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Jeremías 42:14 - Biblia Nacar-Colunga

14 diciendo: Nos iremos a la tierra de Egipto, donde no veremos ya la guerra ni oiremos el sonido de la trompeta y no habrá falta de pan, allí habitaremos,

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

14 diciendo: No, sino que entraremos en la tierra de Egipto, en la cual no veremos guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni padeceremos hambre, y allá moraremos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 sino que iremos a Egipto donde estaremos libres de guerra, de llamados a las armas y de hambre”,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 y sostienen, por el contrario: 'No, que es a Egipto adonde queremos ir, pues allí no veremos más la guerra, ni oiremos el toque del clarín, ni sufriremos de falta de paz; es allí donde queremos morar',

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

14 diciendo: No, sino que entraremos en la tierra de Egipto, donde no veremos guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni padeceremos hambre, y allá moraremos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 diciendo: ¡No!, sino que nos iremos al país de Egipto, donde no veremos más guerra, ni oiremos la voz de la trompeta, ni tendremos hambre de pan y allí nos quedaremos,

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Jeremías 42:14
15 Cross References  

Los hijos de Israel decían: “¿Por qué no hemos muerto de mano de Yahvé en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y nos hartábamos de pan? Nos habéis traído al desierto para matar de hambre a toda esta muchedumbre.”


Pero el pueblo, sediento, murmuraba contra Moisés y decía: “¿Por qué nos hiciste salir de Egipto, para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?”


pero no habéis querido, y habéis dicho: No, huiremos en caballos (por eso huiréis), y sobre ligeros (corceles) cabalgaremos. Por eso correrán veloces vuestros perseguidores.


Toman el camino para bajar a Egipto sin haber consultado a mi boca, para refugiarse al amparo del faraón, para abrigarse a la sombra de Egipto.


Ay de los que bajan a Egipto en busca de socorro, y confían en los caballos, y en la multitud de carros ponen su esperanza, y en la fuerza de los jinetes! Pero no miran al Santo de Israel y no buscan a Yahvé.


Ay mis entrañas, ay mis entrañas! ¡Desfallezco! ¡Paredes de mi corazón! ¡Mi corazón se agita! ¡No puedo callarme! Ya oigo el sonido de la trompeta, el estrépito de la batalla.


¿Hasta cuándo he de ver banderas y oír el sonar de los clarines?


y se volvieron, deteniéndose en los apriscos de Kimham, cerca de Belén, para desde allí dirigirse a Egipto,


y entraron en Egipto, desoyendo la voz de Yahvé, y llegaron a Tafnes.


¿Por qué quiere llevarnos Yahvé a esa tierra a perecer a la espada y que sean nuestras mujeres y nuestros hijos presa de otros? ¿No sería mejor que nos volviéramos a Egipto?”


Y unos y otros se decían: “Elijamos un jefe y volvámonos a Egipto.”


¿todavía te parece poco habernos sacado de una tierra que mana leche y miel, para traernos a morir a un desierto, que también quieres seguir tiranizándonos?


pero que no tenga gran número de caballos ni pretenda volver al pueblo a Egipto, porque Yahvé, tu Dios, ha dicho: “No volváis nunca jamás por ese camino.”


de modo que se una la sed a la gana de beber.


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