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1 Reyes 19:4 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Baste ya, oh SEÑOR, quita mi alma; que no soy yo mejor que mis padres.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Luego siguió solo todo el día hasta llegar al desierto. Se sentó bajo un solitario árbol de retama y pidió morirse: «Basta ya, Señor; quítame la vida, porque no soy mejor que mis antepasados que ya murieron».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Se adentró en el desierto durante todo un día de camino, luego fue a sentarse bajo un retamo y pidió la muerte: 'Basta, dijo. Yavé, toma mi vida, porque ya no valgo más que mis padres'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y él se fue solo al desierto, donde anduvo todo un día; y llegó y se sentó debajo de un enebro, y ansiando morirse, dijo: ¡Basta ya, oh YHVH! ¡Quítame ahora la vida, porque no soy mejor que mis padres!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Continuó él por el desierto una jornada de camino y, echándose al fin bajo una retama, llegó a desearse la muerte diciendo: '¡Basta ya, Yahveh! ¡Quítame la vida, porque no soy yo mejor que mis padres!'.

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1 Reyes 19:4
19 Cross References  

Y yendo tras el varón de Dios, le halló que estaba sentado debajo de un alcornoque; y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios que viniste de Judá? Y él dijo: Yo soy .


Y él tuvo temor, y se levantó y se fue por salvar su vida, y vino a Beerseba, que es en Judá, y dejó allí su criado.


Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido: y he aquí luego un ángel que le tocó, y le dijo: Levántate, come.


Y aconteció que, yendo ellos hablando, he aquí, un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.


¡Quién me diese que viniese mi petición, y que Dios me diese lo que espero;


y que quisiera Dios quebrantarme; y que soltase su mano, y me despedazase!


Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre. Pero, fue en mi corazón como un fuego ardiente y metido en mis huesos; trabajé por sufrirlo, y no pude.


Pasad a Calne, y mirad; y de allí id a la gran Hamat; descended luego a Gat de los palestinos; ved si son aquellos reinos mejores que estos reinos, si su término es mayor que vuestro término.


Ahora pues, SEÑOR, te ruego que me mates; porque mejor me es la muerte que la vida.


Y acaeció que saliendo el sol, preparó Dios un recio viento solano; y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y pedía su alma la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que mi vida.


¿Eres tú mejor que No-amón, que estaba asentada entre ríos, cercada de aguas, cuyo baluarte era el mar, y de mar su muralla?


Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me mates de repente, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.


Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?


Y estaba allí la fuente de Jacob. Pues Jesús, cansado del camino, así se sentó a la fuente. Era como la hora sexta.


¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera, porque ya hemos comprobado a judíos y a griegos, que todos están bajo pecado.


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