Sírvante pueblos y prostérnense ante ti naciones. Sé señor de tus hermanos, y póstrense ante ti los hijos de tu madre.
Números 22:11 - Biblia Nacar-Colunga Un pueblo salido de Egipto está ya aquí y cubre toda la superficie de la tierra; ven, pues, luego a maldecirlo, a ver si puedo derrotarle y rechazarle.” Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 He aquí, este pueblo que ha salido de Egipto cubre la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear contra él y echarlo. Biblia Nueva Traducción Viviente “Mira, una inmensa multitud que cubre la faz de la tierra ha llegado de Egipto. Ven y maldíceme a este pueblo. De esa manera quizás podré hacerles frente y expulsarlos de esta tierra”. Biblia Católica (Latinoamericana) Ese pueblo que salió de Egipto cubre toda la región. Ven pues y maldícelo, a lo mejor así puedo oponerle resistencia y expulsarlo. La Biblia Textual 3a Edicion He aquí, el pueblo que salió de Egipto cubre la faz de la tierra. Ven pues ahora, y maldícemelo. Quizá pueda yo luchar contra él y echarlo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Un pueblo salido de Egipto cubre toda la superficie de la tierra; ahora, pues, ven y maldícemelo; tal vez así pueda yo derrotarlo y arrojarlo del país''. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí este pueblo que ha salido de Egipto, cubre la faz de la tierra: ven pues ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear con él, y echarlo. |
Sírvante pueblos y prostérnense ante ti naciones. Sé señor de tus hermanos, y póstrense ante ti los hijos de tu madre.
Balaam respondió a Dios: “Balac, hijo de Sefor, rey de Moab, los ha mandado a mí para decirme:
pero Dios dijo a Balaam: “No vayas con ellos; no maldigas a ese pueblo, porque bendito es.”
Balac dijo a Balaam: “¿Qué es lo que conmigo has hecho? Te he llamado para maldecir a mis enemigos, y no has hecho otra cosa que bendecirlos.”
y, comenzando su parábola, dijo: “De Aram me ha traído Balac, el rey de Moab de los montes de oriente: Ven y maldíceme a Jacob, ven y exécrame a Israel.
Encendido en ira Balac contra Balaam y palmeteando, le dijo: “Te he llamado para maldecir a mis enemigos, y tú los has colmado de bendiciones ya por tres veces,
Pero yo no quise dar oídos a Balaam, y él os bendijo repetidamente y yo os libré de las manos de Balac.
Díjole, pues: “¿Crees que yo soy un perro para venir contra mí con un cayado?” “No — contestó David —, eres todavía peor que un perro.”