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Jeremías 17:23 - Biblia Nacar-Colunga

23 Ellos, sin embargo, no me oyeron, no me dieron oídos, sino que endurecieron su cerviz, sin obedecerme y sin corregirse.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

23 Pero ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, sino endurecieron su cerviz para no oír, ni recibir corrección.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 pero ellos no escucharon ni obedecieron. Tercamente rehusaron prestar atención o recibir mi disciplina.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Ellos no me obedecieron ni escucharon mi mandato. Se pusieron duros de cabeza, para no oír ni aceptar mis advertencias.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 (aunque ellos no escucharon, ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz para no escuchar ni recibir corrección).

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 aunque ellos no escucharon ni aplicaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, de modo que no escucharon ni aceptaron la lección.

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Jeremías 17:23
24 Cross References  

tú que aborreces la disciplina y echas a la espalda mis palabras? Si ves a un ladrón, corres con él, y tienes tu parte con el adúltero.


para alcanzar instrucción y discreción, justicia, f equidad y rectitud;'


Oyéndolos el sabio crecerá en doctrina y el entendido adquirirá destreza


El que reprendido endurece su cerviz, de repente será quebrantado sin remedio.


y hayas de exclamar: Ay de mí, que odié la disciplina y no di oídos a los que me adoctrinaban!


Recibid mi enseñanza mejor que la plata, y la ciencia mejor que el oro fino;'


Porque sabía que eres duro y es tu cerviz una barra de hierro, que tienes una frente de bronce.


Han vuelto a las iniquidades de sus primeros padres, que rehusaron oír mis palabras, y se han ido tras dioses ajenos para servirles. La casa de Israel y la de Judá han roto el pacto que hice con sus padres,


Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que traeré contra esta ciudad y contra todas las ciudades que de ella dependen todos los males con que les he amenazado, porque han endurecido su cerviz y por no haber escuchado mis palabras,


Me han vuelto la espalda en vez de darme la cara; yo los he amonestado desde muy temprano y sin cesar, pero ellos no han querido oír ni recibir la corrección.'


Os he enviado una y otra vez a mis siervos los profetas para deciros: Convertios de vuestros malos caminos, enmendad vuestras obras y no os vayáis tras de los dioses ajenos para darles culto, y habitaréis la tierra que os he dado a vosotros y a vuestros padres; pero no me habéis dado oídos, no me habéis obedecido.'


¿No es la fidelidad, ¡oh Yahvé! lo que buscan tus ojos? Los has castigado, no se han dolido; los destruíste, pero rehusaron aceptar la corrección; tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.'


Déjate amonestar, Jerusalén, no sea que mi alma se aparte de ti y te convierta en desierto, en tierra inhabitada.


Diles, pues: Es una nación que no oye la voz de Yahvé, su Dios; que no acepta corrección; ha perecido la fidelidad y ha desaparecido de su boca.'


Pero rebelóse contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis preceptos y rechazaron mis derechos, que son la vida para quien los cumple, y profanaron mis sábados. Entonces dije que volcaría sobre ellos mi furor y, en mi ira, los exterminaría en el desierto.'


porque habían despreciado mis derechos, y no habían seguido mis decretos, y habían profanado mis sábados, yéndose su corazón tras los ídolos.


Pero los hijos se rebelaron contra mí, no anduvieron en mis ordenaciones ni guardaron mis derechos, poniéndolos por obra, los que son la vida para el que los cumple; profanaron mis sábados, y dije entonces que derramaría sobre ellos mi ira para satisfacer en ellos mi enojo en el desierto.'


Me dije: De cierto me temerás y aceptarás la corrección, y no se borrarán de sus ojos todos los castigos que le envié; pero se han apresurado a pervertir sus obras,'


Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros siempre habéis resistido al Espíritu Santo. Como vuestros padres, así también vosotros.


Entonces os dije: Yo soy Yahvé, vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis. Pero vosotros no habéis escuchado mi voz.”


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