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Apocalipsis 7:3 - Biblia Jünemann Septuaginta en español

3 diciendo: «No dañéis la tierra ni el mar, ni los árboles, hasta que sellemos a los siervos de nuestro Dios en sus frentes».

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

3 diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «¡Esperen! No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que hayamos puesto el sello de Dios en la frente de sus siervos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 diciendo: ¡No dañéis la tierra ni el mar ni los árboles, hasta que sellemos en la frente a los siervos de nuestro Dios!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 diciendo: 'No dañéis ni a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que no hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios'.

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Apocalipsis 7:3
31 Cross References  

Y os será la sangre en señal en las casas en que estáis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga perdedora, cuando hiriere yo en tierra de Egipto.


Y pasará Señor a herir los egipcios, y verá la sangre en el dintel, y en los dos postes, y pasará de la casa y no dejará al exterminador entrar en vuestras casas a herir.


Riñendo y oprobiando, los despedirá: ¿No tú estabas meditando con el espíritu, el duro, arrebatarlos con espíritu de furor?


Toda disposición dispuesta contra ti no prosperaré; y toda voz se alzará contra ti en juicio— a todos ellos superarás; y los culpables para contigo estarán en él. Hay heredad para los que sirven al Señor; y vosotros seréis para mí justos, dice el Señor.


y aún sobre ella hay la décima; y de nuevo será en depredación, como terebinto y como bellota, cuando cayere de su depósito(f) [simiente santa, su columnata].


Así dice el Señor: Al modo que se hallará el grano en el racimo; y dirán: «No le pierdas; pues bendición hay en él», así haré por causa del que me sirve; por causa de éste no destruiré, no, a todos.


«Atraviesa por en medio de Jerusalén, y da signo(b) sobre las frentes de los varones los gemebundos y los pesarosos por todas las iniquidades, las que se hacen en medio de ellos.»


anciano, y jovencillo, y doncella, y pequeñuelos y mujeres, matad en exterminio; pero a todos aquellos sobre los cuales hay signo, no os acerquéis; de mi santo empezad.» Y empezaron por los varones, los ancianos que estaban dentro de la casa.


Pues hay un Dios en los cielos, único señor nuestro, a quien tememos, quien es poderoso a sacarnos del horno del fuego, el encendido; y de tus manos, rey, nos librará.


(3:93) Y, llegándose el rey a la puerta del horno ardiente con el fuego, llamólos por el nombre: «Sidrac, Misac, Abdenagó, los niños del Dios de los dioses, el Altísimo, salid del fuego.» Así, pues, salieron los varones de en medio del fuego.


y no pudo librarle de ellos. Entonces, exclamando Darío, el rey, dijo a Daniel: «Tu Dios, a quien tú sirves continuamente, tres veces al día, él te librará de mano de los leones; hasta el alba espera.»(b). y no pudo librarle de ellos. Entonces, exclamando Darío, el rey, dijo a Daniel: «Tu Dios, a quien tú sirves continuamente, tres veces al día, él te librará de mano de los leones; hasta el alba espera.»(b).


Buscad al Señor, todos los humildes de la tierra; juicio haced; y justicia buscad; y responded otro tanto(b); para que seáis protegidos en el día de la ira del Señor.


Y os convertiréis y veréis en medio del justo y en medio del inicuo, y en medio del que sirve a Dios y el que no sirve.


Y si no se acortaran aquellos días, no se salvara toda carne; pero por los elegidos se acortarán aquellos días.


Y enviará sus ángeles con trompeta grande, e irán juntando sus elegidos de los cuatro vientos, de extremos de cielos hasta extremos de ellos(l).


Si a mí alguno sirviere, a mí siga; y donde yo estoy, allí también el servidor, el mío estará. Si alguno me sirviere, honrarále el Padre.


El que recibió su testimonio, selló que Dios veraz es.


mas ahora ya, libertados del pecado, pero hechos siervos de Dios, tened vuestro fruto en santificación; y el fin, vida eterna.


Y hace a todos: a pequeños y a grandes; y a los ricos y a los pobres; y a los libres y a los esclavos, darles marca en la mano de ellos, la derecha, o en la frente de ellos


y que nadie pueda comprar o vender, sino el que tiene la marca: el nombre de la bestia o el número del nombre suyo.


Y vi: y he aquí el Cordero estante sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro millares(a), teniendo el nombre de él y el nombre del Padre de él escrito en sus frentes.


Y otro ángel, tercero, siguióles, diciendo en voz grande: «Si alguno adora a la bestia y la imagen de ella, y recibe marca sobre su frente o sobre su mano,


porque ha juzgado a la ramera la grande; la que ha corrompido la tierra en la ramería suya; y ha vindicado la sangre de sus siervos, de la mano de ella».


Y vi tronos, y sentáronse sobre ellos y juicio dióseles; y(a) las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, y los que no adoraron a la bestia ni la imagen de ella y no tomaron la marca sobre la frente y sobre la mano de ellos; y vivieron y reinaron(b) con el Cristo mil años.


y verán su faz; y el nombre de él, sobre sus frentes.


Y oí cual voz en medio de los cuatro vivientes, diciendo: «Ración de trigo a denario, y tres raciones de cebada, a denario; y al aceite y al vino no dañes(c).


Y después de esto vi, cuatro ángeles estantes sobre los cuatro ángulos de la tierra, señoreando los cuatro vientos de la tierra, para que no sople viento sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre todo árbol.


Y vi otro ángel ascendiendo del oriente del sol, teniendo sello del Dios viviente; y clamó con voz grande a los cuatro ángeles a quien se les dio dañar la tierra y el mar,


Y díjoselas que no dañaran la hierba de la tierra, ni toda verdura, ni todo árbol, sino a los hombres, los que no tienen el sello de Dios en las frentes.


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