Biblia Todo Logo
Online nga Bibliya

- Mga paanunsiyo -





Mateo 4:3 - Biblia Jünemann Septuaginta en español

3 Y acercándose el tentador, díjole: «Si hijo eres de Dios, di que las piedras éstas panes se hagan».

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha


Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 En ese tiempo, el diablo se le acercó y le dijo: —Si eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Entonces se le acercó el tentador y le dijo: 'Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y llegando el tentador, le dijo: Ya que° eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 El tentador se le acercó y le dijo: 'Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes'.

Tan-awa ang kapitulo Kopyaha




Mateo 4:3
34 Cross References  

Y dijéronles los hijos de Israel: «Ojalá que hubiéramos muerto heridos de Señor en tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de las carnes, y comíamos pan en hartura, pues nos habéis sacado a este desierto para matar a toda esta multitud de hambre».


Y los de la barca adoráronle, diciendo: «Verdaderamente de Dios Hijo eres».


Y respondiendo Simón Pedro, dijo: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el viviente».


Jesús, empero, callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: «Conjúrote por el Dios, el viviente, que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios».


Y he aquí una voz de los cielos, diciendo: «Este es el hijo mío, el amado, en quien me he complacido.»


Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.


Y los espíritus los inmundos, viéndole, postrábanse ante él y clamaban, diciendo: que «tú eres el Hijo de Dios».


y gritando con voz grande, dice: «¿Qué a mí y a ti, Jesús, Hijo de Dios, del Altísimo? conjúrote por Dios que no me atormentes(a)».


Y, respondiendo el ángel, díjola: «Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te sombreará; por esto también lo nacido santo será llamado Hijo de Dios.


Y dijeron todos: «¿Tú, pues, eres el Hijo de Dios?» Y él les dijo: «Vosotros decís: porque yo soy».


Y díjole el diablo: «Si Hijo eres de Dios, di a esta piedra que se haga pan».


Y salieron también demonios de muchos, vociferando y diciendo: que «tú eres el Hijo de Dios». E, intimando, no dejábales hablar; pues sabían que el Cristo él era.


Y llevóle a Jerusalén y puso en el alero del santuario, y díjole: «Si Hijo eres de Dios, arrójate de aquí abajo,


Y yo he visto y testimoniado que éste es el Hijo de Dios».


Respondióle Natanael: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú el rey eres de Israel».


mas éstas están escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que, creyendo, vida tengáis en su nombre.


Oyó Jesús que le arrojaron fuera; y hallándole, dijo: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?»


y luego en las sinagogas predicaba a Jesús: que «éste es el Hijo de Dios».


Pues de Dios, el Hijo, Jesucristo, él en vosotros por nosotros predicado, por mí, y Silvano y Timoteo, no se ha hecho «Sí» y «No», sino que «Sí» en él ha sido(f);


Con Cristo he sido crucificado; y vivo, no ya yo, pero vive en mí Cristo; y lo que ahora vivo en carne, en fe vivo la de Dios y Cristo; el que me amó y se entregó por mí.


Por esto también yo, ya no sufriendo, envié a conocer vuestra fe, no fuese que os hubiera tentado el que tienta; y vana se haga nuestra fatiga.


que ninguno(f), ramero, o profano, como Esaú; quien, por manjar uno, vendió su primogenitura;


Teniendo, pues, sumo sacerdote grande que ha atravesado los cielos: a Jesús, el Hijo de Dios, asgámonos a la confesión(h).


sin padre, sin madre, sin genealogía; ni principio de días, ni de vida fin teniendo, y asemejado al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.


el que hace el pecado, del diablo es; porque, desde el principio, el diablo peca. Para esto padeció el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo.


No temas lo que has de padecer. He aquí ha de arrojar el diablo de entre vosotros en prisión, para que seáis tentados; y tendréis tribulación de días diez. Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida».


Sunda kami:

Mga paanunsiyo


Mga paanunsiyo