Jeremías 33 - Comentario Bíblico de Matthew HenryJeremías 331 La palabra del Señor vino a Jeremías por segunda vez, cuando éste aún se hallaba preso en el patio de la guardia: 2 «Así dice aquel cuyo nombre es el Señor , el que hizo la tierra, y la formó y la estableció con firmeza: 3 “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.” 4 Porque así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y de los palacios de los reyes de Judá, que van a ser derribados para levantar defensas contra la espada y contra las rampas de asalto: 5 “Los babilonios vienen para atacar la ciudad y llenarla de cadáveres. En mi ira y furor he ocultado mi rostro de esta ciudad; la heriré de muerte a causa de todas sus maldades. 6 » ”Sin embargo, les daré salud y los curaré; los sanaré y haré que disfruten de abundante paz y seguridad. 7 Cambiaré la suerte de Judá y de Israel, y los reconstruiré como al principio. 8 Los purificaré de todas las iniquidades que cometieron contra mí; les perdonaré todos los pecados con que se rebelaron contra mí. 9 Jerusalén será para mí motivo de gozo, y de alabanza y de gloria a la vista de todas las naciones de la tierra. Se enterarán de todo el bien que yo le hago, y temerán y temblarán por todo el bienestar y toda la paz que yo le ofrezco.” 10 Así dice el Señor: “Vosotros decís que este lugar está en ruinas, sin gente ni animales. Sin embargo, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están desoladas y sin gente ni animales, se oirá de nuevo 11 el grito de gozo y alegría, el canto del novio y de la novia, y la voz de los que traen a la casa del Señor ofrendas de acción de gracias y cantan:» ”‘Dad gracias al Señor Todopoderoso,porque el Señor es bueno,porque su amor es eterno.’Yo cambi 12 Así dice el Señor Todopoderoso: “En este lugar que está en ruinas, sin gente ni animales, y en todas sus ciudades, de nuevo habrá pastos en donde los pastores harán descansar a sus rebaños. 13 En las ciudades de la región montañosa, de la llanura, y del Néguev, en el territorio de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá, las ovejas volverán a ser contadas por los pastores —dice el Señor—. 14 » ”Llegarán días —afirma el Señor—, en que cumpliré la promesa de bendición que hice al pueblo de Israel y a la tribu de Judá. 15 » ”En aquellos días, y en aquel tiempo,haré que brote de David un renuevo justo,y él practicará la justicia y el derecho en el país. 16 En aquellos días Judá estará a salvo,y Jerusalén morará segura.Y será llamada así:Él Señor es nuestra justicia.’ ” 17 Porque así dice el Señor: “Nunca le faltará a David un descendiente que ocupe el trono del pueblo de Israel. 18 Tampoco a los sacerdotes levitas les faltará un descendiente que en mi presencia ofrezca holocausto, queme ofrendas de grano, y presente sacrificios todos los días.” » 19 La palabra del Señor vino a Jeremías: 20 «Así dice el Señor: “Si vosotros pudierais romper mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de modo que el día y la noche no llegaran a su debido tiempo, 21 también podríais romper mi pacto con mi siervo David, que no tendría un sucesor que ocupara su trono, y con los sacerdotes levitas, que son mis ministros. 22 Yo multiplicaré la descendencia de mi siervo David, y la de los levitas, mis ministros, como las incontables estrellas del cielo y los granos de arena del mar.” » 23 La palabra del Señor vino a Jeremías: 24 «¿No te has dado cuenta de que esta gente afirma que yo, el Señor, he rechazado a los dos reinos que había escogido? Con esto desprecian a mi pueblo, y ya no lo consideran una nación. 25 Así dice el Señor: “Si yo no hubiera establecido mi pacto con el día ni con la noche, ni hubiera fijado las leyes que rigen el cielo y la tierra, 26 entonces habría rechazado a los descendientes de Jacob y de mi siervo David, y no habría escogido a uno de su estirpe para gobernar sobre la descendencia de Abraham, Isaac y Jacob. ¡Pero yo cambiaré su suerte y tendré compasión de ellos!” » Jeremías 33Jeremias 33 - Introducción* La restauración de los judíos. (1-13) El Mesías prometió; La felicidad de su tiempo. (14-26) Jeremias 33:1-131-13 Aquellos que esperan recibir consuelos de Dios, deben invocarlo. Se hacen promesas, no para eliminar, sino para acelerar y alentar la oración. Estas promesas nos llevan al evangelio de Cristo; y en eso Dios ha revelado la verdad para dirigirnos, y la paz para facilitarnos. Todos los que al santificar la gracia se limpian de la inmundicia del pecado, al perdonar la misericordia, se liberan de la culpa. Cuando los pecadores son justificados, lavados y santificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu Santo, están capacitados para caminar delante de Dios en paz y pureza. Muchos son llevados a percibir la verdadera diferencia entre el pueblo de Dios y el mundo que los rodea, y a temer la ira divina. Se promete que las personas que sufrieron mucho dolor volverán a estar llenas de alegría. Donde el Señor da justicia y paz, dará todos los suministros necesarios para las necesidades temporales; y todo lo que tenemos será consuelo, como lo santifica la palabra y la oración. Jeremias 33:14-2614-26 Para coronar las bendiciones que Dios tiene reservadas, aquí hay una promesa del Mesías. Él imparte justicia a su iglesia, porque él está hecho de Dios para nosotros justicia; y los creyentes son hechos justicia de Dios en él. Cristo es nuestro Señor Dios, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra redención. Su reino es un reino eterno. Pero en este mundo la prosperidad y la adversidad se suceden, como la luz y la oscuridad, día y noche. El pacto del sacerdocio será asegurado. Y todos los verdaderos creyentes son un sacerdocio sagrado, un sacerdocio real, ofrecen sacrificios espirituales, aceptables para Dios; ellos mismos, en primer lugar, como sacrificios vivos. Las promesas de ese pacto tendrán pleno cumplimiento en el evangelio de Israel. En Gálatas 6:16, todos los que caminan de acuerdo con la regla del evangelio, son hechos para ser el Israel de Dios, en quien habrá paz y misericordia. No despreciemos a las familias que fueron de antaño el pueblo escogido de Dios, aunque por un tiempo parezcan rechazadas. |
Copyright © Editorial "Mundo Hispano" en 1989, inspirada en la versión americana "The Living Bible".
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit