Díjole el cortesano: Señor, baja antes que mi hijo muera.
El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera.
—Señor, por favor —suplicó el funcionario—, ven ahora mismo, antes de que mi hijito se muera.
El funcionario le dijo: 'Señor, ten la bondad de venir antes de que muera mi hijo.
Le dice el cortesano: Señor, baja antes que mi niño muera.
El funcionario le suplica: '¡Señor, baja antes de que mi niño muera!'.
Salten de gozo y alégrense en ti todos los que te buscan, digan siempre: “¡Ensalzado sea Yahvé!” Los que aman tu salvación.
Y le rogaba diciendo: Mi hijita está muriéndose; ven e impónle las manos para que sane y viva.'
Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creéis.
Jesús le dijo: Vete; tu hijo vive. Creyó el hombre en la palabra que le dijo Jesús y se fue.'