Levítico 14 - Comentario Bíblico de Matthew HenryLevítico 141 El Señor le dijo a Moisés: 2 «Ésta es la ley que se aplicará para declarar pura a una persona infectada. Será presentada ante el sacerdote, 3 quien la examinará fuera del campamento. Si el sacerdote comprueba que la persona infectada se ha sanado de su enfermedad, 4 mandará traer para la purificación de esa persona dos aves vivas y puras, un pedazo de madera de cedro, un paño escarlata y una rama de hisopo. 5 Después el sacerdote mandará degollar la primera ave sobre una vasija de barro llena de agua de manantial. 6 Tomará la otra ave viva, la madera de cedro, el paño escarlata y la rama de hisopo, y mojará todo esto junto con el ave viva en la sangre del ave que fue degollada sobre el agua de manantial. 7 Luego rociará siete veces a quien va a ser purificado de la infección, y lo declarará puro. Entonces dejará libre a campo abierto al ave viva. 8 »El que se purifica deberá lavarse la ropa, afeitarse todo el pelo y bañarse. Así quedará puro. Después de esto podrá entrar en el campamento, pero se quedará fuera de su tienda durante siete días. 9 Al séptimo día se rapará por completo el cabello, la barba y las cejas; se lavará la ropa y se bañará. Así quedará puro. 10 »Al octavo día, el que se purifica deberá traer dos corderos sin defecto y una cordera de un año, también sin defecto; como ofrenda de cereal traerá seis kilos de flor de harina amasada con aceite, junto con un tercio de litro de aceite. 11 El sacerdote que oficia en la purificación presentará ante el Señor, a la entrada de la Tienda de reunión, al que se purifica, con sus ofrendas. 12 Después el sacerdote tomará uno de los corderos y, junto con el aceite, lo ofrecerá como sacrificio por la culpa. Lo mecerá ante el Señor, pues se trata de una ofrenda mecida. 13 Después degollará el cordero en el lugar santo, donde se degüellan las víctimas del sacrificio expiatorio y del holocausto, porque el sacrificio por la culpa, al igual que el sacrificio expiatorio, pertenecen al sacerdote. Se trata de algo suma 14 Luego tomará el sacerdote un poco de sangre del sacrificio por la culpa y la untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho del que se purifica. 15 El sacerdote tomará un poco de aceite y se lo echará en la palma de la mano izquierda. 16 Mojará el índice de la mano derecha en el aceite que tiene en la palma izquierda, y rociará el aceite siete veces ante el Señor. 17 Luego, del aceite que le quede en la mano, el sacerdote untará un poco en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho del que se purifica, sobre la sangre del sacrificio por la culpa. 18 El sacerdote derramará sobre la cabeza del que se purifica el aceite que le quede en la mano. De este modo celebrará ante el Señor el rito de propiciación por él. 19 A continuación, el sacerdote ofrecerá el sacrificio expiatorio, haciendo propiciación por el que se purifica de su impureza. Hecho esto, degollará la víctima del holocausto, 20 y la ofrecerá en el altar junto con la ofrenda de cereal. Así hará propiciación por él, y lo declarará puro. 21 »Si el que se purifica es pobre y no tiene para comprar lo requerido, tomará como sacrificio por la culpa un solo cordero, el cual será mecido para hacer propiciación por él. También llevará como ofrenda de cereal dos kilos de flor de harina am 22 junto con dos tórtolas o dos pichones de paloma, según lo que pueda pagar, uno como sacrificio expiatorio y otro como holocausto. 23 Al octavo día los llevará a la entrada de la Tienda de reunión, ante el sacerdote, para su purificación en presencia del Señor. 24 El sacerdote tomará el cordero del sacrificio por la culpa, junto con el aceite, y los mecerá ante el Señor, pues se trata de una ofrenda mecida. 25 Después degollará el cordero del sacrificio por la culpa, tomará un poco de sangre y la untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho del que se purifica. 26 El sacerdote se echará aceite en la palma de la mano izquierda, 27 y con el índice de la mano derecha lo rociará siete veces ante el Señor. 28 Luego, al que se purifica, el sacerdote le untará un poco del aceite que le quede en la mano. Se lo untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho, allí donde puso la sangre del sacri 29 El aceite que le quede en la mano lo untará el sacerdote en la cabeza del que se purifica, y así hará propiciación por él ante el Señor. 30 Luego ofrecerá las tórtolas o los pichones de paloma, según lo que pueda pagar el oferente, 31 uno como sacrificio expiatorio y otro como holocausto, junto con la ofrenda de cereal. Así hará el sacerdote propiciación ante el Señor en favor del que se purifica.» 32 Esta ley se aplicará a la persona que haya contraído una infección cutánea y no tenga para pagar las ofrendas regulares de su purificación. 33 El Señor les dijo a Moisés y a Aarón: 34 «Si al entrar vosotros en la tierra de Canaán, la cual os doy en propiedad, yo pongo moho infeccioso en alguna de vuestras casas, 35 el dueño de la casa deberá decirle al sacerdote: “En mi casa ha aparecido una especie de moho.” 36 Entonces el sacerdote, antes de entrar para examinar el moho, mandará que desocupen la casa para que no se contamine todo lo que haya en ella. Hecho esto, el sacerdote entrará a examinarla. 37 Si el moho de las paredes forma cavidades verduscas o rojizas que parezcan hundirse en la pared, 38 el sacerdote saldrá de la casa y la clausurará durante siete días. 39 Al séptimo día regresará y la examinará. Si el moho se ha extendido por las paredes de la casa, 40 mandará quitar las piedras mohosas y tirarlas fuera de la ciudad, en un lugar impuro. 41 También mandará raspar todo el interior de la casa, y el material raspado lo arrojará fuera de la ciudad, en un lugar impuro. 42 Después se repondrán las antiguas piedras con otras nuevas, y se resanará la casa con estuco nuevo. 43 »Si después de haber quitado las piedras infectadas y de haber raspado y resanado la casa, vuelve a aparecer el moho y se extiende por toda ella, 44 el sacerdote irá a examinarla. Si el moho se ha extendido por toda la casa, se trata de moho corrosivo. Por lo tanto, la casa es impura 45 y deberán demolerla y arrojar, en un lugar impuro fuera de la ciudad, las piedras, el maderamen y el estuco. 46 »Cualquiera que entre en la casa mientras esté clausurada quedará impuro hasta el anochecer, 47 y todo el que duerma o coma en dicha casa deberá lavarse la ropa. 48 »Si después de haber sido resanada la casa, el sacerdote la examina y el moho no se ha extendido, la declarará pura, porque la infección ha desaparecido. 49 »Para purificar la casa, el sacerdote deberá tomar dos aves, pedazos de madera de cedro, ramas de hisopo y un paño escarlata. 50 Degollará una de las aves sobre una vasija de barro llena de agua de manantial; 51 tomará la madera de cedro, las ramas de hisopo, el paño escarlata y la otra ave viva, y mojará todo esto en la sangre del ave degollada y en el agua de manantial. 52 Luego rociará la casa siete veces, y así la purificará con la sangre del ave, con el agua de manantial y con el ave viva, la madera de cedro, las ramas de hisopo y el paño escarlata. 53 Entonces soltará al ave viva a campo abierto. Así hará propiciación por la casa, y ésta quedará pura. 54 »Ésta es la ley respecto a cualquier tipo de infección cutánea o de tiña, 55 o de moho, ya sea en la ropa o en una casa, 56 o de inflamación, o erupción o mancha blancuzca 57 para así poder enseñar al pueblo cuándo algo es puro o impuro. Ésta es la ley respecto a las infecciones.» Levítico 14Levítico 14 - Introducción* De declarar que el leproso está limpio. (1-9) Los sacrificios que le ofrecerá. (10-32) La lepra en una casa. (33-53) Resumen de la ley sobre lepra. (54-57) Levítico 14:1-91-9 Los sacerdotes no podían limpiar a los leprosos; pero cuando el Señor eliminó la plaga, se observaron varias reglas al admitirlos nuevamente a las ordenanzas de Dios y la sociedad de su pueblo. Representan muchos deberes y ejercicios de los pecadores verdaderamente arrepentidos, y los deberes de los ministros que los respetan. Si aplicamos esto a la lepra espiritual del pecado, da a entender que cuando nos retiramos de aquellos que caminan desordenadamente, no debemos contarlos como enemigos, sino amonestarlos como hermanos. Y también que cuando Dios, por su gracia, ha llevado al arrepentimiento, deben ser recibidos con ternura, alegría y afecto sincero. Siempre se debe tener cuidado de no alentar a los pecadores, ni desanimar a los penitentes. Si se descubriera que la lepra fue sanada, el sacerdote debe declararla con las solemnidades particulares aquí descritas. Los dos pájaros, uno asesinado y el otro sumergido en la sangre del pájaro que fue asesinado, y luego soltado, pueden significar que Cristo derramó su sangre por los pecadores, y se levantó y ascendió al cielo. El sacerdote, habiendo declarado al leproso limpio de la enfermedad, debe limpiarse de todos los restos de la enfermedad. Por lo tanto, aquellos que se sienten cómodos con la remisión de sus pecados, deben con cuidado y precaución limpiarse de los pecados; porque todo aquel que tenga esta esperanza en él, se preocupará por purificarse. Levítico 14:10-3210-32 El leproso limpio debía ser presentado al Señor, con sus ofrendas. Cuando Dios nos ha restaurado para disfrutar nuevamente de la adoración pública, después de una enfermedad, distancia o de otra manera, debemos testificar nuestra acción de gracias por nuestro uso diligente de la libertad. Y tanto nosotros como nuestras ofrendas deben ser presentadas ante el Señor, por el Sacerdote que nos limpió, incluso nuestro Señor Jesús. Además de los ritos habituales de la ofrenda por la transgresión, se le pondría algo de sangre y algo de aceite sobre él para que se limpiara. Dondequiera que se aplique la sangre de Cristo para la justificación, el aceite del Espíritu se aplica para la santificación; Estos dos no se pueden separar. Tenemos aquí la graciosa disposición que la ley hizo para los leprosos pobres. Los pobres son tan bienvenidos al altar de Dios como los ricos. Pero aunque los pobres aceptaron un sacrificio más malo, la misma ceremonia se utilizó para los ricos; sus almas son tan preciosas, y Cristo y su evangelio son lo mismo para ambos. Incluso para el pobre cordero era necesario. Ningún pecador podría ser salvo, si no hubiera sido por el Cordero que fue inmolado, y que nos redimió a Dios con su sangre. Levítico 14:33-5333-53 La lepra en una casa es inexplicable para nosotros, así como la lepra en una prenda; pero ahora el pecado, donde reina en una casa, es una plaga allí, como lo es en un corazón. Los amos de las familias deben ser conscientes y temer la primera aparición del pecado en sus familias, y guardarlo, sea lo que sea. Si la lepra se introduce en la casa, se debe extraer la parte infectada. Si permanece en la casa, todo debe ser derribado. Es mejor que el propietario no tenga una vivienda que vivir en una casa infectada. La lepra del pecado arruina familias e iglesias. Así, el pecado está tan entretejido con el cuerpo humano, que debe ser derribado por la muerte. Levítico 14:54-5754-57 Cuando ese Dios que es rico en misericordia, por su gran amor con el que nos amó, incluso cuando estábamos muertos en pecados, nos ha vivificado por su gracia, Efesios 2:4; Efesios 2:5, manifestaremos el cambio arrepintiéndonos y abandonando los pecados anteriores. Sigamos después de la santidad, y compadamos a otros leprosos pobres, y deseamos, busquemos y oremos por su limpieza. |
Copyright © Editorial "Mundo Hispano" en 1989, inspirada en la versión americana "The Living Bible".
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit