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Malaquías 1 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

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Malaquías 1

1 Oráculo. Palabra de Yahveh a Israel por medio de Malaquías.

2 Yo os amo, dice Yahveh. Pero vosotros decís: '¿En qué se nota que nos amas?'. ¿No fue Esaú hermano de Jacob? -oráculo de Yahveh-. Pues yo amé a Jacob

3 y odié a Esaú: hice de sus montes un desierto y di su heredad a los chacales de la estepa.

4 Si Edom dijere: 'Hemos sido arruinados, pero reconstruiremos las ruinas', así responde Yahveh Sebaot: 'Ellos edificarán y yo demoleré; se les llamará 'Territorio de impiedad' y 'Pueblo contra el que Yahveh está airado para siempre''.

5 Vuestros ojos lo verán y diréis: '¡Grande es Yahveh, aun más allá de los confines de Israel!'.

6 El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy señor, ¿dónde está mi temor? Yahveh Sebaot os habla, sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Vosotros decís: '¿En qué menospreciamos tu nombre?'.

7 En que presentáis sobre mi altar alimentos mancillados. Vosotros replicáis: '¿En qué los hemos mancillado?'. En que pensáis: 'La mesa de Yahveh es despreciable'.

8 Cuando presentáis en sacrificio un animal ciego, ¿no es un mal? Cuando presentáis uno cojo o enfermo ¿no es un mal? Ofrécelo, si no, a tu gobernador: ¿Quedará contento o te concederá su favor? -dice Yahveh Sebaot-.

9 Ahora, pues, invocad a Dios, para que se apiade de nosotros. Con tal don de vuestras manos, ¿concederá su favor a alguno de vosotros? -dice Yahveh Sebaot-.

10 ¡Ah, si hubiera alguno de vosotros que cerrara las puertas, para que no encendierais mi altar inútilmente! No tengo complacencia alguna en vosotros -dice Yahveh Sebaot-, ni me es grata la oblación de vuestras manos.

11 Porque desde el lugar por donde sale el sol hasta el lugar de su ocaso, mi nombre es grande entre las naciones; y en todo lugar, un sacrificio humeante, una oblación pura, se ofrece a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones -dice Yahveh Sebaot-.

12 Pero vosotros lo profanáis cuando decís: 'La mesa del Señor está contaminada y fruto despreciable es su alimento'.

13 Decís incluso: '¡Qué fastidio!', y me despreciáis -dice Yahveh Sebaot-. Cuando traéis animales robados o cojos y enfermos, y presentáis esa oblación ¿la aceptaré de vuestras manos con agrado? -dice Yahveh-.

14 Maldito el fraudulento que, teniendo en su rebaño un macho sano, ofrecido en voto, sacrifica al Señor bestia lisiada. Yo soy el gran rey -dice Yahveh Sebaot-, y mi nombre es respetado en las naciones.

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Malaquías 1

Malaquías 1:1-5

1-5 Todas las ventajas, ya sea en circunstancias externas o privilegios espirituales, provienen del amor libre de Dios, que hace que uno difiera de otro. Todos los males que los pecadores sienten y temen son la justa recompensa de sus crímenes, mientras que todas sus esperanzas y comodidades provienen de la inmerecida misericordia del Señor. Él eligió a su pueblo para que pudieran ser santos. Si lo amamos, es porque él nos ha amado primero; Sin embargo, todos somos propensos a infravalorar las misericordias de Dios y a excusar nuestras propias ofensas.

Malaquías 1:6-14

6-14 Cada uno puede cargar sobre nosotros lo que aquí se carga sobre los sacerdotes. Nuestra relación con Dios, como nuestro Padre y Maestro, nos obliga a temerle y honrarlo. Pero eran tan despectivos que se burlaban de la reprensión. Los pecadores se arruinan al tratar de confundir sus convicciones. Aquellos que viven en negligencia descuidada de las ordenanzas sagradas, que los atienden sin reverencia y se apartan de ellos sin preocuparse, en efecto dicen: La mesa del Señor es despreciable. Despreciaron el nombre de Dios en lo que hicieron. Es evidente que estos no entendieron el significado de los sacrificios, como la sombra del Cordero inmaculado de Dios; guardaron rencor por el gasto, pensando que todo lo que se había tirado no era para su beneficio. Si adoramos a Dios ignorantemente y sin comprender, llevamos a los ciegos para el sacrificio; si lo hacemos descuidadamente, si tenemos frío, aburrido y muerto, traemos a los enfermos; si descansamos en el ejercicio corporal y no hacemos el trabajo del corazón, traemos al cojo; y si sufrimos pensamientos vanos y distracciones para alojarnos dentro de nosotros, traemos a los desgarrados. ¿Y no es esto malvado? ¿No es una gran afrenta a Dios y un gran error y daño a nuestras propias almas? Para la aceptación de nuestras acciones con Dios, no es suficiente hacer lo que, en realidad, es bueno; pero debemos hacerlo desde un principio correcto, de manera correcta y para un fin correcto. Nuestras misericordias constantes de Dios, empeoran nuestra pereza y nuestra negligencia, en nuestros retornos del deber a Dios. Se establecerá una adoración espiritual. Se ofrecerá incienso al nombre de Dios, que significa oración y alabanza. Y será una ofrenda pura. Cuando llegó la hora, en que los verdaderos adoradores adoraban al Padre en Espíritu y en verdad, entonces se ofreció este incienso, incluso esta ofrenda pura. Podemos confiar en la misericordia de Dios para el perdón del pasado, pero no para la indulgencia del pecado en el futuro. Si hay una mente dispuesta, será aceptada, aunque defectuosa; pero si alguno es un engañador, dedicando lo mejor a Satanás y sus lujurias, está bajo una maldición. Los hombres ahora, aunque de una manera diferente, profanan el nombre del Señor, contaminan su mesa y muestran desprecio por su adoración.


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Biblia Version de Serafin Ausejo

Copyright © Serafín de Ausejo 1975.

Comentario Bíblico de Matthew Henry

Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit

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