y también una carta para Asaf, guarda del bosque del rey, a fin de que me dé madera para enmaderar las puertas de la ciudadela que está junto a la Casa,° y para el muro de la ciudad, y para la casa en que yo he de estar. Y el rey me lo concedió, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.
¡Despierta, oh Aquilón! ¡Ven, oh Austro, y sopla sobre mi huerto para que se esparzan sus aromas! Ella ¡Venga mi amado a su huerto Y coma sus preciados frutos!
Él ¡He venido a mi huerto, oh hermana mía y esposa mía; He recogido mi mirra con mi bálsamo, He comido mi panal con mi miel; He bebido mi vino con mi leche! ¡Comed, amigos! ¡Bebed y embriagaos, oh amados!
Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron y abandonaron la ciudad de noche, por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros, y el rey salió por el camino del Arabá.