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Apocalipsis 1:5 - Biblia Jünemann Septuaginta en español

5 y de Jesucristo, —el testigo el fiel, el primogénito(c) de los muertos y el príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos ama, y nos lavó de nuestros pecados en su sangre;

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 y de Jesucristo. Él es el testigo fiel de estas cosas, el primero en resucitar de los muertos y el gobernante de todos los reyes del mundo. Toda la gloria sea al que nos ama y nos ha libertado de nuestros pecados al derramar su sangre por nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 y de parte de Cristo Jesús, el testigo fiel, el primer nacido de entre los muertos, el rey de los reyes de la tierra. El nos ama

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 y de Jesús el Mesías, el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra.° Al que nos ama y nos libertó° de nuestros pecados con su sangre,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 y de parte de Jesucristo, el testigo fidedigno, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y al que nos libró de nuestros pecados con su sangre

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Apocalipsis 1:5
53 Cross References  

y según la muchedumbre de tus conmiseraciones, borra mi iniquidad;


y adoraránle todos los reyes; todas las gentes le servirán.


y yo primogénito pondréle; excelso ante los reyes de la tierra.


Testigo fiel no miente; y enciende mentiras un testigo injusto.


He aquí testimonio en gentes le he dado, príncipe y preceptuante de gentes.


Y ordenó el rey congregar a los encantadores, y los magos y los benéficos de los caldeos, que anunciaran al rey sus ensueños; y, viniendo, presentáronse ante el rey.


Y le fue dada potestad y honor real: y todas las gentes de la tierra, según linajes, y toda la gloria, sirviéndole; y su potestad, sempiterna, la que no se quitará, no; y su reino el que no perecerá, no.


Y el vestido o estambre o trama o toda hechura de pieles que se lava y se le ha quitado la plaga, se lavará por segunda vez, y limpia será.


Destrucción del pecado y del error. Es herido el pastor; dispersada y dividida la grey. En aquel día estará todo lugar abierto a la casa de David y los habitantes de Jerusalén para la mudanza y para la separación(a).


así como el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y dar su alma redención por muchos.»


Y, llegándose Jesús, hablóles, diciendo: «Dada me ha sido toda potestad en el cielo y sobre la tierra.


Y antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que ha venido su hora de pasar de este mundo al Padre; habiendo amado a los propios que estaban en el mundo, al fin(a) amóles.


Mandamiento nuevo os doy: que os améis; según os he amado, que también vosotros os améis.


Así como me ha amado el Padre, también yo a vosotros he amado; permaneced en el amor, el mío.


Díjole, pues, Pilato: «Luego ¿rey eres tú?» Respondió Jesús: «Tú dices; porque rey soy yo. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: a testificar la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz».


En verdad, en verdad, dígote que lo que sabemos, hablamos, y lo que hemos visto, atestiguamos, y nuestro testimonio no recibís.


Pues así ha amado Dios al mundo, que a su Hijo, al unigénito, ha dado, para que, todo el que creyere en él, no perezca, sino tenga vida eterna.


lo que ha visto y oído, esto testimonia. Y su testimonio nadie recibe.


Atended a vosotros y toda la grey en que a vosotros el Espíritu, el Santo, ha puesto por obispos(g) para apacentar la Iglesia de Dios; la que ha adquirido por la sangre la propia.


si pasible el Cristo, si primero de resurrección de muertos, luz ha de anunciar, y al pueblo y a las gentes».


a quien propuso Dios como propiciación por la fe en la sangre de él, en manifestación de su justicia, por la remisión de las precedentes culpas,


Mas en todo esto sobrevencemos(i) por el que nos ama.


Y esto algunos habéis sido; empero lavóseos; empero santificóseos; empero justificóseos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.


Con Cristo he sido crucificado; y vivo, no ya yo, pero vive en mí Cristo; y lo que ahora vivo en carne, en fe vivo la de Dios y Cristo; el que me amó y se entregó por mí.


pero Dios, rico siendo en misericordia, por su mucho amor con que nos amó;


y caminad en amor, así como también el Cristo nos amó y entregóse por nosotros ofrenda y hostia a Dios en olor de fragancia.


Y heredad no tendrán entre sus hermanos: el Señor mismo, su heredad, como les ha dicho.


Y no quiso tu Dios escuchar a Balaam; y convirtió el Señor, tu Dios, las maldiciones en bendición; pues el Señor,tu Dios, te amaba.


sino, por amaros el Señor, y guardar el juramento que juró a nuestros padres, os sacó el Señor en mano poderosa; y te redimió de casa de servidumbre, de mano del Faraón rey de Egipto.


Y él es la cabeza del cuerpo de la iglesia; el que(c) principio, primogénito(d) de entre los muertos; para que se haga en todas las cosas él primando.


Preceptúote a faz del Dios, el que vivo engéndralo todo, y de Cristo Jesús, el que testificó ante Poncio Pilato la bella confesión;


la que en tiempos propios mostrará el bienaventurado y sólo dinasta, el rey de los reinantes y señor de los señoreantes;


¿cuánto más, pensáis, peor merecerá castigo, el que al Hijo de Dios conculcó y la sangre del testamento, común(q) reputó; en la cual ha sido santificado; y al Espíritu de la gracia ultrajó?


¿cuánto más la sangre del Cristo, quien, por Espíritu eterno, se ofreció inmaculado a Dios, purificará nuestra conciencia de muertas obras para servir a un Dios viviente?


sino con la preciosa sangre, como de cordero inmaculado e incontaminado: Cristo;


pero, si en la luz andamos, como él está en la luz, comunión tenemos entre nosotros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, purifícanos de todo pecado.


En esto está el amor: no, porque nosotros hayamos amado a Dios, sino porque él nos amó y envió a su Hijo, propiciación por nuestros pecados.


Y el séptimo ángel trompeteó; y hubo voces grandes en el cielo, diciendo: «Hecho es el reino del mundo de nuestro Señor y de su Cristo, y reinará por los siglos de los siglos,


Y daré a los dos testigos míos(c); y profetizarán días mil doscientos sesenta, envueltos en sacos.


Estos con el Cordero guerrearán, y el Cordero les vencerá, porque señor de señores es y rey de reyes, y los con él, llamados, y elegidos y fieles»(i).


Y vi el cielo abrirse, y he aquí corcel esplendente, y el sentado sobre él llamado «Fiel y Veraz»; y en justicia juzga y guerrea.


Y tiene sobre su vestidura y sobre su muslo un nombre escrito: «Rey de reyes y Señor de señores».


«Sé dónde habitas: donde el trono de satanás, y tienes mi nombre; y no has negado mi fe; hasta en los días que Antipas mi testigo mi fiel; —que fue muerto entre vosotros, donde satanás habita.


Y al ángel de la de Laodicea iglesia escribe: «Esto dice el Amén, el testigo el fiel y verdadero, el principio de la criatura de Dios:


Y he dicho: «Señor mío, tú lo sabes». Y díjome: «Estos son los que vienen de la tribulación la grande; y lavaron sus estolas y esplendoráronlas en la sangre del Cordero.


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