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2 Reyes 19:1 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

1 Y cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos, y se cubrió de cilicio, y entró en la Casa del SEÑOR.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos y se cubrió de cilicio, y entró en la casa de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cuando el rey Ezequías oyó el informe, rasgó su ropa, se vistió de tela áspera y entró al templo del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Apenas oyó esas palabras el rey Ezequías rasgó su ropa, se cubrió con un saco y se dirigió a la casa de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y aconteció que al oírlo el rey Ezequías, rasgó sus vestidos, se cubrió de saco, y fue a la Casa de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El rey Ezequías, al oírlo, rasgó sus vestiduras y, cubierto de saco, entró en el templo de Yahveh.

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2 Reyes 19:1
21 Cross References  

Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso saco sobre sus lomos, y se enlutó por su hijo muchos días.


Y acaeció cuando Acab oyó estas palabras, que rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre su carne, y ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado.


¿No has visto como Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.


Entonces Eliacim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna el escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller, vinieron a Ezequías, rotos sus vestidos, y le recitaron las palabras de Rabsaces.


Y cuando el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.


Y cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, y pasó así por el muro; y el pueblo vio el cilicio que traía interiormente sobre su carne.


Lo cual oyendo yo, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué de los cabellos de mi cabeza y de mi barba, y me senté atónito.


Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se revolvía en mi seno.


Entonces Sennaquerib rey de Asiria partiéndose se fue, y se tornó, e hizo su morada en Nínive.


Y no tuvieron temor, ni rasgaron sus vestidos, el rey y todos sus siervos que oyeron todas estas palabras.


Y los varones de Nínive creyeron a Dios, y pregonaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor de ellos hasta el menor de ellos.


y que se cubran de cilicio los hombres y los animales, y clamen a Dios fuertemente; y cada uno se convierta de su mal camino, y de la rapiña que está en sus manos.


¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón fueran hechas las maravillas que han sido hechas en vosotras, en otro tiempo se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza.


Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestidos, diciendo: Ha blasfemado; ¿qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia.


Y daré a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.


Y corriendo de la batalla un varón de Benjamín, vino aquel día a Silo, rotos sus vestidos y tierra sobre su cabeza;


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