Micaías dijo: —No debiste decir eso. Ahora escucha el mensaje que Dios te envía. Yo vi a Dios sentado sobre su trono. Todos los ángeles del cielo estaban de pie, unos a la derecha y otros a la izquierda.
Éxodo 24:9 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Moisés subió a la montaña con Aarón, Nadab, Abihú y los setenta jefes israelitas. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; Biblia Nueva Traducción Viviente Después Moisés, Aarón, Nadab y Abiú, y los setenta ancianos de Israel subieron al monte. Biblia Católica (Latinoamericana) Moisés subió con Aarón, Nadab y Abihú, y setenta de los ancianos de Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Y subió Moisés con Aarón, Nadab y Abiú, y con setenta de los ancianos de Israel, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego subió Moisés, con Aarón, Nadab, Abihú y los setenta ancianos de Israel, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; |
Micaías dijo: —No debiste decir eso. Ahora escucha el mensaje que Dios te envía. Yo vi a Dios sentado sobre su trono. Todos los ángeles del cielo estaban de pie, unos a la derecha y otros a la izquierda.
Dios le dijo: —Baja de la montaña, y vuelve aquí con Aarón. Pero nadie más debe subir aquí, ni siquiera los sacerdotes, porque si lo hacen podrían morir.
Dios le dijo a Moisés: «Quiero que subas a la montaña, para hablar conmigo. Podrán acompañarte Aarón, Nadab, Abihú y setenta jefes israelitas. Pero no quiero que ninguno de ellos se acerque a donde yo estoy. Sólo tú podrás acercarte a mí. Cuando lleguen, quiero que se queden de rodillas a cierta distancia. Aparte de ellos, nadie más debe subir».
»De entre todos los israelitas, yo he elegido a tu hermano Aarón y a sus hijos Itamar, Nadab, Abihú y Eleazar, para que sean mis sacerdotes. Así que ordénales que se mantengan cerca de ti.
Pero no podrás ver mi rostro, porque cualquiera que vea mi rostro morirá. Quédate junto a la roca que está a mi lado.
Yo, Isaías, vi a Dios sentado en un trono muy alto, y el templo quedó cubierto bajo su capa. Esto me sucedió en el año en que murió el rey Ozías.
El único que podrá sentarse junto a ella será el gobernador, pero lo hará sólo cuando coma en mi presencia parte de las ofrendas. Aún en ese caso, entrará y saldrá únicamente por el pórtico».
Nadab y Abihú, que eran hijos de Aarón, tomaron sus hornillos y quemaron incienso en ellos. Pero no lo hicieron como Dios lo había ordenado,
Dios le respondió a Moisés: —Reúne de entre el pueblo a setenta ancianos que sean líderes. Llévalos al santuario, y que esperen allí.
Entonces Manoa le dijo a su esposa: —Vamos a morir, porque hemos visto a Dios.