Viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, concertaron tomar a sueldo a veinte mil infantes de los sirios de Bet-Rojob y de Soba y doce mil de los reyes de Maaca y de Tob.
Jueces 11:3 - Biblia Nacar-Colunga Jefté huyó de sus hermanos y habitó en tierra de Tob. Uniéronse con él gentes perdidas, que salían con él. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que Jefté huyó de sus hermanos y vivió en la tierra de Tob. En poco tiempo, tuvo una banda de rebeldes despreciables que lo seguían. Biblia Católica (Latinoamericana) Jefté se alejó entonces de sus hermanos y se instaló en el territorio de Tob. Se le juntaron aventureros que hacían incursiones con él. La Biblia Textual 3a Edicion Huyó pues Jefté de la presencia de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob. Y se agruparon alrededor de Jefté hombres ociosos que lo acompañaban en sus correrías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jefté marchó lejos de sus hermanos y estableció su residencia en la región de Tob. Se le unieron algunos maleantes, que hacían incursiones con él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Huyendo, pues, Jefté a causa de sus hermanos, habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales con él salían. |
Viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, concertaron tomar a sueldo a veinte mil infantes de los sirios de Bet-Rojob y de Soba y doce mil de los reyes de Maaca y de Tob.
Salieron los hijos de Amón, y se ordenaron en batalla a la entrada de la puerta; los sirios de Soba y de Rojob, así como las gentes de Tob y de Maaca, estaban aparte en el campo.'
Pero los judíos, movidos de envidia, reunieron algunos hombres malos de la calle, promovieron un alboroto en la ciudad y se presentaron ante la casa de Jasón buscando a Pablo y a Silas para llevarlos ante el pueblo.
La mujer de Galaad dio a éste otros hijos, que, cuando fueron grandes, arrojaron de casa a Jefté, diciendo: “No vas tú a heredar en la casa de nuestro padre, pues eres hijo de otra mujer.”
y le dieron setenta siclos de plata de la casa de Baal-Berit, con los que asoldó a los hombres vagos y pervertidos que le siguieron.
y todos los perseguidos, los endeudados y descontentos se le unieron, llegando así a mandar a unos cuatrocientos hombres.
Levantóse, pues, y pasó con los seiscientos hombres que le seguían a la tierra de Aquis, hijo de Maoc, rey de Gat.