Deuteronomio 3 - Comentario Bíblico de Matthew HenryDeuteronomio 31 »Cuando tomamos la ruta hacia Basán, el rey Og, que gobernaba ese país, nos salió al encuentro en Edrey. Iba acompañado de todo su ejército, dispuesto a pelear. 2 Pero el Señor me dijo: “No le tengáis miedo, porque os lo he entregado a vosotros, con todo su ejército y su territorio. Haced con él lo que hicistéis con Sijón, rey de los amorreos, que reinaba en Hesbón.” 3 »Y así sucedió. El Señor nuestro Dios también entregó en nuestras manos al rey de Basán y a todo su ejército. Los derrotamos, y nadie vivió para contarlo. 4 En aquella ocasión conquistamos todas sus ciudades. Nos apoderamos de las sesenta ciudades que se encontraban en la región de Argob, del reino de Og en Basán. 5 Todas esas ciudades estaban fortificadas con altos muros, y con portones y barras, sin contar las muchas aldeas no amuralladas. 6 Tal como hicimos con Sijón, rey de Hesbón, destruimos por completo las ciudades con sus varones, mujeres y niños, 7 pero nos quedamos con todo el ganado y el botín de sus ciudades. 8 »Fue así como en aquella ocasión nos apoderamos del territorio de esos dos reyes amorreos, es decir, de toda la porción al este del Jordán, desde el arroyo Arnón hasta el monte Hermón, 9 al que los sidonios llaman Sirión y los amorreos Senir. 10 También nos apoderamos de todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y todo Basán, hasta Salcá y Edrey, ciudades del reino de Og en Basán. 11 Por cierto, el rey Og de Basán fue el último de los gigantes. Su cama era de hierro y medía cuatro metros y medio de largo por dos de ancho. Todavía se puede verla en Rabá de los amonitas. 12 ”Úna vez que nos apoderamos de esa tierra, a los rubenitas y a los gaditas les entregué el territorio que está al norte de Aroer y junto al arroyo Arnón, y también la mitad de la región montañosa de Galaad con sus ciudades. 13 El resto de Galaad y todo el reino de Og, es decir, Basán, se los entregué a la media tribu de Manasés.»Ahora bien, a toda la región de Argob en Basán se le conoce como tierra de gigantes. 14 Yaír, uno de los descendientes de Manasés, se apoderó de toda la región de Argob hasta la frontera de los guesureos y los macateos, y a esa región de Basán le puso su propio nombre, llamándola Javot Yaír, nombre que retiene hasta el día de hoy. 15 A Maquir le entregué Galaad, 16 y a los rubenitas y a los gaditas les entregué el territorio que se extiende desde Galaad hasta el centro del arroyo Arnón, y hasta el río Jaboc, que marca la frontera de los amonitas. 17 Su frontera occidental era el Jordán en el Arabá, desde el lago Quinéret hasta el mar del Arabá, que es el Mar Muerto, en las laderas del monte Pisgá. 18 »En aquel tiempo os di esta orden: “El Señor vuestro Dios os ha dado posesión de esta tierra. Vosotros, los hombres fuertes y guerreros, pasad al otro lado al frente de vuestros hermanos israelitas. 19 En las ciudades que os he entregado permanecerán solamente vuestras mujeres, vuestros niños y el mucho ganado que yo sé que vosotros tenéis. 20 No podréis volver al territorio que os he entregado hasta que el Señor haya dado reposo a vuestros hermanos, como os lo ha dado a vosotros, y hasta que ellos hayan tomado posesión de la tierra que el Señor vuestro Dios les entregará al otro lad 21 »En aquel tiempo le ordené a Josué: “Con tus propios ojos has visto todo lo que vuestro Señor y Dios ha hecho con esos dos reyes. Y lo mismo hará con todos los reinos por donde vas a pasar. 22 No les tengas miedo, que el Señor tu Dios pelea por ti.” 23 »En aquella ocasión le supliqué al Señor: 24 “Tú, Señor y Dios, has comenzado a mostrarle a tu siervo tu grandeza y tu poder; pues ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las obras y los prodigios que tú realizas? 25 Déjame pasar y ver la buena tierra al otro lado del Jordán, esa hermosa región montañosa y el Líbano.” 26 Pero por vuestra causa el Señor se enojó conmigo y no me escuchó, sino que me dijo: “¡Basta ya! No me hables más de este asunto. 27 Sube hasta la cumbre del Pisgá y mira al norte, al sur, al este y al oeste. Contempla la tierra con tus propios ojos, porque no vas a cruzar este río Jordán. 28 Dale a Josué las debidas instrucciones; anímalo y fortalécelo, porque será él quien pasará al frente de este pueblo y quien les dará en posesión la tierra que vas a ver.” 29 »Y permanecimos en el valle, frente a Bet Peor. Deuteronomio 3Deuteronomio 3 - Introducción* La conquista de Og, rey de Basán. (1-11) La tierra de Galaad y Basán. (12-20) Moisés alienta a Josué. (21-29) # 1-11 Og era muy poderoso, pero no tomó la advertencia por la ruina de Sihon, y no deseaba condiciones de paz. Confió en su propia fuerza, y por eso se endureció hasta su destrucción. Aquellos que no son despertados por los juicios de Dios sobre los demás, maduran por los mismos juicios sobre sí mismos. Deuteronomio 3:12-2012-20 Este país se estableció en los rubenitas, gaditas y la mitad de la tribu de Manasés: ver Deuteronomio 3:32. Moisés repite la condición de la concesión a la que acordaron. Cuando estemos en reposo, deberíamos desear ver a nuestros hermanos en reposo también, y deberíamos estar listos para hacer lo que podamos para lograrlo; porque no nacimos para nosotros mismos, sino que somos miembros unos de otros. Deuteronomio 3:21-2921-29 Moisés animó a Josué, quien lo sucedería. Por lo tanto, los ancianos y experimentados en el servicio de Dios deben hacer todo lo posible para fortalecer las manos de aquellos que son jóvenes y se establecen en la religión. Considere lo que Dios ha hecho, lo que Dios ha prometido. Si Dios es para nosotros, ¿quién puede estar en contra de nosotros para prevalecer? Le reprochamos a nuestro Líder si lo seguimos temblando. Moisés oró para que, si fuera la voluntad de Dios, él pudiera ir antes de Israel, sobre el Jordán a Canaán. Nunca debemos permitir deseos en nuestros corazones, que no podemos ofrecer por fe a Dios por medio de la oración. La respuesta de Dios a esta oración tenía una mezcla de misericordia y juicio. Dios ve que es bueno negar muchas cosas que deseamos. Puede que acepte nuestras oraciones, pero no nos conceda las mismas cosas por las que oramos. Si Dios no nos da por su providencia lo que deseamos, sin embargo, si por su gracia nos hace contentarnos, es casi lo mismo. Te basta tener a Dios para tu Padre, y el cielo para tu porción, aunque no tienes todo lo que tendrías en el mundo. Dios le prometió a Moisés ver a Canaán desde lo alto de Pisga. Aunque no debería poseerlo, debería tener la posibilidad de hacerlo. Incluso los grandes creyentes, en este estado actual, ven el cielo pero a distancia. Dios le proporcionó un sucesor. Es un consuelo para los amigos de la iglesia de Cristo, ver que la obra de Dios probablemente sea realizada por otros, cuando están en silencio en el polvo. Y si tenemos el fervor y la perspectiva del cielo, que nos baste; sometámonos a la voluntad del Señor, y no le hablemos más de asuntos que él considera buenos rechazarnos. |
Copyright © Editorial "Mundo Hispano" en 1989, inspirada en la versión americana "The Living Bible".
Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit