x

Biblia Todo Logo
idiomas
Bibliatodo Comentarios





«

2 Timoteo 1 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

×

2 Timoteo 1

1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, según la promesa de vida que tenemos en Cristo Jesús,

2 a mi querido hijo Timoteo:Que Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te concedan gracia, misericordia y paz.

3 Al recordarte de día y de noche en mis oraciones, siempre doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia limpia como lo hicieron mis antepasados.

4 Y al acordarme de tus lágrimas, anhelo verte para llenarme de alegría.

5 Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida y a tu madre Eunice, y ahora te anima a ti. De eso estoy convencido.

6 Por eso te recomiendo que avives la llama del don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos.

7 Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.

8 Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por su causa estoy prisionero. Al contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el evangelio.

9 Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo;

10 y ahora lo ha revelado con la venida de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio.

11 De este evangelio he sido yo designado heraldo, apóstol y maestro.

12 Por ese motivo padezco estos sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado.

13 Con fe y amor en Cristo Jesús, sigue el ejemplo de la sana doctrina que aprendiste de mí.

14 Con el poder del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida la preciosa enseñanza que se te ha confiado.

15 Ya sabes que todos los de la provincia de Asia me han abandonado, incluso Figelo y Hermógenes.

16 Que el Señor le conceda misericordia a la familia de Onesíforo, porque muchas veces me dio ánimo y no se avergonzó de mis cadenas.

17 Al contrario, cuando estuvo en Roma me buscó sin descanso hasta encontrarme.

18 Que el Señor le conceda hallar misericordia divina en aquel día. Tú conoces muy bien los muchos servicios que me prestó en Éfeso.

×

2 Timoteo 1

2 Timoteo 1:1-5

1-5 La promesa de la vida eterna a los creyentes en Cristo Jesús, es el tema principal de los ministros que se emplean según la voluntad de Dios. Las bendiciones aquí nombradas, son lo mejor que podemos pedir para nuestros amados amigos, para que tengan paz con Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor. Cualquier bien que hagamos, Dios debe tener la gloria. Los verdaderos creyentes tienen en todas las épocas la misma religión en cuanto al fondo. Su fe no es fingida; resistirá la prueba, y habita en ellos como un principio vivo. Así, las mujeres piadosas pueden alentarse con el éxito de Loida y Eunice con Timoteo, quien resultó ser un ministro tan excelente y útil. Algunos de los ministros más dignos y valiosos con los que la iglesia de Cristo ha sido favorecida, han tenido que bendecir a Dios por las impresiones religiosas tempranas que se hicieron en sus mentes por la enseñanza de sus madres u otras parientes femeninas.

2 Timoteo 1:6-14

6-14 Dios no nos ha dado el espíritu de temor, sino el espíritu de poder, de valor y resolución, para enfrentar las dificultades y los peligros; el espíritu de amor a él, que nos llevará a través de la oposición. Y el espíritu de una mente sana, la tranquilidad de espíritu. El Espíritu Santo no es el autor de una disposición tímida o cobarde, ni de temores serviles. Es probable que soportemos bien las aflicciones, cuando tenemos la fuerza y el poder de Dios que nos permite soportarlas. Como es habitual en Pablo, cuando menciona a Cristo y su redención, se extiende sobre ellos; tan lleno estaba de lo que es toda nuestra salvación, y debería ser todo nuestro deseo. El llamado del evangelio es un llamado santo, que hace santo. La salvación es de gracia gratuita. Se dice que nos fue dada antes del comienzo del mundo, es decir, en el propósito de Dios desde toda la eternidad; en Cristo Jesús, porque todos los dones que vienen de Dios al hombre pecador, vienen en y por Cristo Jesús solamente. Y como hay una perspectiva tan clara de felicidad eterna por la fe en Él, que es la Resurrección y la Vida, pongamos más diligencia en asegurar su salvación a nuestras almas. Los que se adhieren al evangelio no tienen que avergonzarse, la causa los respaldará; pero los que se oponen a él, se avergonzarán. El apóstol había confiado su vida, su alma y sus intereses eternos al Señor Jesús. Nadie más podía liberar y asegurar su alma a través de las pruebas de la vida y la muerte. Viene un día en que nuestras almas serán interrogadas. Tuviste un alma encomendada a ti; ¿cómo fue empleada? en el servicio del pecado, o en el servicio de Cristo? La esperanza del cristiano real más bajo descansa en el mismo fundamento que la del gran apóstol. Él también ha aprendido el valor y el peligro de su alma; también ha creído en Cristo; y el cambio operado en su alma, convence al creyente de que el Señor Jesús lo guardará para su reino celestial. Pablo exhorta a Timoteo a que se aferre a las Sagradas Escrituras, a la sustancia de la sólida verdad evangélica que hay en ellas. No basta con asentir a las sanas palabras, sino que hay que amarlas. La doctrina cristiana es una confianza que se nos ha encomendado; tiene un valor indecible en sí misma, y será de indecible ventaja para nosotros. Se nos confía para que la conservemos pura y completa, pero no debemos pensar en conservarla por nuestras propias fuerzas, sino por el poder del Espíritu Santo que mora en nosotros; y no la obtendrán quienes confían en sus propios corazones y se apoyan en sus propios entendimientos.

2 Timoteo 1:15-18

15-18 El apóstol menciona la constancia de Onesíforo; a menudo lo refrescaba con sus cartas, consejos y consuelos, y no se avergonzaba de él. Un hombre bueno procurará hacer el bien. El día de la muerte y del juicio es un día terrible. Y si queremos tener misericordia entonces, debemos buscarla ahora en el Señor. Lo mejor que podemos pedir, para nosotros o para nuestros amigos, es que el Señor nos conceda a nosotros y a ellos encontrar misericordia del Señor, cuando seamos llamados a pasar del tiempo a la eternidad, y a comparecer ante el tribunal de Cristo.


»

Biblia al Día (BAD)

Copyright © Editorial "Mundo Hispano" en 1989, inspirada en la versión americana "The Living Bible".

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

Síguenos en:



Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos