra?Viviendo conforme a tu palabra.

10 Yo te busco con todo el corazón;no dejes que me desvíe de tus mandamientos.

11 En mi corazón atesoro tus dichospara no pecar contra ti.

12 ¡Bendito seas, Señor!¡Enséñame tus decretos!

13 Con mis labios he proclamadotodos los juicios que has emitido.

14 Me regocijo en el camino de tus estatutosmás que en todas las riquezas.

15 En tus preceptos medito,y pongo mis ojos en tus sendas.

16 En tus decretos hallo mi deleite,y jamás olvidaré tu palabra.

17 Trata con bondad a este siervo tuyo;así viviré y obedeceré tu palabra.

18 Ábreme los ojos, para que contemplelas maravillas de tu ley.

19 En esta tierra soy un extranjero;no escondas de mí tus mandamientos.

20 A toda hora siento un nudo en la gargantapor el deseo de conocer tus juicios.

21 Tú reprendes a los insolentes;¡malditos los que se apartan de tus mandamientos!

22 Aleja de mí el menosprecio y el desdén,pues yo cumplo tus estatutos.

23 Aun los poderosos se confabulan contra mí,pero este siervo tuyo medita en tus decretos.

24 Tus estatutos son mi deleite;son también mis consejeros.

25 Postrado estoy en el polvo;dame vida conforme a tu palabra.

26 Tú me respondiste cuando te hablé de mis caminos.¡Enséñame tus decretos!

27 Hazme entender el camino de tus preceptos,y meditaré en tus maravillas.

28 De angustia se me derrite el alma:susténtame conforme a tu palabra.

29 Manténme alejado de caminos torcidos;concédeme las bondades de tu ley.

30 He optado por el camino de la fidelidad,he escogido tus juicios.

31 Yo, Señor, me apego a tus estatutos;no me hagas pasar vergüenza.

32 Corro por el camino de tus mandamientos,porque has ampliado mi modo de pensar.

33 Enséñame, Señor, a seguir tus decretos,y los cumpliré hasta el fin.

34 Dame entendimiento para seguir tu ley,y la cumpliré de todo corazón.

35 Dirígeme por la senda de tus mandamientos,porque en ella encuentro mi solaz.

36 Inclina mi corazón hacia tus estatutosy no hacia las ganancias desmedidas.

37 Aparta mi vista de cosas vanas,dame vida conforme a tu palabra.

38 Confirma tu promesa a este siervo,como lo has hecho con los que te temen.

39 Líbrame del oprobio que me aterra,porque tus juicios son buenos.

40 ¡Yo amo tus preceptos!¡Dame vida conforme a tu justicia!

41 Envíame, Señor, tu gran amory tu salvación, conforme a tu promesa.

42 Así responderé a quien me desprecie,porque yo confío en tu palabra.

43 No me quites de la boca la palabra de verdad,pues en tus juicios he puesto mi esperanza.

44 Por toda la eternidadobedeceré fielmente tu ley.

45 Viviré con toda libertad,porque he buscado tus preceptos.

46 Hablaré de tus estatutos a los reyesy no seré avergonzado,

47 pues amo tus mandamientos,y en ellos me regocijo.

48 Yo amo tus mandamientos,y hacia ellos elevo mis manos;¡quiero meditar en tus decretos!

49 Acuérdate de la palabra que diste a este siervo tuyo,palabra con la que me infundiste esperanza.

50 Éste es mi consuelo en medio del dolor:que tu promesa me da vida.

51 Los insolentes me ofenden hasta el colmo,pero yo no me aparto de tu ley.

52 Me acuerdo, Señor, de tus juicios de antaño,y encuentro consuelo en ellos.

53 Me llenan de indignación los impíos,que han abandonado tu ley.

54 Tus decretos han sido mis cánticosen el lugar de mi destierro.

55 Señor, por la noche evoco tu nombre;¡quiero cumplir tu ley!

56 Lo que a mí me correspondees obedecer tus preceptos.

57 ¡Mi herencia eres tú, Señor!Prometo obedecer tus palabras.

58 De todo corazón busco tu rostro;compadécete de mí conforme a tu promesa.

59 Me he puesto a pensar en mis caminos,y he orientado mis pasos hacia tus estatutos.

60 Me doy prisa, no tardo nadapara cumplir tus mandamientos.

61 Aunque los lazos de los impíos me aprisionan,yo no me olvido de tu ley.

62 A medianoche me levanto a darte graciaspor tus rectos juicios.

63 Soy amigo de todos los que te honran,de todos los que observan tus preceptos.

64 Enséñame, Señor, tus decretos;¡la tierra está llena de tu gran amor!

65 Tú, Señor, tratas bien a tu siervo,conforme a tu palabra.

66 Impárteme conocimiento y buen juicio,pues yo creo en tus mandamientos.

67 Antes de sufrir anduve descarriado,pero ahora obedezco tu palabra.

68 Tú eres bueno, y haces el bien;enséñame tus decretos.

69 Aunque los insolentes me difaman,yo cumplo tus preceptos con todo el corazón.

70 El corazón de ellos es torpe e insensible,pero yo me regocijo en tu ley.

71 Me hizo bien haber sido afligido,porque así llegué a conocer tus decretos.

72 Para mí es más valiosa tu enseñanzaque millares de monedas de oro y plata.

73 Con tus manos me creaste, me diste forma.Dame entendimiento para aprender tus mandamientos.

74 Los que te honran se regocijan al verme,porque he puesto mi esperanza en tu palabra.

75 Señor, yo sé que tus juicios son justos,y que con justa razón me afliges.

76 Que sea tu gran amor mi consuelo,conforme a la promesa que hiciste a tu siervo.

77 Que venga tu compasión a darme vida,porque en tu ley me regocijo.

78 Sean avergonzados los insolentes que sin motivo me maltratan;yo, por mi parte, meditaré en tus preceptos.

79 Que se reconcilien conmigo los que te temen,los que conocen tus estatutos.

80 Sea mi corazón íntegro hacia tus decretos,para que yo no sea avergonzado.

81 Esperando tu salvación se me va la vida.En tu palabra he puesto mi esperanza.

82 Mis ojos se consumen esperando tu promesa,y digo: «¿Cuándo vendrás a consolarme?»

83 Parezco un odre ennegrecido por el humo,pero no me olvido de tus decretos.

84 ¿Cuánto más vivirá este siervo tuyo?¿Cuándo juzgarás a mis perseguidores?

85 Me han cavado trampas los insolentes,los que no viven conforme a tu ley.

86 Todos tus mandamientos son fidedignos;¡ayúdame!, pues falsos son mis perseguidores.

87 Por poco me borran de la tierra,pero yo no abandono tus preceptos.

88 Por tu gran amor, dame viday cumpliré tus estatutos.

89 Tu palabra, Señor, es eterna,y está firme en los cielos.

90 Tu fidelidad permanece para siempre;estableciste la tierra, y quedó firme.

91 Todo subsiste hoy, conforme a tus decretos,porque todo está a tu servicio.

92 Si tu ley no fuera mi regocijo,la aflicción habría acabado conmigo.

93 Jamás me olvidaré de tus preceptos,pues con ellos me has dado vida.

94 ¡Sálvame, pues te pertenezcoy escudriño tus preceptos!

95 Los impíos me acechan para destruirme,pero yo me esfuerzo por entender tus estatutos.

96 He visto que aun la perfección tiene sus límites;¡sólo tus mandamientos son infinitos!

97 ¡Cuánto amo yo tu ley!Todo el día medito en ella.

98 Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigosporque me pertenecen para siempre.

99 Tengo más discernimiento que todos mis maestrosporque medito en tus estatutos.

100 Tengo más entendimiento que los ancianosporque obedezco tus preceptos.

101 Aparto mis pies de toda mala sendapara cumplir con tu palabra.

102 No me desvío de tus juiciosporque tú mismo me instruyes.

103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!¡Son más dulces que la miel a mi boca!

104 De tus preceptos adquiero entendimiento;por eso aborrezco toda senda de mentira.

105 Tu palabra es una lámpara a mis pies;es una luz en mi sendero.

106 Hice un juramento, y lo he confirmado:que acataré tus rectos juicios.

107 Señor, es mucho lo que he sufrido;dame vida conforme a tu palabra.

108 Señor, acepta la ofrenda que brota de mis labios;enséñame tus juicios.

109 Mi vida pende de un hilo,pero no me olvido de tu ley.

110 Los impíos me han tendido una trampa,pero no me aparto de tus preceptos.

111 Tus estatutos son mi herencia permanente;son el regocijo de mi corazón.

112 Inclino mi corazón a cumplir tus decretospara siempre y hasta el fin.

113 Aborrezco a los hipócritas,pero amo tu ley.

114 Tú eres mi escondite y mi escudo;en tu palabra he puesto mi esperanza.

115 ¡Malhechores, apartaos de mí,que quiero cumplir los mandamientos de mi Dios!

116 Sosténme conforme a tu promesa, y viviré;no defraudes mis esperanzas.

117 Defiéndeme, y estaré a salvo;siempre optaré por tus decretos.

118 Tú rechazas a los que se desvían de tus decretos,porque sólo maquinan falsedades.

119 Tú desechas como escoria a los impíos de la tierra;por eso amo tus estatutos.

120 Mi cuerpo se estremece por el temor que me inspiras;siento reverencia por tus leyes.

121 Yo practico la justicia y el derecho;no me dejes en manos de mis opresores.

122 Garantiza el bienestar de tu siervo;que no me opriman los arrogantes.

123 Mis ojos se consumen esperando tu salvación,esperando que se cumpla tu justicia.

124 Trata a tu siervo conforme a tu gran amor;enséñame tus decretos.

125 Tu siervo soy: dame entendimientoy llegaré a conocer tus estatutos.

126 Señor, ya es tiempo de que actúes,pues tu ley está siendo quebrantada.

127 Sobre todas las cosas amo tus mandamientos,más que el oro, más que el oro refinado.

128 Por eso tomo en cuenta todos tus preceptosy aborrezco toda senda falsa.

129 Tus estatutos son maravillosos;por eso los obedezco.

130 La exposición de tus palabras nos da luz,y da entendimiento al sencillo.

131 Anhelante abro la bocaporque ansío tus mandamientos.

132 Vuélvete a mí, y ten compasióncomo haces siempre con los que aman tu nombre.

133 Guía mis pasos conforme a tu promesa;no dejes que me domine la iniquidad.

134 Líbrame de la opresión humana,pues quiero obedecer tus preceptos.

135 Haz brillar tu rostro sobre tu siervo;enséñame tus decretos.

136 Ríos de lágrimas brotan de mis ojos,porque tu ley no se obedece.

137 Señor, tú eres justo,y tus juicios son rectos.

138 Justos son los estatutos que has ordenado,y muy dignos de confianza.

139 Mi celo me consume,porque mis adversarios pasan por alto tus palabras.

140 Tus promesas han superado muchas pruebas,por eso tu siervo las ama.

141 Insignificante y menospreciable como soy,no me olvido de tus preceptos.

142 Tu justicia es siempre justa;tu ley es la verdad.

143 He caído en la angustia y la aflicción,pero tus mandamientos son mi regocijo.

144 Tus estatutos son siempre justos;dame entendimiento para poder vivir.

145 Con todo el corazón clamo a ti, Señor;respóndeme, y obedeceré tus decretos.

146 A ti clamo: «¡Sálvame!»Quiero cumplir tus estatutos.

147 Muy de mañana me levanto a pedir ayuda;en tus palabras he puesto mi esperanza.

148 En toda la noche pego ojo,para meditar en tu promesa.

149 Conforme a tu gran amor, escucha mi voz;conforme a tus juicios, Señor, dame vida.

150 Ya se acercan mis crueles perseguidores,pero andan muy lejos de tu ley.

151 Tú, Señor, también estás cerca,y todos tus mandamientos son verdad.

152 Desde hace mucho conozco tus estatutos,los cuales estableciste para siempre.

153 Considera mi aflicción, y líbrame,pues no me he olvidado de tu ley.

154 Defiende mi causa, rescátame;dame vida conforme a tu promesa.

155 La salvación está lejos de los impíos,porque ellos no buscan tus decretos.

156 Grande es, Señor, tu compasión;dame vida conforme a tus juicios.

157 Muchos son mis adversarios y mis perseguidores,pero yo no me aparto de tus estatutos.

158 Miro a esos renegados y me dan náuseas,porque no cumplen tus palabras.

159 Mira, Señor, cuánto amo tus preceptos;conforme a tu gran amor, dame vida.

160 La suma de tus palabras es la verdad;tus rectos juicios permanecen para siempre.

161 Gente poderosa me persigue sin motivo,pero mi corazón se asombra ante tu palabra.

162 Yo me regocijo en tu promesacomo quien halla un gran botín.

163 Aborrezco y repudio la falsedad,pero amo tu ley.

164 Siete veces al día te alabopor tus rectos juicios.

165 Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar,y nada los hace tropezar.

166 Yo, Señor, espero tu salvacióny practico tus mandamientos.

167 Con todo mi ser cumplo tus estatutos.¡Cuánto los amo!

168 Obedezco tus preceptos y tus estatutos,porque conoces todos mis caminos.

169 Que llegue mi clamor a tu presencia;dame entendimiento, Señor, conforme a tu palabra.

170 Que llegue a tu presencia mi súplica;líbrame, conforme a tu promesa.

171 Que rebosen mis labios de alabanza,porque tú me enseñas tus decretos.

172 Que entone mi lengua un cántico a tu palabra,pues todos tus mandamientos son justos.

173 Que acuda tu mano en mi ayuda,porque he escogido tus preceptos.

174 Yo, Señor, ansío tu salvación.Tu ley es mi regocijo.

175 Déjame vivir para alabarte;que vengan tus juicios a ayudarme.

176 Cual oveja perdida me he extraviado;ven en busca de tu siervo,porque no he olvidado tus mandamientos.

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Salmos 119

Salmo 119 - Introducción

* El alcance general y el diseño de este salmo es magnificar la ley divina y hacerla honorable. Hay diez palabras por las cuales se llama revelación divina en este salmo, y cada una expresa lo que Dios espera de nosotros y lo que podemos esperar de él. 1. la ley de Dios; esto es promulgado por él como nuestro Soberano. 2. Su camino; Esta es la regla de su providencia. 3. Sus testimonios; son solemnemente declarados al mundo. 4. Sus mandamientos; dado con autoridad. 5. Sus preceptos; No nos deja indiferentes. 6. Su palabra o dicho; Es la declaración de su mente. 7. Sus juicios; enmarcado en infinita sabiduría. 8. Su justicia; Es la regla y el estándar de lo que es correcto. 9. Sus estatutos; Siempre son vinculantes. 10. Su verdad o fidelidad; es verdad eterna, perdurará para siempre.

Salmo 119:1-8

1-8 Este salmo puede considerarse como la declaración de la experiencia de un creyente. En la medida en que nuestros puntos de vista, deseos y afectos concuerden con lo que aquí se expresa, provienen de las influencias del Espíritu Santo, y no más. La indulgente misericordia de Dios en Cristo, es la única fuente de la felicidad de un pecador. Y aquellos que son más felices, que se preservan más libres de la contaminación del pecado, que simplemente creen en los testimonios de Dios y dependen de sus promesas. Si el corazón se divide entre él y el mundo, es malo. Pero los santos cuidadosamente evitan todo pecado; son conscientes de mucho mal que los obstruye en los caminos de Dios, pero no de esa maldad que los saca de esos caminos. El tentador haría que los hombres pensaran que están fuera de ese camino. El tentador haría que los hombres pensaran que están en libertad de seguir la palabra de Dios o no, como les plazca. Pero el deseo y la oración de un buen hombre están de acuerdo con la voluntad y el mandato de Dios. Si un hombre espera por obediencia en una cosa comprar indulgencia por desobediencia en otras, se detectará su hipocresía; Si no está avergonzado en este mundo, la vergüenza eterna será su porción. El salmista codiciaba aprender las leyes de Dios, darle a Dios la gloria. Y los creyentes ven que si Dios los abandona, el temperamento será demasiado duro para ellos.

Salmo 119:9-16

9-16 A la corrupción original, todos han agregado el pecado real. La ruina de los jóvenes es vivir sin reglas, o elegir reglas falsas: déjelos caminar según las reglas de las Escrituras. Dudar de nuestra propia sabiduría y fortaleza, y depender de Dios, demuestra que el propósito de la santidad es sincero. La palabra de Dios es un tesoro que vale la pena guardar, y no hay forma de guardarlo salvo en nuestros corazones, para que podamos oponernos a los preceptos de Dios al dominio del pecado, sus promesas a sus atractivos y sus amenazas a su violencia. Que esta sea nuestra súplica con Él para que nos enseñe sus estatutos, que, siendo participantes de su santidad, también podamos participar de su bendición. Y aquellos cuyos corazones son alimentados con el pan de vida, deberían con sus labios alimentar a muchos. En el camino de los mandamientos de Dios están las riquezas inescrutables de Cristo. Pero no meditamos en los preceptos de Dios para un buen propósito, a menos que nuestros buenos pensamientos produzcan buenas obras. No solo pensaré en tus estatutos, sino que los haré con deleite. Y será bueno probar la sinceridad de nuestra obediencia rastreando la primavera de la misma; La realidad de nuestro amor por la alegría en los deberes designados.

Salmo 119:17-24

17-24 Si Dios trata en estricta justicia con nosotros, todos perecemos. Deberíamos pasar nuestras vidas a su servicio; encontraremos la verdadera vida al cumplir su palabra. Aquellos que verían las maravillas de la ley y el evangelio de Dios, deben rogarle que les dé entendimiento, a la luz de su Espíritu. Los creyentes se sienten extraños en la tierra; temen perderse en su camino y perder el consuelo al errar de los mandamientos de Dios. Toda alma santificada tiene hambre de la palabra de Dios, como alimento sin el cual no se puede vivir. Hay algo de orgullo en el fondo de cada pecado voluntario. Dios puede silenciar los labios mentirosos; el reproche y el desprecio pueden humillarnos y hacernos bien, y luego serán eliminados. ¿Encontramos que el peso de la cruz está por encima de lo que podemos soportar? El que lo soportó por nosotros nos permitirá soportarlo; sostenido por él, no podemos hundirnos. Es triste cuando quienes deben proteger a los inocentes son sus traidores. El salmista cumplió con su deber y encontró consuelo en la palabra de Dios. Las comodidades de la palabra de Dios son más agradables para un alma amable, cuando otras comodidades se hacen amargas; y aquellos que tendrían los testimonios de Dios como su deleite, deben ser aconsejados por ellos. Que el Señor nos dirija a ejercer el arrepentimiento del pecado y la fe en Cristo.

Salmo 119:25-32

25-32 Mientras las almas de los hijos de este mundo se unen a la tierra como su porción, los hijos de la luz están muy cargados, debido a los restos de afectos carnales en sus corazones. Es un consuelo indescriptible para un alma amable, pensar con qué ternura todas sus quejas son recibidas por un Dios amable. Podemos hablar de las maravillas del amor redentor, cuando entendemos el camino de los preceptos de Dios, y caminamos de esa manera. El penitente se derrite en pena por el pecado: incluso el espíritu paciente puede derretirse en el sentido de la aflicción, entonces es su interés derramar su alma ante Dios. La forma de mentir significa todas las formas falsas por las cuales los hombres se engañan a sí mismos y a otros, o son engañados por Satanás y sus instrumentos. Aquellos que conocen y aman la ley del Señor, desean conocerla más y amarla mejor. El camino de la piedad seria es el camino de la verdad; El único camino verdadero hacia la felicidad: siempre debemos tener una consideración real hacia ella. Aquellos que se adhieren a la palabra de Dios, pueden esperar y orar en fe por la aceptación con Dios. Señor, nunca me dejes hacer aquello por lo cual me avergonzaré a mí mismo, y no rechaces mis servicios. Los que van al cielo, aún deben seguir adelante. Dios, por su Espíritu, ensancha los corazones de su pueblo cuando les da sabiduría. El creyente ora para ser liberado del pecado.

Salmo 119:33-40

33-40 Enséñame tus estatutos, no las simples palabras, sino la forma de aplicarlas a mí mismo. Dios, por su Espíritu, da una comprensión correcta. Pero el Espíritu de revelación en la palabra no será suficiente, a menos que tengamos el Espíritu de sabiduría en el corazón. Dios pone su Espíritu dentro de nosotros, haciéndonos caminar en sus estatutos. El pecado contra el que se rezó aquí es la codicia. Aquellos que tendrían el amor de Dios arraigado en ellos, deben erradicar el amor del mundo; porque la amistad del mundo es enemistad con Dios. Avívame en tu camino; para redimir el tiempo y cumplir con su deber de espíritu vivo. Contemplar la vanidad nos amortigua y afloja nuestro ritmo; un viajero no debe estar mirando cada objeto que se presenta a su vista. Las promesas de la palabra de Dios se relacionan en gran medida con la preservación del verdadero creyente. Cuando Satanás ha atraído a un hijo de Dios a los cumplimientos mundanos, le reprochará las caídas a las que lo condujo. La victoria debe venir de la cruz de Cristo. Cuando disfrutamos de la dulzura de los preceptos de Dios, nos hará desear tener más conocimiento de ellos. Y donde Dios ha forjado la voluntad, trabajará para hacerlo.

Salmo 119:41-48

41-48 Señor, tengo por fe tus misericordias a la vista; permíteme por oración prevalecer para obtenerlos. Y cuando se complete la salvación de los santos, parecerá claramente que no fue en vano confiar en la palabra de Dios. Necesitamos orar para que nunca tengamos miedo o vergüenza de poseer las verdades y formas de Dios ante los hombres. Y el salmista resuelve guardar la ley de Dios, en un curso constante de obediencia, sin retroceder. El servicio del pecado es la esclavitud; El servicio de Dios es libertad. No hay felicidad plena, ni libertad perfecta, sino guardar la ley de Dios. Nunca debemos estar avergonzados o temerosos de ser dueños de nuestra religión. Cuanto más nos deleitamos en el servicio a Dios, más nos acercamos a la perfección. No solo consiente que su ley sea buena, sino que disfruta de ella como buena para nosotros. Permítanme presentar toda la fuerza que tengo para hacerlo. Algo de esta mente de Cristo está en cada verdadero discípulo.

Salmo 119:49-56

49-56 Aquellos que hacen de las promesas de Dios su porción, que con humilde valentía los hagan su súplica. El que por su Espíritu obra fe en nosotros, trabajará por nosotros. La palabra de Dios habla consuelo en la aflicción. Si, por gracia, nos hace santos, hay suficiente para hacernos fáciles, en todas las condiciones. Asegurémonos de que tenemos la ley divina para lo que creemos, y luego no permitamos que los burladores prevalezcan sobre nosotros para rechazarla. Los juicios de Dios sobre la antigua comodidad y el aliento, porque él sigue siendo el mismo. El pecado es horrible a los ojos de todos los que están santificados. Dentro de poco el creyente estará ausente del cuerpo y presente con el Señor. Mientras tanto, los estatutos del Señor proveen temas para elogios agradecidos. En la temporada de aflicción, y en las horas silenciosas de la noche, recuerda el nombre del Señor, y se conmueve para cumplir la ley. Todos los que han hecho de la religión lo primero, reconocerán que han sido ganadores indescriptibles.

Salmo 119:57-64

57-64 Los verdaderos creyentes toman al Señor por la porción de su herencia, y nada menos los satisfará. El salmista oró con todo su corazón, sabiendo cómo valorar la bendición por la que oró: deseaba la misericordia prometida y dependía de la promesa. Se apartó de los caminos y volvió a los testimonios de Dios. No se demoró. Le corresponde a los pecadores apresurarse a escapar; y el creyente se apresurará igualmente a glorificar a Dios. Ningún cuidado o pena debe quitar la palabra de Dios de nuestras mentes, o dificultar el consuelo que otorga. No hay ninguna situación en la tierra en la que un creyente no tenga motivos para estar agradecido. Sentirnos avergonzados de que otros estén más dispuestos a no dormir para pasar el tiempo en placeres pecaminosos que a alabar a Dios. Y debemos ser más sinceros en la oración, para que nuestros corazones se llenen de su misericordia, gracia y paz.

Salmo 119:65-72

65-72 Sin embargo, Dios nos ha tratado a nosotros, nos ha tratado a nosotros mejor de lo que merecemos; y todos enamorados y para nuestro bien. Muchos tienen conocimiento, pero poco juicio; los que tienen ambos, están fortificados contra las trampas de Satanás y equipados para el servicio de Dios. Somos más propensos a alejarnos de Dios, cuando somos fáciles en el mundo. Debemos dejar nuestras preocupaciones a disposición de Dios, ya que no sabemos lo que es bueno para nosotros. Señor, eres nuestro generoso Benefactor; Inclina nuestros corazones a la fe y la obediencia. El salmista continuará su deber con constancia y resolución. Los orgullosos están llenos del mundo, y su riqueza y placeres; estos los hacen sin sentido, seguros y estúpidos. Dios visita a su pueblo con aflicción, para que aprendan sus estatutos. No solo las promesas de Dios, sino incluso su ley, sus percepciones, aunque hombres difíciles de impíos, son deseables y rentables, porque nos conducen con seguridad y deleite a la vida eterna.

Salmo 119:73-80

73-80 Dios nos hizo para servirlo y disfrutarlo; pero por el pecado nos hemos hecho incapaces de servirlo y disfrutarlo. Por lo tanto, debemos suplicarle continuamente, por su Espíritu Santo, que nos dé entendimiento. Las comodidades que algunos tienen en Dios deben ser motivo de alegría para los demás. Pero es fácil reconocer que los juicios de Dios son correctos, hasta que se convierta en nuestro propio caso. Todos los apoyos bajo aflicción deben provenir de la misericordia y la compasión. Las misericordias de Dios son tiernas misericordias; las misericordias de un padre, la compasión de una madre con su hijo. Vienen a nosotros cuando no podemos ir a ellos. El reproche sin causa no duele, y no debe movernos. El salmista podría continuar en el camino de su deber y encontrar consuelo en él. Valoraba la buena voluntad de los santos y deseaba mantener su comunión con ellos. La solidez del corazón significa sinceridad en la dependencia de Dios y dedicación a él.

Salmo 119:81-88

81-88 El salmista buscaba la liberación de sus pecados, sus enemigos y sus temores. La esperanza diferida lo hizo desmayarse; sus ojos fallaron al buscar esta salvación esperada. Pero cuando los ojos fallan, la fe no debe hacerlo. Su aflicción fue grande. Se convirtió en una botella de cuero que, si se cuelga en el humo, se seca y se arruga. Siempre debemos tener en cuenta los estatutos de Dios. Los días del luto del creyente terminarán; son solo por un momento, comparados con la felicidad eterna. Sus enemigos usaron el arte y el poder para su ruina, en desprecio de la ley de Dios. Los mandamientos de Dios son guías verdaderos y fieles en el camino de la paz y la seguridad. Podemos esperar mejor la ayuda de Dios cuando, como nuestro Maestro, lo hacemos bien y sufrimos por ello. Los hombres malvados casi pueden consumir al creyente en la tierra, pero él preferiría abandonar todo antes que abandonar la palabra del Señor. Debemos depender de la gracia de Dios para tener la fuerza para hacer todo buen trabajo. La señal más segura de la buena voluntad de Dios hacia nosotros es su buena obra en nosotros.

Salmo 119:89-176

89-96 El establecimiento de la palabra de Dios en el cielo, se opone a los cambios y revoluciones de la tierra. Y los compromisos del pacto de Dios se establecen más firmemente que la tierra misma. Todas las criaturas responden a los fines de su creación: ¿el hombre, que solo está dotado de razón, será la única carga no rentable de la tierra? Podemos hacer de la Biblia un compañero agradable en cualquier momento. Pero la palabra, sin la gracia de Dios, no nos animaría. Vea la mejor ayuda para los malos recuerdos, a saber, buenos afectos; y aunque se pierdan las palabras exactas, si el significado permanece, está bien. Soy tuya, no mía, no del mundo; sálvame del pecado, sálvame de la ruina. El Señor mantendrá al hombre en paz, cuya mente está en él. Es la perfección pobre lo que uno ve y al final. Tales son todas las cosas en este mundo, que pasan por la perfección. La gloria del hombre no es sino como la flor de la hierba. El salmista había visto la plenitud de la palabra de Dios y su suficiencia. La palabra del Señor llega a todos los casos, a todos los tiempos. Nos sacará de toda confianza en el hombre, o en nuestra propia sabiduría, fortaleza y justicia. Así buscaremos consuelo y felicidad solo de Cristo.


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Biblia al Día (BAD)

Copyright © Editorial "Mundo Hispano" en 1989, inspirada en la versión americana "The Living Bible".

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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