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Proverbios 2:2 - Biblia Nacar-Colunga

dando atento oído a la sabiduría e inclinando tu corazón a la prudencia;'

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Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Afina tus oídos a la sabiduría y concéntrate en el entendimiento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

que tu oído se abra a la sabiduría, que tu corazón se doblegue a la verdad,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Haciendo atento tu oído a la sabiduría, E inclinando tu corazón a la inteligencia,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

prestando atención a la sabiduría e inclinando tu corazón a la prudencia,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

de manera que inclines tu oído a la sabiduría, y apliques tu corazón al entendimiento;

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Proverbios 2:2
15 Cross References  

Enséñanos, pues, a contar nuestros días para que lleguemos a tener un corazón sabio.


Busca pretextos el que quiere separarse, por todos los medios busca la ruptura.


si invocas a la inteligencia y a voces llamas a la prudencia;'


Aplica tu corazón a la enseñanza, y tus oídos a las palabras de los sabios.


Oíd, hijos míos, la doctrina de un padre, y atended bien para aprender prudencia,


Hijo mío, atiende a mis palabras, inclina tu oído a mis razones.


Pero el adúltero es un mentecato; sólo quien quiere arrumarse a sí mismo hace tal cosa.'


He aplicado mi corazón a buscar e inquirir la sabiduría y la ciencia, y he hallado que la maldad es una insensatez, y la insensatez una locura.


Di, pues, mi corazón a conocer la sabiduría y a examinar el trabajo que se hace sobre la tierra, porque hay quien ni de día ni de noche ve cerrarse sus ojos por el sueño.


Esto he visto poniendo atención a cuanto sucede bajo el sol, en tiempos en que el hombre domina sobre el hombre para su rnaL


Dadme oídos y venid a mí, escuchadme y vivirá vuestra alma, y haré con vosotros un pacto sempiterno, el de las firmes misericordias de David.


El que tenga oídos, que oiga.


Eran éstos más nobles que los de Tesalónica, y recibieron con toda avidez la palabra, consultando diariamente las Escrituras para ver si era así.