pero ellos se asustaron mucho y pensaron: «Este hombre nos ha traído a su casa por el dinero que se nos devolvió en el primer viaje. Lo que quiere es atacarnos, hacernos sus esclavos y quedarse con nuestros burros».
2 Samuel 9:7 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual David le dijo: —No tengas miedo, en memoria de tu padre Jonatán, voy a cuidar de ti. Voy a devolverte todas las tierras de tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante comerás en mi mesa. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa. Biblia Nueva Traducción Viviente —¡No tengas miedo! —le dijo David—, mi intención es mostrarte mi bondad por lo que le prometí a tu padre, Jonatán. Te daré todas las propiedades que pertenecían a tu abuelo Saúl, y comerás aquí conmigo, a la mesa del rey. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces David le dijo: 'No temas, quiero tratarte con bondad debido a tu padre Jonatán. Te devolveré todas las tierras de Saúl tu abuelo, y todos los días comerás a mi mesa'. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces David le dijo: No temas, porque ciertamente haré contigo misericordia por amor a Jonatán tu padre, y te devolveré toda la tierra de Saúl tu padre,° y comerás siempre a mi mesa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'No temas, le dijo David, porque quiero tratarte con benevolencia por amor a Jonatán, tu padre. Voy a restituirte todas las tierras de Saúl, tu abuelo, y comerás siempre a mi mesa'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor a Jonatán, tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl, tu padre; y tú comerás pan a mi mesa, siempre. |
pero ellos se asustaron mucho y pensaron: «Este hombre nos ha traído a su casa por el dinero que se nos devolvió en el primer viaje. Lo que quiere es atacarnos, hacernos sus esclavos y quedarse con nuestros burros».
El mayordomo los tranquilizó: —No se preocupen, que todo está en orden. Yo recibí el dinero que ustedes pagaron. Tal vez el Dios de ustedes y de su padre les puso en sus sacos ese regalo. Entonces sacó a Simeón
28 (29) Cuando toda mi familia merecía haber muerto, usted me sentó a su mesa y me trató como si fuera de su familia. Yo no me atrevo a pedirle a usted nada, pues solo soy un sirviente.
29 (30) El rey le contestó: —¡No digas más! He decidido que tú y Sibá se repartan las tierras que fueron de Saúl.
33 (34) El rey le dijo a Barzilai: —Ven conmigo a Jerusalén. Yo me encargaré de que no te falte nada.
Debido al juramento que ante Dios David le había hecho a Jonatán, le perdonó la vida a su hijo Mefi-bóset.
Un día, David les preguntó a sus asistentes y consejeros: «¿Vive todavía algún familiar de Saúl, a quien yo pueda ayudar en memoria de Jonatán?»
Quiero que tú y tus hijos y sirvientes trabajen la tierra de Mefi-bóset, y le den todo lo que cosechen, para que nunca le falte comida. Aunque de todos modos él siempre comerá en mi mesa. Como Sibá tenía quince hijos y veinte sirvientes,
le dijo al rey: —Yo estoy para servir a Su Majestad, así que haré todo lo que usted ordene. Y desde ese momento Sibá y todos sus familiares quedaron al servicio de Mefi-bóset y de su hijo Micaías. Como Mefi-bóset no podía caminar, se quedó a vivir en Jerusalén, y siempre comía en la mesa de David, como uno más de sus hijos.
Y el rey David le preguntó: —¿Vive todavía algún familiar de Saúl? Dios ha puesto en mi corazón un gran deseo de ayudarlo. Sibá le contestó: —Aún vive un hijo de Jonatán, que no puede caminar. Se llama Mefi-bóset.
»Trata bien a los descendientes de Barzilai, el de la región de Galaad, y hazte amigo de ellos, porque ellos me protegieron cuando yo escapaba de tu hermano Absalón.
Así que Joaquín dejó de usar su ropa de prisionero, y el resto de su vida comió con el rey.
9 (10) Hasta mi mejor amigo, en quien yo más confiaba, y con quien compartía mi pan, se ha puesto en contra mía.
Así que Joaquín dejó de usar su ropa de prisionero, y el resto de su vida comió con el rey.
En mi reino, ustedes comerán y beberán en mi mesa, se sentarán en tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.»
’Yo estoy a tu puerta, y llamo; si oyes mi voz y me abres, entraré en tu casa y cenaré contigo.
»Ustedes saben bien todo lo bueno que Dios ha hecho por ustedes. Por eso, obedézcanlo y sírvanle siempre de buena gana.
y ahora Saúl va a querer matarte también a ti. Pero no tengas miedo, que conmigo estarás seguro.