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Mateo 18:3 - Biblia Nacar-Colunga

3 y dijo: En verdad os digo, si no os volviereis y os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Entonces dijo: —Les digo la verdad, a menos que se aparten de sus pecados y se vuelvan como niños, nunca entrarán en el reino del cielo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 y declaró: 'En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser como niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 y dijo: De cierto os digo: Si no fuerais transformados° y llegarais a ser como niños, de ningún modo entraréis en el reino de los cielos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 y les dijo: 'Os aseguro que, si no cambiáis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

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Mateo 18:3
28 Cross References  

Antes he reprimido y acallado mi alma como niño destetado de su madre, como niño destetado está mi alma.


ved, y no conozcáis. Endurece el corazón de ese pueblo, tapa sus oídos, cierra sus ojos. Que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni entienda su corazón, y no sea curado de nuevo.


Porque se ha endurecido el corazón de este pueblo, y se han hecho duros de oídos, y han cerrado sus ojos, para no ver con sus ojos y no oír con sus oídos, y para no entender con su corazón y convertirse, que yo los curaría.”


El, llamando a sí a un niño, le puso en medio de ellos,


Pues el que se humillare hasta hacerse como un niño de éstos será el más grande en el reino de los cielos,


díjoles Jesús: Dejad a los niños y no les estorbéis acercarse a mí, porque de tales es el reino de los cielos.


Y Jesús dijo a sus discípulos: En verdad os digo que difícilmente entra un rico en el reino de los cielos.


Porque en verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que falte una yota o una tilde de la Ley hasta que todo se cumpla.


Porque os digo que, si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.


Cuando ayunéis, no aparezcáis tristes, como los hipócritas, que demudan su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que recibieron su recompensa.'


Cuando hagas, pues, limosna, no vayas tocando la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en sus sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa.'


Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar de pie en las sinagogas y en los cantones de las plazas, para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa.'


mirando, miren y no vean; oyendo, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados.'


Esforzaos a entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos serán los que busquen entrar y no podrán;'


pero yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe, y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos.


Y añadió: En verdad, en verdad os digo que veréis abrirse el cielo y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre.


Respondió Jesús y le dijo: En verdad te digo que quien no naciere de arriba no podrá entrar en el reino de Dios.


Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de los cíelos.


confirmando las almas de los discípulos y exhortándolos a permanecer en la fe, diciéndoles que por muchas tribulaciones nos es preciso entrar en el reino de Dios.


porque se ha embotado el corazón de este pueblo y sus oídos se han vuelto torpes para oír, y sus ojos se han cerrado, para que no vean con los ojos ni oigan con los oídos, ni con el corazón entiendan y se conviertan y los sane.”


Arrepentios, pues, y convertios, para que sean borrados vuestros pecados,


Hermanos, no seáis niños en el juicio, sed párvulos sólo en la malicia, pero adultos en el juicio.


y, como niños recién nacidos, apeteced la leche espiritual, para con ella crecer en orden a la salvación,


y tendréis ancha entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


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