David dijo: “Caiga tu sangre sobre tu cabeza. Tu misma boca ha atestiguado contra ti al decir: Yo he dado la muerte al ungido de Yahvé.”
Lucas 19:22 - Biblia Nacar-Colunga Díjole: Por tu boca misma te condeno, mal siervo. Sabías que yo soy hombre severo, que rengo donde no deposité, y siego donde no sembré. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; Biblia Nueva Traducción Viviente »“¡Siervo perverso! —dijo el rey a gritos—. Tus propias palabras te condenan. Si sabías que era un hombre duro que tomo lo que no es mío y cosecho lo que no sembré, Biblia Católica (Latinoamericana) Le contestó el rey: 'Por tus propias palabras te juzgo, servidor inútil. Si tú sabías que soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he depositado y cosecho lo que no he sembrado, La Biblia Textual 3a Edicion Le dice: Mal siervo, de tu propia boca te juzgo. ¿Sabías que soy hombre severo, que tomo lo que no puse y que siego lo que no sembré? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él le contesta: 'Criado malo, por tus propias palabras te condeno. Sabías que yo soy hombre severo: que me llevo lo que no deposité, y cosecho lo que no sembré. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; |
David dijo: “Caiga tu sangre sobre tu cabeza. Tu misma boca ha atestiguado contra ti al decir: Yo he dado la muerte al ungido de Yahvé.”
Pues por tus palabras serás declarado justo o por tus palabras serás condenado.
y le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda? El enmudeció.
pues tenía miedo de ti, que eres hombre severo, que quieres recoger lo que no pusiste y segar donde no sembraste.
¿Por qué, pues, no diste mi dinero al banquero, y yo, al volver, lo hubiera recibido con los intereses?
Ahora bien, sabemos que cuanto dice la Ley, lo dice a los que viven bajo la Ley, para tapar toda boca y que todo el mundo se confiese reo ante Dios.