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Jeremías 38:19 - Biblia Nacar-Colunga

19 Y dijo el rey Sedecías a Jeremías: Temo que me entreguen a los judíos que se han pasado a los caldeos, y aquéllos me escarnezcan.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

19 Y dijo el rey Sedequías a Jeremías: Tengo temor de los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me escarnezcan.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 —Pero tengo miedo de rendirme —dijo el rey—, porque los babilonios me pueden entregar a los judíos que desertaron para unirse a ellos. ¡Y quién sabe qué me harán!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Sedecías dijo a Jeremías: 'Les tengo miedo a los judíos que se han pasado a los caldeos; pues si me entregan a ellos, se vengarán de mi persona.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 El rey Sedequías dijo a Jeremías: Tengo temor de los judíos que desertaron a los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me escarnezcan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 'Estoy preocupado -dijo el rey Sedecías a Jeremías- por causa de los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me entreguen en su mano y se burlen de mí'.

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Jeremías 38:19
17 Cross References  

Fueron, pues, los emisarios de ciudad en ciudad por tierra de Efraím y de Manases, hasta Zabulón; pero las gentes se reían y se burlaban de ellos.'


Pero Sambalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los de Azoto se enfurecieron sobre manera al saber que la reparación de las murallas avanzaba y que comenzaban a cerrarse las brechas,


Porque habría temido de la muchedumbre, me habría aterrado el desprecio de las familias y, callado, no saldría a la puerta.


El temor del hombre es un lazo, pero el que teme a Yahvé está seguro.


¿De quién temes, que te asustas, para renegar de mí, para no acordarte de mí ni hacerme caso? ¿No me he callado y he cerrado los ojos, y tú no me temiste?


Tú me sedujiste, ¡oh Yahvé! y yo me dejé seducir. Tú eras el más fuerte, y fui vencido. Ahora soy todo el día la irrisión, la burla de todo el mundo.


Todas las mujeres que han quedado en el palacio serán llevadas a los jefes del rey de Babilonia, y he aquí que dirán: “¡Te han engañado y te han vencido tus amigos, han hundido en el lodo tus pies, te volvieron la espalda!”


Díjoles el rey Sedecías: En vuestras manos está, pues no puede el rey nada contra vosotros.


El resto de los habitantes que había quedado en la ciudad, los huidos que se habían pasado a los caldeos y todo el resto del pueblo, los deportó a Babilonia Nabuzardán, jefe de la guardia.


Sin embargo, aun muchos de los jefes creyeron en El; pero por causa de los fariseos no le confesaban, temiendo ser excluidos de la sinagoga,'


Cuando su corazón se alegró, dijeron: “Que traigan a Sansón para que nos divierta.”


Llamó él en seguida a su escudero, y le dijo: “Saca tu espada y mátame, para que no pueda decirse que me mató una mujer.” El joven le traspasó, y murió Abimelec.


Dijo entonces Saúl a Samuel: “He pecado traspasando el mandamiento de Yahvé y tus palabras; temí al pueblo y le escuché. Perdona, pues, te ruego, mi pecado,'


y dijo a su escudero: “Saca tu espada y traspásame, no me hieran esos incircuncisos y me afrenten.” El escudero no obedeció, por el gran temor que tenía; y tomando Saúl su propia espada, se echó sobre la punta de ella.'


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