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2 Timoteo 1:8 - Biblia Nacar-Colunga

8 No te avergüences, pues, del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; antes soporta con fortaleza los trabajos por la causa del Evangelio, fiado en el poder de Dios,'

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Así que nunca te avergüences de contarles a otros acerca de nuestro Señor, ni te avergüences de mí, aun cuando estoy preso por él. Con las fuerzas que Dios te da prepárate para sufrir conmigo a causa de la Buena Noticia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 No te avergüences, pues, del martirio de nuestro Señor ni de mí al verme preso. Al contrario, sufre por el Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; sino comparte conmigo el sufrimiento por causa del evangelio, conforme al poder de Dios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 No te avergüences, pues, del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; al contrario, comparte conmigo los sufrimientos por la causa del evangelio, apoyado en la fuerza de Dios,

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2 Timoteo 1:8
48 Cross References  

De tus testimonios hablaré ante los reyes, no me avergonzaré.


Sale de un extremo de los cielos, y su curso llega hasta sus confines, y nada se oculta a su calor.


Oídme vosotros los que conocéis justicia; tú, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis las afrentas de los hombres, no os asusten sus ultrajes.'


Por la ley y el testimonio. Si no hablan según esta palabra, no hay aurora para ellos.


Porque, si alguien se avergonzare de mí y de mis palabras ante esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.


Porque quien se avergonzare de mí y de mis palabras, de él se avergonzará el Hijo del hombre cuando venga en su gloria y en la del Padre y de los santos ángeles.


y vosotros daréis también testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.


El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; él sabe que dice verdad, para que vosotros creáis;'


Ellos se fueron contentos de la presencia del sanedrín, porque habían sido dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús:


Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es poder de Dios para la salud de todo el que cree, del judío primero, pero también del griego,


Al que puede confirmaros en orden a mi evangelio y a la predicación de Jesucristo, en orden a la revelación del misterio tenido secreto en los tiempos eternos,


Según está escrito: “Por tu causa somos entregados a la muerte todo el día, somos mirados como ovejas destinadas al matadero.”


según está escrito: “He aquí que pongo en Sión una piedra de tropiezo, una piedra de escándalo, y el que creyere en El no será confundido.”


en la medida en que el testimonio de Cristo se consolidó entre vosotros,


en palabras de veracidad, en el poder de Dios, en armas de justicia ofensivas y defensivas,


Por esto yo, Pablo, el prisionero de Cristo Jesús por amor de vosotros los gentiles.,


Por lo cual os pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, pues ellas son vuestra gloria.


Así, pues, os exhorto yo, el prisionero en el Señor, a andar de una manera digna de la vocación con que fuisteis llamados,


Os digo, pues, y os exhorto en el Señor a que no viváis ya como viven los gentiles, en la vanidad de sus pensamientos,


Así es justo que sienta de todos vosotros, pues os llevo en el corazón; y tanto en mis prisiones corno en la defensa y confirmación del Evangelio, sois todos participantes de mi gracia.'


para conocerle a El y el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, conformándome a El en la muerte,


Todo lo puedo en aquel que me conforta.


corroborados en toda virtud por el poder de su gloria, para el ejercicio alegre de la paciencia y de la longanimidad en todas las cosas,


Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros, y suplo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia.


pues ya estando entre vosotros os lo previnimos, que habíamos de ser atribulados, como sucedió, bien lo sabéis.


que se dio a sí mismo como rescate por todos; testimonio dado a su tiempo,'


y manifestada al presente por la aparición de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que aniquiló la muerte y sacó a luz la vida y la incorrupción por medio del Evangelio,


Por esta causa sufro, perov no me avergüenzo, porque sé a quién me he confiado, y estoy seguro de que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.


Haga el Señor misericordia a la familia de Onesiforo, porque muchas veces me ha aliviado y no se avergonzó de mis cadenas,


Soporta las fatigas, como buen soldado de Cristo Jesús.


Acuérdate de que Jesucristo, del linaje de David, resucitó de entre los muertos, según mi evangelio,


por el cual sufro hasta las cadenas como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada.'


El Señor me asistió y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación y todas las naciones la oigan. Así fui librado de la boca del león.


Pero tú vela en todo, soporta los trabajos, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.


a los que por el poder de Dios habéis sido guardados mediante la fe para la salud que está dispuesta a manifestarse en el tiempo último.


Y hemos visto, y damos de ello testimonio, que el Padre envió a su Hijo por Salvador del mundo.


A aquel que puede guardaros sin pecado y haceros ante su gloria irreprensibles con alegría,


el cual da testimonio de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo, de todo lo que él ha visto.


Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la paciencia en Jesús, hallándome en la isla llamada Patmos, por la palabra de Dios y por el testimonio de Jesús,


Pero ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio, y menospreciaron su vida hasta morir.


Me arrojé a sus pies para adorarle, y me dijo: Mira, no hagas eso; consiervo tuyo soy y de tus hermanos, los que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios. Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.'


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