Pero al impío di cele Dios: ¿Quién eres tú para enumerar mis mandamientos y tomar en tu boca mi alianza,
Lucas 4:35 - Biblia Nacar-Colunga Jesús le ordenó diciendo: Cállate y sal de él. El demonio arrojó al poseso en medio; salió de él sin hacerle daño.' Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero Jesús lo reprendió: «¡Cállate! —le ordenó—. ¡Sal de este hombre!». En ese mismo momento, el demonio arrojó al hombre al suelo mientras la multitud miraba; luego salió de él sin hacerle más daño. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús amenazó al demonio, ordenándole: 'Cállate y sal de ese hombre. El demonio lo arrojó al suelo, pero luego salió de él sin hacerle daño alguno. La Biblia Textual 3a Edicion Y Jesús le ordenó, diciendo: ¡Enmudece, y sal de él! Y arrojándolo en medio, el demonio salió de él sin estropearlo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Jesús le increpó: 'Enmudece y sal de este hombre'. Entonces el demonio, echándolo por tierra delante de ellos, salió de él, sin haberle causado daño alguno. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jesús le reprendió, diciendo: Enmudece, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio, salió de él, y no le hizo daño alguno. |
Pero al impío di cele Dios: ¿Quién eres tú para enumerar mis mandamientos y tomar en tu boca mi alianza,
Y (el ángel de) Yahvé dijo a Satán: ¡Que Yahvé te reprima, oh Satán, que Yahvé te reprima, pues El ha elegido a Jerusalén! ¿No es por ventura ése un tizón que acaba de ser arrebatado a la hoguera?
E increpó al demonio, que salió, quedando curado el niño desde aquella hora.
El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar y sobrevino una gran calma.
El espíritu impuro, agitándole violentamente, dio un fuerte grito y salió de él.
Y, despertando, mandó al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y se aquietó el viento y se hizo completa la calma.
Dando un grito y agitándole violentamente, salió; y quedó como muerto, de suerte que muchos decían: Está muerto.'
pero si llega uno más fuerte que él, le vencerá, le quitará las armas en que confiaba y repartirá sus despojos.
El les dijo: Seguro que me diréis este proverbio: Médico, cúrate a ti mismo; todo cuanto hemos oído que has hecho en Cafarnaúm, hazlo en tu patria.'
Acercándose, mandó a la fiebre, y la fiebre la dejó. Al instante se levantó y les servía.
Los demonios salían también de muchos gritando y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero EL los reprendía y no los dejaba hablar, porque conocían que era el Mesías.
Llegándose a El, le despertaron diciendo: Maestro, Maestro, que perecemos. Despertó El e increpó al viento y al oleaje del agua, que se aquietaron, haciéndose la calma.
y el espíritu lo toma lo hace gritar, lo agita, haciéndole echar espumarajos, y a duras penas se retira de él después de haberlo molido.
Al acercarse, el demonio lo echó por tierra y lo agitó fuertemente. Pero Jesús increpó al espíritu impuro, y curó al niño y se lo entregó a su padre.
Por eso, regocijaos, cielos y todos los que moráis en ellos. ¡Ay de la tierra y de la mar! porque descendió el diablo a vosotras animado de gran furor por cuanto sabe que le queda poco tiempo.