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Números 18:8 - Biblia Jünemann Septuaginta en español

8 Y habló el Señor a Aarón: «Empero he aquí os he dado la guarda de mis primicias de todo lo consagrado a mí por los hijos de Israel, y te las he dado en don, y a tus hijos después de ti: ley sempiterna.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Dijo más Jehová a Aarón: He aquí yo te he dado también el cuidado de mis ofrendas; todas las cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón de la unción, y a tus hijos, por estatuto perpetuo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 El Señor le dio más instrucciones a Aarón: «Yo mismo te he puesto a cargo de todas las ofrendas sagradas que me trae el pueblo de Israel. A ti y a tus hijos les he dado todas estas ofrendas consagradas como su porción perpetua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Yavé dijo a Aarón: 'Te doy la parte que se reserva para mí de todas las ofrendas de los israelitas. Te la doy debido a la consagración que recibieron tú y tus hijos: es una ley perpetua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y habló YHVH a Aarón: He aquí, Yo te he dado la custodia de mis ofrendas alzadas. Todas las cosas que los hijos de Israel consagran te las he dado a ti y a tus hijos en virtud de la unción, por estatuto perpetuo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Dijo Yahveh a Aarón: 'Yo te encomiendo la custodia de lo que debe reservarse para mí de todas las ofrendas sagradas de los israelitas; y te las entrego a ti, a causa de la unción, y también a tus hijos, por ley perpetua.

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Números 18:8
32 Cross References  

Plata por pecado y plata por culpa, la que entrara en casa del Señor, para los sacerdotes era.


Y dijeron al pueblo, a los habitantes de Jerusalén, dar la parte de los sacerdotes y de los levitas para que se esforzasen en el ministerio de la casa del Señor.


Y cuando ordenó la palabra, colmó Israel primicias de trigo, y vino, y aceite y miel, y todo fruto del campo; y diezmos, todos en abundancia trajeron los hijos de Israel y de Judá.


Y llevarálos Aarón y sus hijos, cuando entraren en el tabernáculo del testimonio, o, cuando se llegaren a servir al altar del santuario, para que no contraigan pecado y mueran; ley eterna para él y su simiente después de él.


Y tomarás de la sangre, la sobre el altar(d) y del óleo de la unción, y esparcirás sobre Aarón y sus vestiduras, y sobre sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él, y será santificado él y sus vestiduras, y sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él(e).


Y será para Aarón y sus hijos; ley eterna de los hijos de Israel; porque elección(h) es ésta; y elevación habrá de parte de los hijos de Israel de sus víctimas pacíficas de los hijos de Israel; elevación para Señor.


Y las vestiduras sagradas de Aarón tendrán sus hijos después de él, para ser ungidos con ellas y consagradas las manos de ellos;


Y vestirás a Aarón las vestiduras sagradas y le ungirás y santificarás para que sea mi sacerdote.


Y los ungirás al modo que ungiste a su padre, para que me sean sacerdotes, porque les sea la unción del sacerdocio por el siglo, por sus generaciones».


Y será: en aquel día se quitará su yugo, de tu hombro, y su temor de ti; y se pudrirá el yugo, de vuestros hombros.


Y el sacerdote, el grande entre sus hermanos, él en cuya cabeza se ha derramado el óleo de la unción y me ha sido consagrado, vistiéndose las vestiduras, su cabeza no descubrirá, y sus vestidos no rasgará;


Y agitarálos el sacerdote, con los panes de las primicias, en agitación delante de Señor, con los dos corderos, santos serán al Señor; del sacerdote que los ofreciere, de él serán.


Y el sobrante de ella comerá Aarón y sus hijos; ázimo se comerá en lugar sagrado; en el atrio del tabernáculo lo comerán.


Todo lo masculino de los sacerdotes comeránla; ley eterna para vuestras generaciones, de los holocaustos de Señor, todo el que los tocare santificado será».(c)


«Esta es la ofrenda de Aarón y sus hijos que ofrecerán al Señor el día(d) que le ungieres: un décimo de un efá de harina flor en hostia perpetua: la mitad por la mañana, y la mitad por la tarde.


El sacerdote que la ofreciere, la comerá; en lugar santo se comerá, en el atrio del tabernáculo.


Y ofrecerá uno(c) de todos sus dones por ofrenda elevada al Señor; del sacerdote que rociare la sangre de la hostia, de él será;


Y habló el Señor a Moisés y dijo:


Todo varón de los sacerdotes lo comerá; en lugar sagrado comeránlo, cosa santa de santas es.


Y tomó Moisés del óleo de la unción y de la sangre, la sobre el altar, y roció sobre Aarón y sus vestiduras, y sobre los hijos y las vestiduras de sus hijos con él.


Y esto será para vosotros de lo sacro consagrado de los holocaustos, de todas las ofrendas de ellos, y de todas sus hostias, y de toda iniquidad de ellos y de todos los pecados de ellos, cuanto me pagaren: como cosa santa de santas, tuyo será y de tus hijos.


Y todas las primicias, según todo lo que se santificare en los hijos de Israel, cuanto ofrendaren a Señor: del sacerdote mismo será;


¿No sabéis que los que lo sagrado obran, del sagrario comen? ¿los que en el altar se asientan(c), del altar participan?


y será: el lugar que hubiere elegido el Señor, vuestro Dios, para que en él sea invocado su nombre; allí llevaréis todo cuanto yo os mando hoy: vuestros holocaustos, y vuestras hostias y vuestros diezmos y las primicias de vuestras manos, y todo lo escogido de vuestros dones, cuanto votareis al Señor, vuestro Dios.


y traeréis allí vuestros holocaustos y vuestras hostias, y vuestros diezmos y las primicias de vuestras manos, y vuestros votos y lo voluntario vuestro y los primerizos de vuestras vacas y de vuestras ovejas;


Obvenciones sacerdotales. Promesa del Mesías. Falsos profetas. No tendrán los sacerdotes, los levitas, toda la tribu de Leví, parte ni heredad con Israel: sacrificios del Señor, su heredad: comeránlos.


Y dirás delante del Señor, tu Dios: «He sacado lo santo de mi casa y dádolo al levita, y al advenedizo, y al huérfano y a la viuda, según todos los mandamientos que me has mandado; no he preterido tu mandamiento ni olvidado;


Amaste justicia, y odiaste iniquidad; por esto te ungió Dios, tu Dios, con óleo de alborozo, sobre tus copartícipes. (Sl. 101,26-28.)


Y vosotros unción tenéis del Santo, y sabéis todo.


Y vosotros, la unción que recibisteis de él, permanece en vosotros, y no necesidad tenéis de que alguno os enseñe; sino, como su unción enséñaos acerca de todo (y verdadero es, y no es mentira) y según que os ha enseñado, permaneced en él.


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