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Oseas 4:6 - Biblia Nacar-Colunga

6 Perece mi pueblo por falta de conocimiento; 1 por haber rechazado tú el conocimiento, te rechazaré yo a ti de mi sacerdocio; por haber olvidado tú la ley de tu Dios, yo me olvidaré también de tus hijos.'

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Mi pueblo está siendo destruido porque no me conoce. Así como ustedes, sacerdotes, se niegan a conocerme, yo me niego a reconocerlos como mis sacerdotes. Ya que olvidaron las leyes de su Dios, me olvidaré de bendecir a sus hijos.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Mi pueblo languidece por falta de conocimiento, y como tú has dejado que se perdiera el conocimiento, yo también haré que pierdas mi sacerdocio. Te has olvidado de mi Ley, y también yo me olvidaré de tus hijos.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Perecerá tu patria,° Porque mi pueblo perece por falta de conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, Yo te desecharé de mi sacerdocio.° Por cuanto olvidaste la Ley de tu Dios, También Yo me olvidaré de tus hijos,

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Perece mi pueblo por falta de sabiduría. Porque tú has rechazado la sabiduría, yo te rechazaré de mi sacerdocio. Porque tú te has olvidado de la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha




Oseas 4:6
54 Cross References  

Durante mucho tiempo ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdote que enseñase su Ley;'


Pero, si no le oyen, pasarán por el canal y expirarán insensatamente.


Mi celo me consume, porque dan al olvido tus palabras mis enemigos.


Res-. Ve mi aflicción y líbrame, pues que no he olvidado tu ley.


Las ligaduras de los impíos me estrecharon, pero yo no me olvidé de tu ley.


sincero con el sincero, y sagaz con el perverso astuto.


Los labios del justo guían a muchos; el necio muere por falta de conocimiento.'


Ya el carecer de reflexión no es cosa buena, pero el que además es precipitado en el obrar la yerra.


Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.


Porque te olvidaste del Dios de tu salud y no te acordaste de la roca de tu fuerza. Por esto plantaste los jardines de Adonis y los sembraste de pámpanos extranjeros;'


Cuando sus ramas están secas, se rompen, vienen las mujeres y les prenden fuego, pues es un pueblo sin conocimiento; por eso el que lo hizo no tuvo piedad de él, el que lo formó no se compadeció de él.'


Y también ellos se tambalean por el vino y vacilan por los licores. Sacerdotes y profetas se tambalean por los licores, se ahogan en vino, titubean por los licores, vacilan por las bebidas fuertes, se tambalean en la visión, tropiezan en los juicios.


O se da el libro a quien no sabe leer, diciéndole: “Lee, por favor,” y responde: “No sé leer.”


Mi pueblo está oprimido por caprichosos, y se han apoderado de él exactores. Pueblo mío, los que te guían te descarrían, han torcido el camino por el que ibas.


Reunios, venid, acercaos juntamente los sobrevivientes de las naciones. No tienen entendimiento los que llevan ídolos de madera y ruegan a un dios incapaz de salvar,


Por eso mi pueblo será llevado cautivo, sin que se dé cuenta, y sus grandes serán consumidos por el hambre, y su vulgo se secará de sed.


Tampoco los sacerdotes preguntaron: ¿Dónde está Yahvé? los depositarios de la Ley me desconocieron y los pastores se insurreccionaron contra mí. También los profetas se hicieron profetas de Baal y se fueron tras de los que nada valen.


Porque mi pueblo está loco, me ha desconocido. Son hijos necios y no son inteligentes: sabios para el mal, ignorantes para el bien.


Oíd esto, pueblo necio e insensato, que tiene ojos y no ve, tiene oídos y no oye.


Enseñarán a mi pueblo a distinguir entre lo santo y lo profano y a discernir entre lo puro y lo impuro.


Se hartaron en sus pastos, y, hartos, se ensoberbecieron, y por eso me olvidaron.


(15) La castigaré por los días en que incensaba a los baales y, adornándose con sus anillos y sus collares, se iba con sus amantes y me olvidaba a mí, dice Yahvé.


Oíd la palabra de Yahvé, hijos de Israel, que va a querellarse Yahvé contra los habitantes del país, porque no existe ni fidelidad, ni amor, ni conocimiento de Dios en el país.


Mi pueblo pregunta al leño, y su bastón le hace revelaciones, porque el espíritu de fornicación le ha descarriado y fornicaron, alejándose de su Dios.


y no castigaré las fornicaciones de vuestras hijas ni los adulterios de vuestras nueras, porque ellos mismos se van aparte con rameras y con las hieródulas ofrecen sacrificios, y el pueblo, por no entender, perecerá.


No dirigen sus obras a volver hacia Dios, porque un espíritu de fornicación hay en su interior y desconocen a Yahvé.


Pues prefiero la misericordia al sacrificio, y el conocimiento de Dios al holocausto.


Efraím se ha tornado en paloma estúpida, sin juicio; acuden a Egipto, se dirigen a Asiría.'


Los extraños devoran su sustancia, sin que él se dé cuenta; ya tiene canas, y no se ha apercibido.'


¡Emboca la trompeta! Como buitre se abate sobre la casa de Israel por haber quebrantado mi alianza y haber prevaricado contra mi ley.


Escribí para él las palabras de mi Ley, pero las tienen por palabras de extranjeros.


Israel se olvidó de su Hacedor y construyó palacios; Judá multiplicó sus ciudades fuertes, pero yo daré sus ciudades al fuego, que devorará sus palacios.'


Los rechazará mi Dios por no haberle escuchado e irán errantes entre las gentes.


Jesé engendró al rey David, David a Salomón de la mujer de Urías;'


Dejadlos; son guías ciegos; si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en la hoya.'


“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí;'


Los hijos de Helí eran hombres perversos, que desconocían a Yahvé y las obligaciones de los sacerdotes para con el pueblo.


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