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1 Timoteo 4:10 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

10 Que por esto aún trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, el cual es Salvador de todos los hombres, y mayormente de los fieles.

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Es por eso que trabajamos con esmero y seguimos luchando, porque nuestra esperanza está puesta en el Dios viviente, quien es el Salvador de toda la humanidad y, en especial, de todos los creyentes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 sufrimos y luchamos porque tenemos nuestra esperanza puesta en el Dios vivo, salvador de todos los hombres, en especial de los creyentes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Porque para esto trabajamos arduamente y luchamos,° pues hemos puesto la esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, especialmente° de los que creen.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 nos fatigamos y luchamos porque hemos puesto nuestra esperanza en Dios vivo, que es salvador de todos los hombres, muy especialmente de los creyentes.

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1 Timoteo 4:10
40 Cross References  

Diganlo los redimidos del SEÑOR, los que ha redimido del poder del enemigo,


Mejor es esperar en el SEÑOR que esperar en hombre.


Tu justicia como los montes de Dios, tus juicios abismo grande: Oh SEÑOR, al hombre y al animal conservas.


Y el SEÑOR los ayudó, y los libera, y los libertará de los impíos; y los salvará, por cuanto esperaron en él.


Mas yo estoy como oliva verde en la Casa de Dios; confié en la misericordia de Dios perpetua y eternalmente.


SEÑOR de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti.


He aquí oh Dios, salud mía; me aseguraré, y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH, el SEÑOR, el cual ha sido salud para mí.


¿Quién hay entre vosotros, que teme al SEÑOR? Oiga la voz de su siervo. El que anduvo en tinieblas, y el que careció de luz, confíe en el nombre del SEÑOR, y recuéstese sobre su Dios.


Bendito el varón que se fía en el SEÑOR, y cuya confianza es el SEÑOR.


Nabucodonosor habló y dijo: Bendito el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac, y Abed-nego, que envió su ángel, y libró a sus siervos que esperaron en él, y el mandamiento del rey mudaron, y entregaron sus cuerpos antes que sirviesen ni adorasen otro dios que su Dios.


Bueno es el SEÑOR para fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.


Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente.


Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.


El siguiente día ve Juan a Jesús que venía a él, y dice: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.


Y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.


De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a juicio, mas pasó de muerte a vida.


Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia hacía mí no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que fue conmigo.


el cual nos libró, y libra de tanta muerte; en el cual esperamos que aun nos librará;


Porque esto es lo bueno y agradable delante del Dios salvador nuestro;


el cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad.


el cual se dio a sí mismo en redención por todos: el testimonio del cual fue confirmado en su tiempo;


y si no fuere tan presto, para que sepas cómo convenga conversar en la Casa de Dios, que es la Iglesia del Dios viviente, columna y base de La verdad.


A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas inciertas, sino en el Dios viviente, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos;


Teniendo por mayores riquezas el vituperio del Cristo que los tesoros de los Egipcios, porque miraba a la remuneración.


Salgamos pues a él fuera del campamento, llevando su vituperio.


que por él creéis a Dios, el cual le resucitó de los muertos, y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sea en Dios.


Y él es la aplacación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los del mundo entero.


Y nosotros hemos visto, y testificamos que el Padre ha enviado a su Hijo para ser Salvador del mundo.


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