Cuando se volvió David a la suya para bendecirla, Micol, la hija de Saúl, le salió al encuentro, diciendo: “¡Qué gloria hoy para el rey de Israel haberse desnudado a los ojos de las siervas de sus siervos como se desnuda un juglar!”
Jueces 9:4 - Biblia Nacar-Colunga y le dieron setenta siclos de plata de la casa de Baal-Berit, con los que asoldó a los hombres vagos y pervertidos que le siguieron. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron. Biblia Nueva Traducción Viviente Le dieron setenta monedas de plata del templo de Baal-berit, las cuales él usó para contratar a unos hombres alborotadores e imprudentes que aceptaron seguirlo. Biblia Católica (Latinoamericana) Le entregaron setenta siclos de plata que tomaron del templo de Baal-Berit, y con este dinero Abimelec contrató a granujas y aventureros que se pusieron a su servicio. La Biblia Textual 3a Edicion Y del templo de Baal-berit le dieron setenta siclos de plata, con los cuales Abimelec contrató° hombres ociosos y vagabundos, que lo siguieron. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal Berit, con los que Abimélec tomó a sueldo a maleantes y aventureros que le siguieron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le dieron setenta piezas de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron. |
Cuando se volvió David a la suya para bendecirla, Micol, la hija de Saúl, le salió al encuentro, diciendo: “¡Qué gloria hoy para el rey de Israel haberse desnudado a los ojos de las siervas de sus siervos como se desnuda un juglar!”
y allegándose a él hombres vanos y perversos, se sobrepusieron a Roboam, hijo de Salomón, porque Roboárn mozo e inexperto, no se defendió contra ellos.
El que labra su campo tendrá pan a saciedad, pero el que se va tras los vagabundos es un insensato.
Sus profetas son fanfarrones y pérfidos, sus sacerdotes profanan las cosas santas y violan la Ley.
Pero los judíos, movidos de envidia, reunieron algunos hombres malos de la calle, promovieron un alboroto en la ciudad y se presentaron ante la casa de Jasón buscando a Pablo y a Silas para llevarlos ante el pueblo.
Jefté huyó de sus hermanos y habitó en tierra de Tob. Uniéronse con él gentes perdidas, que salían con él.
Muerto Gedeón, los hijos de Israel se prostituyeron de nuevo ante los baales y tomaron por su dios a Baal-Berit,
y salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisa, ron e hicieron gran fiesta; y entrando en la casa de su dios, comieron y bebieron, maldiciendo a Abimelec. “¿Quién es Abimelec y quién es Siquem —'
y todos los perseguidos, los endeudados y descontentos se le unieron, llegando así a mandar a unos cuatrocientos hombres.