¡Que todas las naciones te sirvan y te respeten! ¡Que tus propios parientes se inclinen ante ti, y te reconozcan como su jefe! ¡Malditos sean los que te maldigan! ¡Benditos sean los que te bendigan!»
Génesis 42:10 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Ellos se defendieron: —¡De ninguna manera, señor! Nosotros estamos para servirle, y solo hemos venido a comprar trigo. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Ellos le respondieron: No, señor nuestro, sino que tus siervos han venido a comprar alimentos. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡No, mi señor! —exclamaron—. Sus siervos han venido simplemente a comprar alimento. Biblia Católica (Latinoamericana) Les dijo: 'Ustedes son espías y vienen a descubrir los secretos del país. Respondieron ellos: 'No, señor, tus siervos han venido a comprar alimentos. La Biblia Textual 3a Edicion Pero ellos le dijeron: No, señor mío, sino que tus siervos vinieron a comprar alimento. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le contestaron: 'No, señor mío; tus siervos han venido a comprar víveres. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ellos le respondieron: No, señor mío: mas tus siervos han venido a comprar alimentos. |
¡Que todas las naciones te sirvan y te respeten! ¡Que tus propios parientes se inclinen ante ti, y te reconozcan como su jefe! ¡Malditos sean los que te maldigan! ¡Benditos sean los que te bendigan!»
Isaac le respondió: —¿Y qué puedo hacer por ti, hijo mío? ¡Ya lo he nombrado jefe tuyo; ya he dicho que todos tus parientes estarán a su servicio, y le he deseado que tenga mucho trigo y mucho vino!
Sus hermanos protestaron: —¡Ahora resulta que vas a ser nuestro rey y nuestro jefe! Y por causa del sueño y por lo que decía, creció en ellos el odio que le tenían.
Somos gente honrada, todos hijos del mismo padre. ¡No somos espías!
Si esa copa de plata se encuentra en poder de alguno de nosotros, que se le condene a muerte; y además todos nosotros nos haremos sus esclavos.
Mientras Abdías recorría el país, se encontró con Elías. Al reconocerlo, se inclinó delante de él en señal de respeto, y le dijo: —¡Profeta Elías, estoy para servirle!
Saúl reconoció la voz de David, y dijo: —David, ¿eres tú el que habla? Y David le contestó: —Sí, mi señor y rey; soy yo.