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Génesis 38:26 - Biblia Nacar-Colunga

26 Los reconoció Judá, y dijo: “Mejor que yo es ella, pues no se la he dado a Selá, mi hijo.” Pero no volvió a conocerla más.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

26 Entonces Judá los reconoció, y dijo: Más justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a Sela mi hijo. Y nunca más la conoció.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Judá los reconoció enseguida y dijo: —Ella es más justa que yo, porque no arreglé que ella se casara con mi hijo Sela. Y Judá nunca más volvió a acostarse con Tamar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Judá reconoció que eran suyos y dijo: 'Soy yo el culpable, y no Tamar, porque no le he dado a mi hijo Sela. Y no tuvo más relaciones con ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Entonces Judá los reconoció, y dijo: Es más justa que yo, porque no le di a mi hijo Sela. Pero nunca más la conoció.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Judá los reconoció, y dijo: 'Ella tiene más razón que yo; pues no la he dado a Selá mi hijo'. Pero nunca más la volvió a conocer.

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Génesis 38:26
19 Cross References  

Reconociéndola él, dijo: “La túnica de mi hijo es; una fiera le ha devorado, ha despedazado enteramente a José.”


Despojóse ella de sus vestidos de viuda, se cubrió con un velo, y cubierta se sentó a la entrada de Enaím, en el camino de Timná, pues veía que Selá era ya mayor y no le había sido dada por mujer.


Conoció Adán a su mujer, que concibió y parió a Caín, diciendo: “He adquirido de Yahvé un varón.”


Levantóse, pues, para Absalón una tienda en la terraza, y entró a las concubinas de su padre a los ojos de todo Israel.


Cuando llegó David a Jerusalén, tomo a las diez concubinas que había dejado al cuidado de su casa y las puso bajo guardia. Proveyó a su mantenimiento, pero no volvió a entrar a ellas, y encerradas estuvieron hasta el día de su muerte, viviendo como viudas.


A la vista del ángel que hería al pueblo, dijo David a Yahvé: “Yo he pecado; pero éstos, las ovejas, ¿qué han hecho? Caiga tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre.”


Pero ahora, que ha venido sobre ti, ¿decaes? Cuando te ha tocado, ¿te turbas?


(10) Adórnate, pues, de gloria y majestad, revístete de magnificencia y esplendor.


Lleva, pues, sobre ti tu vituperio, tú que has abogado por la causa de tus hermanas con las abominaciones que más que a ellas te han hecho abominable, viniendo a ser justas ellas comparadas contigo. Sé confundida y soporta tu vituperio también tú, pues que has venido a justificar a tus hermanas.


Muy limpio eres tú de ojos para contemplar el mal, y no puedes soportar (la vista) de la miseria. ¿Por qué, pues, miras a los pérfidos y callas, mientras el impío devora al que es más justo que él,


Haced frutos dignos de penitencia,


Ellos que le oyeron fueron saliéndose uno a uno, comenzando por los más ancianos, y quedó El solo, y la mujer en medio.


La noche va muy avanzada y se acerca ya el día. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas, y vistamos las armas de la luz.


Ahora bien, sabemos que cuanto dice la Ley, lo dice a los que viven bajo la Ley, para tapar toda boca y que todo el mundo se confiese reo ante Dios.


Cuando hubo acabado de hablar David, dijo Saúl: “¿Eres tú, hijo mío, David? Y, alzando la voz, se puso a llorar y dijo:


“Mejor eres tú que yo, pues tú me has hecho bien y yo te pago con mal.


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