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Juan 12:42 - Biblia Jünemann Septuaginta en español

42 A pesar de todo, hasta de entre los príncipes muchos creyeron en él; empero, por los fariseos, no confesaban, para no entredichos de sinagoga ser;

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

42 Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

42 Sin embargo, hubo muchos que sí creyeron en él —entre ellos algunos líderes judíos—, pero no lo admitían por temor a que los fariseos los expulsaran de la sinagoga,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

42 En realidad, de entre los mismos jefes, varios creyeron en él; pero no lo dijeron abiertamente por miedo a que los fariseos los echaran de la comunidad judía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

42 Sin embargo, aun de los principales, muchos creyeron en Él, pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

42 Sin embargo, también de entre los jefes muchos creyeron en él; pero, por miedo a los fariseos, no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.

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Juan 12:42
25 Cross References  

temiendo y espantándose de los hombres, han sido suplantados; y el confiado en el Señor, se alegrará. Impiedad al varón da resbalamiento; y el que confía en el Amo, se salvará.


Oídme, los que sabéis juicio, pueblo, cuya ley mía en vuestro corazón, no temáis oprobio de hombres; y por el desprecio de ellos no os aniquiléis.


¿A quién temiendo, te amedrentaste, y mentísteme, y no rememoraste, ni me tomaste en tu mente, ni en tu corazón? Y yo viéndote, desprecio; y ante mí no te amedrentaste.


Oíd palabras del Señor, los temblorosos del habla de él; decid, hermanos nuestros, a los que os odian y abominan; porque el nombre del Señor sea glorificado y se revele en la alegría de ellos; y aquéllos confundidos serán.


Y dijo el rey a Jeremías: «Yo cuenta tengo de los judíos, los huidos a los caldeos, no me entreguen en manos de ellos; y me escarnecerán».


Todo aquél, pues, que me confesare delante de los hombres, le confesaré yo también delante del Padre mío el de los cielos;


Y dígoos: todo el que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;


Y Pilato, convocando a los sumos sacerdotes, y los príncipes y el pueblo,


Bienaventurados sois, cuando os aborrecieren los hombres, y afrentaren; y arrojaren fuera vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre.


Muchos, pues, de los judíos, los que vinieron a María y vieron lo que hizo, creyeron en él;


pues muchos, por él, íbanse, de los judíos, y creían en Jesús.


De sinagogas os extrañarán; empero, viene la hora de que todo el que os mata, pensará culto rendir a Dios.


Después de esto, rogó a Pilato José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto, por el miedo de los judíos, para llevarse el cuerpo de Jesús; y accedió Pilato. Vino, pues, y llevóse el cuerpo de él.


éste vino a él de noche, y díjole: «Maestro, sabemos que de Dios has venido, maestro(a), pues nadie puede estas señales hacer que tú haces, si no fuese Dios con él».


Nadie sin embargo, con libre discurso hablaba acerca de él, por miedo de los judíos.


Y de la turba muchos creyeron en él; y decían. «El Cristo, cuando viniere ¿acaso más señales hará que éste ha hecho?»


Esto dijeron sus padres porque temían a los judíos; pues ya habían acordado los judíos que, si alguno le confesaba Cristo, fuese entredicho de la sinagoga.


Respondieron y dijéronle: «En pecados tú naciste todo, ¿y tú nos enseñas?»; y arrojáronle fuera.


Y ellos ciertamente fuéronse; gozando, de faz del sanedrín; porque se les dignó, por el nombre de Jesús, de ser deshonrados;


pues con corazón se cree para justicia; con boca, empero, se confiesa para salud.


Quien confesare que Jesús es el Hijo de Dios, dios en él permanece, y él, en Dios.


En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo en carne ha venido, es de Dios;


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