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1 Samuel 19:5 - Biblia Jünemann Septuaginta en español

5 y ha puesto su alma en mano suya y batido al filisteo; y ha hecho el Señor salvación grande, y todo Israel vio, y alegráronse; y ¿por qué pecas contra sangre inocente, matando a David de balde?»

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Biblia Reina Valera 1960

5 pues él tomó su vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¿Te has olvidado de aquella vez cuando arriesgó su vida para matar al gigante filisteo y de cómo el Señor le dio, como resultado, una gran victoria a Israel? Ciertamente estabas muy contento en aquel entonces. ¿Por qué habrías de matar a un hombre inocente como David? ¡No hay ningún motivo en absoluto!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Arriesgó su vida para derribar al filisteo y Yavé dio allí una gran victoria a todo Israel. Cuando tú lo viste, te sentías bien contento. ¿Por qué pues pecarías manchándote con sangre inocente si mandas asesinar a David sin razón?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 por cuanto él puso su vida en la palma de su mano y mató al filisteo, y YHVH otorgó una gran victoria a todo Israel. Tú lo viste y te alegraste de ello. ¿Por qué entonces quieres pecar contra sangre inocente matando a David sin causa alguna?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Expuso su vida y mató al filisteo; y con ello Yahveh concedió una gran victoria a todo Israel. Tú lo viste y te alegraste. ¿Por qué te vas a hacer reo de sangre inocente dando muerte a David sin motivo?'.

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1 Samuel 19:5
26 Cross References  

él se levantó y percutió en los filisteos; hasta que se fatigó su mano, y se pegó su mano a la cuchilla; e hizo el Señor salud grande en aquel día, y el pueblo asentóse en pos de él, sólo para saquear(e).


y detúvose en medio de la parte; y la salvó; y percutió a los filisteos, e hizo el Señor salvación grande.


Y rompieron los tres por en medio del campamento de los filisteos y cogieron agua de la cisterna, la de Belén, la que había en la puerta, y tomaron y vinieron a David; y no quiso David beberla, y libóla al Señor,


(108:4) y pusieron contra mí males por bienes, y odio por amor mío.


Mi alma, en tus(i) manos siempre; y tu ley no he olvidado.


Avergonzados sean los que prevarican en vano(a).


(68:5) Multiplicáronse sobre los cabellos de mi cabeza los que me odian sin causa; (68:6) fortaleciéronse mis enemigos, los que me persiguen injustamente; lo que no me llevé, entonces pagaba.


prenderán el alma del justo, y sangre inocente condenarán.


Y dijo Moisés al pueblo: «No temáis: paraos y ved la salvación, la de Dios; la que nos hará hoy; pues tales como veis a los egipcios hoy, no los volveréis a ver eternamente.


Empero, conociendo, conoceréis que, si me matareis, sangre inocente dais sobre vos y sobre esta ciudad y sobre los habitantes de ella; pues en verdad me ha enviado el Señor a vosotros a hablar en las orejas vuestras todas estas palabras».


Y, viendo Pilato que nada adelanta, sino que más tumulto se hace, tomando agua, lavóse las manos, frente por frente de la turba, diciendo: «Inocente soy de la sangre de éste (justo); vosotros veréis».


diciendo: «Pequé, entregando sangre inocente». Mas, ellos dijeron: «¿Qué a nosotros? Tú verás».


Empero, para que se cumpla la palabra, la en la ley de ellos escrita: que «aborreciéronme gratuitamente».


Empero, de ninguna manera estimo mi alma preciosa para mí(f), para consumar mi carrera y el ministerio que he recibido del Señor Jesús: de testificar grandemente el evangelio de la gracia de Dios.


porque, por la obra de Cristo, a la muerte se acercó, peligrando de alma(i), para suplir vuestra falta en mi ministerio(j).


¿cómo nosotros escaparemos, tamaña descuidando salud?(c) la que, principio tomando de ser hablada del Señor, por los que oyeron, fue a nosotros confirmada,


Y vi que no eras salvador, y puse mi alma en mi mano, y pasé a los hijos de Amón, y dioles el Señor en mi mano; ¿y a qué habéis subido hasta mí, en este día, a batallar contra mí?


cual acampó mi padre por vosotros, y lejos arrojó su alma frente a frente, y os libró de mano de Madián;


Y dijo Saúl: «No morirá nadie en este día, porque hoy ha hecho el Señor la salvación en Israel.»


Y dijo el pueblo a Saúl. «¿Si hoy ha de morir el que ha hecho la salvación, esta grande, en Israel? ¡No sea! ¡Vive el Señor! No caerá ni un cabello de su cabeza sobre la tierra; porque el pueblo de Dios ha hecho este día.» Y suplicó el pueblo por Jonatás en aquel día, y no murió.


Y escuchó Saúl la voz de Jonatás, y juró Saúl, diciendo: «¡Vive el Señor, no morirá!»


Y respondió Jonatás a Saúl, su padre y díjole: «¿Por qué muere? ¿Qué ha hecho?»


Y respondió Aquimelec al rey y dijo: «¿Y quién en todos tus siervos, como David, fiel; y yerno del rey y príncipe de todo mandato tuyo, y glorioso en la casa tuya?


Y entró la mujer a Saúl y vio que se había espantado sobre modo; y díjole: «He aquí ahora ha oído tu sierva tu voz, y he puesto mi alma en mi mano y oído las palabras que me hablaste;


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