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Ezequiel 20 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Ezequiel 20

1 El día diez del mes quinto del año séptimo, unos jefes de Israel vinieron a consultar al Señor, y se sentaron frente a mí.

2 Allí el Señor me habló diciendo:

3 «Hijo de hombre, habla con los jefes de Israel y adviérteles que yo, el Señor omnipotente, digo: “¿Así que vosotros venís a consultarme? ¡Pues juro por mí mismo que no dejaré que me consultéis! Lo afirmo yo, el Señor omnipotente.”

4 »¡Júzgalos tú, hijo de hombre; júzgalos tú! Hazles ver las repugnantes prácticas de sus antepasados.

5 Adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “El día en que elegí a Israel, con la mano en alto le hice un juramento a la descendencia de Jacob. El día en que me di a conocer a ellos en Egipto, volví a hacerles este juramento: ‘Yo soy el Seño

6 En aquel día, con la mano en alto les juré que los sacaría de Egipto y los llevaría a una tierra que yo mismo había explorado. Es una tierra donde abundan la leche y la miel, ¡la más hermosa de todas!

7 A cada uno de ellos le ordené que arrojara sus ídolos detestables, con los que estaba obsesionado, y que no se contaminara con los malolientes ídolos de Egipto; porque yo soy el Señor su Dios.

8 » ”Sin embargo, ellos se rebelaron contra mí, y me desobedecieron. No arrojaron los ídolos con que estaban obsesionados, ni abandonaron los ídolos de Egipto. Por eso, cuando estaban en Egipto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ello

9 Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones entre las cuales vivían los israelitas. Porque al sacar a los israelitas de Egipto yo me di a conocer a ellos en presencia de las naciones.

10 » ”Yo los saqué de Egipto y los llevé al desierto.

11 Les di mis decretos, y les hice conocer mis leyes, que son vida para quienes los obedecen.

12 También les di mis sábados como una señal entre ellos y yo, para que reconocieran que yo, el Señor, he consagrado los sábados para mí.

13 Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; desobedeció mis decretos y rechazó mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. ¡Hasta el colmo profanaron mis sábados! Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé descargar

14 Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto.

15 » ”También con la mano en alto, en el desierto les juré que no los llevaría a la tierra que les había dado, ¡la tierra más hermosa de todas, donde abundan la leche y la miel!

16 Rechazaron mis leyes, desobedecieron mis decretos y profanaron mis sábados, ¡y todo esto lo hicieron por haber andado tras esos ídolos malolientes!

17 Sin embargo, tuve compasión de ellos, y en el desierto no los destruí ni los exterminé.

18 » ”Allí en el desierto les dije a sus descendientes: ‘No sigéis los preceptos de vuestros padres; no obedescáis sus leyes ni os contaminéis con sus ídolos malolientes.

19 Yo soy el Señor vuestro Dios. Seguid mis decretos, obedeced mis leyes

20 y observad mis sábados como días consagrados a mí, como señal entre vosotros y yo, para que reconozcáis que yo soy el Señor vuestro Dios.’

21 » ”Sin embargo, los israelitas se rebelaron contra mí. No siguieron mis decretos y no obedecieron mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. Además, profanaron mis sábados. Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé agotar mi furor

22 Pero me contuve en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto.

23 También con la mano en alto les juré en el desierto que los dispersaría entre las naciones. Los esparciría entre los países

24 porque, obsesionados como estaban con los ídolos malolientes de sus antepasados, desobedecieron mis leyes, rechazaron mis decretos y profanaron mis sábados.

25 ¡Hasta les di decretos que no eran buenos y leyes que no daban vida!

26 Los contaminé con sus propias ofrendas, dejándolos ofrecer en sacrificio a sus primogénitos, para horrorizarlos y hacerles reconocer que yo soy el Señor.”

27 »Por tanto, hijo de hombre, habla con el pueblo de Israel y adviértele que yo, el Señor omnipotente, digo: “En esto también me ofendieron tus antepasados y me trataron con absoluta infidelidad:

28 Cuando los hice entrar en la tierra que con la mano en alto había jurado darles, cualquier cerro o árbol frondoso que veían les venía bien para hacer sacrificios y presentarme esas ofrendas que tanto me ofenden. Allí quemaban incienso y derram

29 Y les pregunté: ‘¿Qué significa ese santuario pagano que tanto frecuentáis?’ Y hasta el día de hoy ese lugar de culto idolátrico se conoce como ‘santuario pagano’.”

30 »Por tanto, adviértele al pueblo de Israel que así dice el Señor omnipotente: “¿Os contaminaréis vosotros de la misma forma que vuestros antepasados, y os prostituiréis con sus ídolos detestables?

31 Hasta el día de hoy, os contamináis al hacer vuestras ofrendas y al sacrificar a vuestros hijos, pasándolos por fuego en honor a los ídolos malolientes. ¿Y ahora, israelitas, venís a consultarme? Juro por mí mismo que no dejaré que me consulté

32 Jamás sucederá lo que tenéis en mente: ‘Queremos ser como las otras naciones, como los pueblos del mundo, que adoran al palo y a la piedra.’

33 Yo, el Señor omnipotente, juro por mí mismo que reinaré sobre vosotros con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible.

34 Os sacaré de las naciones y de los pueblos por donde estabais esparcidos, y os reuniré con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible.

35 Os llevaré al desierto que está entre las naciones, y allí os juzgaré cara a cara.

36 Así como juzgué a vuestros antepasados en el desierto de Egipto, también os juzgaré a vosotros. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo.

37 Así como el pastor selecciona sus ovejas, también yo os haré pasar bajo mi vara y os seleccionaré para que forméis parte de la alianza.

38 Apartaré a los rebeldes, a los que se rebelan contra mí, y los sacaré del país donde ahora viven como extranjeros, pero no entrarán en la tierra de Israel. Entonces reconoceréis que yo soy el Señor.

39 » ”En cuanto a vosotros, pueblo de Israel, así dice el Señor omnipotente: Si no queréis obedecerme, ¡id y adorad a vuestros ídolos malolientes! Pero no sigáis profanando mi santo nombre con vuestras ofrendas y vuestros ídolos apestosos.

40 Porque en mi monte santo, el monte elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que habitan en el país. Yo, el Señor, lo afirmo. Allí los recibiré, y exigiré vuestras ofrendas y vuestras primicias, junto con todo lo que qu

41 Cuando yo os saque y os reúna de todas las naciones y pueblos donde estéis esparcidos, en presencia de las naciones os recibiré como incienso agradable y os manifestaré mi santidad.

42 Y cuando yo os lleve a la tierra de Israel, al país que con la mano en alto había jurado a vuestros antepasados que les daría, entonces reconoceréis que yo soy el Señor.

43 Allí os acordaréis de vuestra conducta y de todas vuestras acciones con las que os contaminasteis, y sentiréis asco de vosotros mismos por todas las maldades que cometisteis.

44 Pueblo de Israel, cuando yo actúe a vuestro favor, por honor a mi nombre y no según vuestra mala conducta y vuestras obras corruptas, entonces reconoceréis que yo soy el Señor. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo.” »

45 El Señor me habló diciendo:

46 «Hijo de hombre, mira hacia el sur y en esa dirección profetiza contra el bosque del Néguev.

47 Dile: “Escucha, bosque del Néguev, la palabra del Señor. Así dice el Señor omnipotente: Én medio de ti voy a prender un fuego que devorará todos los árboles, tanto los secos como los verdes. Este incendio no se podrá apagar, y quemará toda la

48 Todos los mortales verán que yo, el Señor, lo he encendido, y no podrá apagarse.’ ” »

49 Entonces yo exclamé: «¡Ay, Señor omnipotente, todo el mundo anda diciendo que soy un charlatán!»

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Ezequiel 20

Ezequiel 20 - Introducción

* A los ancianos de Israel se les recuerda la idolatría en Egipto. (1-9) en el desierto. (10-26) en Canaán. (27-32) Dios promete perdonarlos y restaurarlos. (33-44) Profecía contra Jerusalén. (45-49) Ezequiel 20:1; Ezequiel 20:32. Dios está justamente enojado con aquellos que están decididos a continuar aún en sus delitos. Haz que la gente conozca las malas acciones de sus padres, para que puedan ver cuán justo fue con Dios cortarlos.

Ezequiel 20:10-26

10-26. La historia de Israel en el desierto se menciona en el Nuevo Testamento, así como en el Antiguo, como advertencia. Dios hizo grandes cosas por ellos. Él les dio la ley y revivió la antigua observancia del día de reposo. Los sábados son privilegios; son signos de que somos su pueblo. Si cumplimos con el deber del día, encontraremos, para nuestra comodidad, que es el Señor quien nos hace santos, es decir, verdaderamente felices aquí; y nos prepara para ser felices, es decir, perfectamente santos, de aquí en adelante. Los israelitas se rebelaron y se dejaron a los juicios que trajeron sobre sí mismos. Dios a veces hace que el pecado sea su propio castigo, sin embargo, él no es el Autor del pecado: no necesita más hacer que los hombres se sientan miserables, sino entregarlos a sus propios malos deseos y pasiones.

Ezequiel 20:27-32

27-32 Los judíos persistieron en la rebelión después de establecerse en la tierra de Canaán. Y estos ancianos parecen haber pensado unirse con los paganos. Nuestra profesión no hace nada si no es más que una profesión. No hay nada obtenido por cumplimientos pecaminosos; y los proyectos carnales de los hipócritas no les servirán de nada.

Ezequiel 20:33-44

33-44 Los malvados israelitas, a pesar de que siguen los caminos pecaminosos de otras naciones, no se mezclarán con ellos en su prosperidad, sino que serán separados de ellos para su destrucción. No hay sacudida del dominio de Dios; y aquellos que no cederán al poder de su gracia, se hundirán bajo el poder de su ira. Pero ninguna de las joyas de Dios se perderá en la madera de este mundo. Traerá de nuevo a los judíos a la tierra de Israel; y les dará verdadero arrepentimiento. Serán vencidos con su amabilidad: cuanto más sepamos de la santidad de Dios, más veremos la naturaleza odiosa del pecado. Los que no se ven afectados en medio de los medios de gracia, y vivirían sin Cristo, como el mundo que los rodea, pueden estar seguros de que es el camino a la destrucción.

Ezequiel 20:45-49

45-49 Judá y Jerusalén habían estado llenas de gente, como un bosque de árboles, pero sin frutos. La palabra de Dios profetiza contra aquellos que no producen los frutos de la justicia. Cuando arruinará una nación, ¿quién o qué puede salvarla? Las verdades más claras eran como parábolas para la gente. Es común que aquellos que no se verán forzados por la palabra la culpen.


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Biblia al Día (BAD)

Copyright © Editorial "Mundo Hispano" en 1989, inspirada en la versión americana "The Living Bible".

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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