Ester 7:8 - Biblia Jünemann Septuaginta en español
8 Y volvió el rey del huerto; pero Amán se había inclinado sobre el lecho, rogando a la reina. Y dijo el rey: «Conque ¿hasta a la mujer viola en mi casa?». Y Amán, oyendo, demudóse.
8 Después el rey volvió del huerto del palacio al aposento del banquete, y Amán había caído sobre el lecho en que estaba Ester. Entonces dijo el rey: ¿Querrás también violar a la reina en mi propia casa? Al proferir el rey esta palabra, le cubrieron el rostro a Amán.
8 En su desesperación se dejó caer sobre el diván donde estaba reclinada la reina Ester, justo cuando el rey volvía del jardín del palacio. El rey exclamó: «¿Hasta se atreve a atacar a la reina aquí mismo, en el palacio, ante mis propios ojos?». Entonces, en cuanto el rey habló, sus asistentes le cubrieron la cara a Amán en señal de condena.
8 Cuando el rey volvió del jardín del palacio a la sala del banquete, Amán se había dejado caer sobre el diván donde estaba recostada Ester. El rey exclamó: '¿Así que ahora vas a violentar a la reina, en mi casa, en mi palacio?» Inmediatamente, el rey dio una orden y le echaron un velo a la cara de Amán.
8 Cuando el rey volvió del jardín del palacio al aposento donde estaban bebiendo el vino, ¡he aquí Amán se había caído encima del reclinatorio° en que Ester se hallaba recostada! Por lo que el rey exclamó: ¿Acaso querrá también violar a la reina en mi presencia y en mi propia casa? No bien hubo salido tal exclamación de la boca del rey, cubrieron el rostro de Amán.°
8 Cuando el rey volvió del jardín del palacio a la sala del banquete vio que Amán se había dejado caer sobre el diván en que se hallaba Ester. Y el rey exclamó: '¿Acaso será también capaz de hacer violencia a la reina en mi casa, en mi propio palacio?'. A una orden del rey, cubrieron el rostro de Amán.
adornada de bisos y cárbasos(b), tendidos en cuerdas bísinas y purpurinas, en dados áureos y argénteos, en columnas marmóreas y lapídeas; con lechos áureos y argénteos sobre pavimento de esmeraldina piedra y pínino(c); y paria piedra; y estrados diáfanos, variadamente entretejidos de flores, y en contorno rosas esparcidas.
y serán reyes tus nutricios, y las princesas de ellos nodrizas tuyas; sobre faz de la tierra te adorarán; y el polvo de tus pies lamerán; y conocerás que yo, Señor; y no serán avergonzados los que me aguardan.
Pero, cuando se cumplieron los días de las bodas, hizo el rey un convite a las gentes halladas en la ciudad, por días seis, en el aula de la casa del rey,
Esto dice el Señor; «Del modo que arrancare el pastor de boca del león un par de pies o lóbulo de oreja; así arrancados serán los hijos de Israel, los habitantes en Samaria, enfrente de la tribu, y en Damasco los sacerdotes(h)