Online nga Bibliya

Mga paanunsiyo


Ang tibuok bibliya Daang Tugon Bag-ong Tugon




Josué 8:34 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Luego, Josué leyó en voz alta todo lo que está escrito en el libro de la Ley, incluyendo las bendiciones y las maldiciones. Todos los israelitas estaban presentes: hombres, mujeres, niños y extranjeros.

Tan-awa ang kapitulo
Ipakita Interlinear Bible

Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Josué le leyó al pueblo todas las bendiciones y maldiciones que Moisés había escrito en el libro de instrucción.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Josué leyó todas las palabras de la Ley, la bendición y la maldición, como está escrito en el Libro de la Ley.

Tan-awa ang kapitulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Después de esto, leyó todas las palabras de la Ley: la bendición y la maldición, conforme a todo lo que está escrito en el Libro de la Ley.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Después de esto, leyó todas las disposiciones de la ley, con sus bendiciones y maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.

Tan-awa ang kapitulo
Ubang mga hubad



Josué 8:34
10 Cross References  

Cierto día, mientras el libro de la Ley de Moisés se leía ante todo el pueblo, nos dimos cuenta de que había una ley que decía así: «Jamás se permitirá que los amonitas y los moabitas formen parte del pueblo de Dios».


Durante tres horas permanecieron en ese mismo lugar, mientras se les leía el libro de la Ley de Dios. Las tres horas siguientes las dedicaron a confesar sus pecados y a adorar a Dios.


»Estas son las maldiciones que leerán los sacerdotes ante todo el pueblo. Una vez leída cada maldición, y para declarar que está de acuerdo, todo el pueblo deberá gritar con fuerza: “¡Amén!” »Maldito sea el que haga un ídolo, y luego lo esconda. Dios odia esas cosas. »Maldito sea el que desprecie a su padre o a su madre. »Maldito sea el que no respete los límites de una propiedad y le robe terreno a su dueño. »Maldito sea el que engañe a un ciego y lo desvíe de su camino. »Maldito sea el que trate mal a los refugiados, a las viudas y a los huérfanos. »Maldito sea el hijo que tenga relaciones sexuales con la mujer de su padre. Esa es una gran falta de respeto. »Maldito sea el que tenga relaciones sexuales con un animal. »Maldito sea el que tenga relaciones sexuales con su hermana, aunque solo sea hija de su padre o de su madre. »Maldito sea el que tenga relaciones sexuales con su suegra. »Maldito sea el que traicione a su amigo y lo mate. »Maldito sea el que cobre dinero por matar a un inocente. »Maldito sea el que no obedezca estas instrucciones».


»Muchos de ustedes se volverán locos, y otros se quedarán ciegos. Todos en Israel estarán tan confundidos que no sabrán qué hacer ni a dónde ir. Nada les saldrá bien, y otros países los maltratarán y les robarán, pero nadie vendrá en ayuda de ustedes.


Nunca dejes de leer el libro de la Ley; estúdialo de día y de noche, y ponlo en práctica, para que tengas éxito en todo lo que hagas.