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2 Crónicas 6:29 - La Biblia Textual 3a Edicion

toda oración o toda súplica que haga cualquier persona de todo tu pueblo Israel, reconociendo cada uno su aflicción y su dolor, y extiendan sus manos hacia esta Casa,

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

toda oración y todo ruego que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conociere su llaga y su dolor en su corazón, si extendiere sus manos hacia esta casa,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

si luego tu pueblo Israel ora por sus dificultades con las manos levantadas hacia este templo,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

si un hombre cualquiera, o todo Israel, tu pueblo, hace oraciones y súplicas, y reconociendo su plaga y su dolor, tiende sus manos hacia esta Casa,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

toda plegaria y toda súplica que te dirija cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando conozcan el dolor en su corazón y extiendan sus manos implorándote en este templo,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conociere su propia llaga y su propio dolor, si extendiere sus manos en esta casa,

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2 Crónicas 6:29
11 Cross References  

Si nos sobreviene el mal, ya sea con espada, con peste o hambruna, nos congregaremos ante esta Casa y ante ti, porque tu Nombre está en esta Casa, y clamaremos a ti en nuestra aflicción, y Tú nos escucharás y nos salvarás.°


Cuando haya hambre en la tierra, cuando haya peste, tizón o añublo,° langosta o pulgón,° o cuando sus enemigos lo acosen en sus propias puertas,° cualquiera que sea la plaga o la enfermedad,


entonces escucha Tú desde los cielos, el lugar de tu morada, y perdona, retribuyendo a cada uno, cuyo corazón Tú conoces, conforme a todos sus caminos, porque sólo Tú conoces el corazón de los hijos de los hombres;


Invócame entonces en el día de angustia, Yo te libraré, y tú me honrarás.


Me invocará y Yo le responderé, Con él estaré en la angustia, Lo libraré y lo glorificaré,


El corazón conoce su propia amargura, Y en su alegría no participa el extraño.


Cuando extendáis vuestras manos, Esconderé de vosotros mi rostro, Y aunque multipliquéis vuestras oraciones, no escucharé, Porque vuestras manos están llenas de sangre.°