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Cantares 2:10 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Mi amado me dijo: «Acompáñame, amada mía; ¡ven conmigo, bella mujer!

Tan-awa ang kapitulo
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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mi amante me dijo: «¡Levántate, amada mía! ¡Ven conmigo, mi bella mujer!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Mi amado empieza a hablar y me dice:

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La Biblia Textual 3a Edicion

Mi amado habló, y me dijo: Él ¡Oh amada mía, hermosa mía, levántate y sal conmigo!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Mi amado me llama y me dice: ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amada mía, hermosa mía, y ven.

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Ubang mga hubad



Cantares 2:10
18 Cross References  

Y esto es lo que me dijo el Dios que ayuda a Israel: “El rey que me toma en cuenta en todo lo que hace, y es justo con su pueblo,


8 (9) Dejemos de hacer locuras y obedezcamos a Dios. Recordemos que somos suyos, y que él nos ha prometido paz.


¡Tú eres bella, amada mía; eres muy bella! ¡Tus ojos son dos luceros!


Amada mía, tu andar tiene la gracia del trote de las yeguas que tiran del carro del rey.


El invierno ya se ha ido; las lluvias han terminado.


En las higueras hay higos, y las flores de las viñas esparcen suave aroma. Acompáñame, amada mía; ¡ven conmigo, bella mujer!»


¡Oigo la voz de mi amado! ¡Ya lo veo venir! Viene saltando por las colinas, viene brincando por las montañas.


En medio de mis sueños mi corazón despertó y alcancé a oír una voz. Era la voz de mi amado, que estaba a la puerta: «Amada mía; mi preciosa palomita, ¡déjame pasar! Tengo la cabeza bañada en rocío; ¡me corre por el cabello la lluvia de la noche!»


Hace mucho, mucho tiempo me aparecí ante ellos y les dije: “Pueblo de Israel, siempre te he amado, siempre te he sido fiel. Por eso nunca dejaré de tratarte con bondad. Volveré a reconstruirte, y volverás a danzar alegremente, a ritmo de panderetas.


Cuando Jesús salió de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado cobrando impuestos para el gobierno de Roma. Entonces Jesús le dijo: «Sígueme». Mateo se levantó y lo siguió.


Dios ha hecho que yo me preocupe por ustedes. Lo que quiero es que ustedes sean siempre fieles a Cristo, es decir, que sean como una novia ya comprometida para casarse, que le es fiel a su novio y se mantiene pura para él.


El Espíritu de Dios y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven, Señor Jesús!» Y todos los que estén escuchando digan: «¡Ven, Señor Jesús!» Y el que tenga sed y quiera agua, que venga y tome gratis del agua que da vida eterna.