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Job 4:4 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

4 Al que vacilaba, enderezaban tus palabras, y las rodillas de los que arrodillaban esforzabas.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Al que tropezaba enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Tus palabras daban apoyo a los que caían; animabas a los de rodillas temblorosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Con tu palabra sostenías a aquel que vacilaba, robustecías las piernas de los endebles;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Tus palabras sostenían al que tambaleaba, Y afirmabas las rodillas decaídas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 que con tus palabras sostenías a los vacilantes, robustecías las rodillas que se rinden.

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Job 4:4
15 Cross References  

cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, y los ojos que me veían, me daban testimonio.


Aprobaba el camino de ellos, y me sentaba en cabecera; y moraba como rey en el ejército, como el que consuela llorosos.


He aquí, tú enseñabas a muchos, y las manos flacas corroborabas.


Mas ahora que a ti te ha venido, te es molesto; y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.


Sámec Sostiene el SEÑOR a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos.


Hay quienes hablan como dando estocadas de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.


Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene.


El Señor DIOS me dio lengua de sabios, para saber dar en su sazón palabra al cansado: despertará de mañana, de mañana me despertará mi oído, para que oiga, como los sabios.


Entonces el rey se demudó de su color, y sus pensamientos lo turbaron, y se desataron las ceñiduras de sus lomos, y sus rodillas se batían la una con la otra.


para que, al contrario, vosotros más bien lo perdonéis y consoléis, porque por ventura no sea el tal consumido con demasiada tristeza.


Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito;


También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los que andan desordenadamente, que consoléis a los de poco ánimo, que soportéis a los flacos, que seáis sufridos para con todos.


Por lo cual alzad las manos caídas y las rodillas descoyuntadas.


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