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1 Juan 3:8 - Biblia Jünemann Septuaginta en español

8 el que hace el pecado, del diablo es; porque, desde el principio, el diablo peca. Para esto padeció el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Sin embargo, cuando alguien sigue pecando, demuestra que pertenece al diablo, el cual peca desde el principio; pero el Hijo de Dios vino para destruir las obras del diablo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 En cambio quienes pecan son del Diablo, pues el Diablo peca desde el principio. Para esto se ha manifestado el Hijo de Dios: para deshacer las obras del Diablo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 el que practica° el pecado procede del diablo, pues el diablo peca° desde un principio. Para esto fue manifestado el Hijo de Dios: para que destruyera las obras del diablo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 El que comete pecado del diablo es, porque el diablo peca desde el principio. Para esto se manifestó el Hijo de Dios: para destruir las obras del diablo.

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1 Juan 3:8
26 Cross References  

Y enemistad pondré entre ti y entre la mujer; y entre la simiente tuya y entre la simiente de ella: ella(e) te quebrantará la cabeza, y tú le quebrantarás el calcañar».


Castigo del dragón. La viña. Perdón de Israel. En aquel día traerá Dios la cuchilla, la santa y la grande y la fuerte, sobre el dragón —sierpe fugitivo; sobre el dragón— sierpe sinuoso: arrebatará al dragón—(a).


E hizo Moisés serpiente broncínea y púsola sobre enseña; y acontecía: cuando mordía serpiente a hombre, miraba a la serpiente, la broncínea, y vivía.


Pero si en el Espíritu de Dios yo lanzo los demonios, por cierto ha llegado a vosotros el reino de Dios.


y el campo es el mundo, y la bella simiente —éstos son los hijos del reino; y la cizaña son los hijos del malo;


Y acercándose el tentador, díjole: «Si hijo eres de Dios, di que las piedras éstas panes se hagan».


diciendo: «¿Qué a nosotros y a ti, Jesús Nazareno? ¡Has venido a perdernos! Conózcote quién eres: el Santo de Dios».


Y díjoles: «Veía yo(b) a Satanás del cielo como, relámpago, caer.


Ahora juicio es de este mundo; ahora el príncipe de este mundo arrojado será fuera;


y de juicio, porque el príncipe de este mundo juzgado está(a)


Vosotros del padre, del diablo, sois, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Aquél homicida era, de principio, y en la verdad no se estuvo, porque no hay verdad en él. Cuando hablare la mentira, de lo propio habla; porque mentiroso es y el padre de ella(f).


Y el Dios de la paz quebrantará a Satanás debajo de vuestros pies en breve. La gracia de vuestro Señor Jesús con vosotros.


en que un día habéis caminado según el siglo(a) de este mundo, según el príncipe de la potestad del aire(b), del espíritu el que ahora opera en los hijos de la desobediencia;


despojando, a los principados y las potestades, exhibió confiadamente, triunfando de ellos en sí mismo.


Y convenidamente(i) grande es el de la piedad(j) misterio; que manifestado fue en carne, justificado en espíritu(k), visto de ángeles, predicado entre gentes, creído en el mundo, asumido en gloria(l).


Ya que los párvulos, pues, han comunicado con sangre y carne, también él mismo igualmente participó de ellas(j), para que, por la muerte, anonadase al que el imperio tenía de la muerte; esto es: al diablo;


si no, hubiera sido menester que muchas veces padeciese, desde la fundación del mundo; empero, ahora ya una vez por todas, en consumación de los siglos, para anonadamiento del pecado, por su inmolación se ha manifestado.


Pues, si Dios a ángeles que pecaron, no perdonó, sino que con cuerdas de tinieblas tartarizando(c) entregó a que, para juicio, castigados siendo, fuesen guardados(d)—;


(y la vida manifestóse; y hemos visto, y testificamos y os anunciamos la vida la eterna; la cual era con el Padre y manifestóse a nosotros)


En esto manifiestos son los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no hace justicia, no es de Dios; y el que no ama a su hermano.


Y sabéis que aquél padeció para los pecados quitar; y pecado en él no hay.


Sabemos que de Dios somos, y el mundo todo en lo malo yace.


y ángeles, los que no guardaron su principado, sino, abandonaron la propia morada, para juicio del gran día con ataduras sempiternas bajo calígine tiene guardados;


y el diablo el que los seducía, fue arrojado al lago del fuego y azufre; donde también, la bestia y el pseudoprofeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.


Y si alguno no se halló en el libro de la vida escrito, fue arrojado al lago del fuego.


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