Entonces el rey, dirigiéndose al hombre de Dios, dijo: “Implora a Yahvé, tu Dios, y ruégale por mí para que pueda volver a mí la mano.” El hombre de Dios imploró a Yahvé, y el rey pudo volver a sí la mano, que quedó como estaba antes.
Jeremías 42:2 - Biblia Nacar-Colunga y le dijeron: Acepta nuestro ruego y pide por nosotros a Yahvé, tu Dios; por todos estos restos, pues de muchos hemos quedado pocos, como tú ves.' Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros a Jehová tu Dios por todo este resto (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos), Biblia Nueva Traducción Viviente Jeremías el profeta y le dijeron: —Por favor, ora al Señor tu Dios por nosotros. Como puedes ver, somos un pequeño remanente comparado con lo que éramos antes. Biblia Católica (Latinoamericana) para decirle: La Biblia Textual 3a Edicion y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ora por nosotros a YHVH tu Dios por todo este remanente, porque de muchos que éramos, hemos quedado pocos, así como nos están viendo tus ojos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 y dijeron al profeta Jeremías: '¡Ojalá llegue ante ti nuestra súplica! Ruega a Yahveh, tu Dios, por nosotros, por todo este resto, pues de muchos que éramos quedamos unos pocos, como estás viendo con tus propios ojos, Biblia Reina Valera Gómez (2023) y dijeron al profeta Jeremías: Sea acepta nuestra súplica delante de ti, y ora por nosotros a Jehová tu Dios, por todo este remanente (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos), |
Entonces el rey, dirigiéndose al hombre de Dios, dijo: “Implora a Yahvé, tu Dios, y ruégale por mí para que pueda volver a mí la mano.” El hombre de Dios imploró a Yahvé, y el rey pudo volver a sí la mano, que quedó como estaba antes.
Llegue mi deprecación ante tu faz, y, conforme a tu oráculo, sálvame.
Pero el faraón endureció su corazón también esta vez y no dejó salir al pueblo.
Rogad a Yahvé para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y os dejaré ir, y no quedaréis más aquí.”
Cuando alzáis vuestras manos, yo aparto mis ojos de vosotros; cuando multiplicáis las plegarias, no escucho. Vuestras manos están llenas de sangre.'
Si Yahvé no nos hubiera dejado un resto, seríamos como Sodoma, nos asemejaríamos a Gomorra.
Quizá Yahvé, tu Dios, oiga las palabras de Rabsaces, mandado por el rey de Asiría, su señor, para insultar al Dios vivo, y castigue por las palabras que oyó Yahvé, tu Dios. Elévale una súplica por este resto que aún subsiste.
Muchas cosas has visto sin poner en ellas atención; abiertos tenías los oídos, pero no oíste.'
¿En verdad, Joh Yahvé! soy culpable? En el tiempo del infortunio y de la angustia, ¿no te rogaba por el bien de los que me odian?
que dicen a un leño: “Tú eres mi padre,” y a una piedra: “Tú me engendraste.” Pues vuelven hacia mí la espalda, y no su rostro, pero al tiempo de su desgracia dicen: Álzate y sálvanos,
Consulta a Yahvé acerca de nosotros, pues Nabucodonosor, el rey de Babilonia, nos hace la guerra. Quizá haga Yahvé con nosotros según todos sus prodigios, y (aquél) tenga que retirarse de nosotros.
a ver si acaso sus oraciones llegan a la presencia de Yahvé y se convierte cada uno de sus malos caminos, porque grande es el furor y la indignación con que amenaza Yahvé a este pueblo.
Óyeme, pues; ¡oh rey, mi señor! te lo ruego; acoge mi súplica y no me vuelvas a la prisión de la casa de Jonatán, escriba, porque moriré allí.'
y envió el rey Sedecías a Jucal, hijo de Selemías, y a Sofoías, hijo de Mahasías, sacerdote, a Jeremías, profeta, diciéndole: Ruega por nosotros a Yahvé, nuestro Dios.
El rey Sedéelas mandó buscar a Jeremías y le hizo llevar junto a la tercera entrada del templo, y allí le dijo: Voy a preguntarte una cosa. No me ocultes nada.
y Yojanán, hijo de Careaj, llevó aparte a Godolías y le dijo: “Yo iré y mataré a Ismael, hijo de Natanías, sin que nadie lo sepa; no te mate él a ti y se dispersen todos los judíos que se han reunido en torno tuyo y perezcan los restos de Judá.”
Ciertamente os engañáis a vosotros mismos. Me habéis mandado a Yahvé, nuestro Dios, diciendo: Intercede por nosotros cerca de Yahvé, nuestro Dios. Todo lo que diga Yahvé, nuestro Dios, comunícanoslo, y nosotros lo haremos.
Alef. — ¡Cómo se sienta en soledad la ciudad populosa, es como viuda la grande entre las naciones; la señora de provincias ha sido hecha tributaria!'
Pero haré que de ellos quede un corto numero arrancados a la espada, el hambre y la pestilencia, para que cuenten todas sus abominaciones entre las gentes a las que llegaren, y sepan que yo soy Yahvé.
Aunque sean entregados a las naciones, al presente los guardo reunidos, para que sufran algún tiempo la carga del rey y de los príncipes.
lanzaré contra vosotros fieras que devoren vuestros hijos, destrocen vuestro ganado y os reduzcan a escaso número, de modo que queden desiertos vuestros caminos.
e iban a acabar de devorar el verdor de la tierra. Yo dije: ¡Oh Señor, Yahvé, ten piedad! ¿Cómo va a sostenerse Jacob, siendo tan pequeño?
y, si no se acortasen aquellos días, nadie se salvaría; mas por amor de los elegidos se acortarán los días aquellos.'
Simón respondió diciendo: Rogad vosotros por mí al Señor para que no me sobrevenga nada de eso que habéis dicho.
Yahvé te los echará encima hasta que seas exterminado; quedaréis pocos, cuando erais como las estrellas del cielo en muchedumbre, por no haber escuchado la voz de Yahvé, tu Dios.'
Así como se gozaba Yahvé en vosotros haciéndoos beneficios y multiplicándoos, así se gozará sobre vosotros arruinándoos y destruyéndoos. Así seréis exterminados de la tierra en que vais a entrar para posesionaros de ella,
Yahvé os dispersará entre las gentes, y sólo quedaréis de vosotros un corto número en medio de las naciones a que Yahvé os dispersará.
Confesaos, pues, mutuamente vuestras faltas y orad unos por otros para que os salvéis. Mucho puede la oración fervorosa del justo.
y dijeron a éste: “Ruega por tus siervos a Yahvé, tu Dios, para que no muramos, pues a todos nuestros pecados hemos añadido el de pedirnos un rey.”
Lejos también de mí pecar contra Yahvé, dejando de rogar por vosotros; yo os mostraré el camino bueno y derecho.'
y dijeron a Samuel: “No ceses de clamar por nosotros a Yahvé, nuestro Dios, para que nos libre de la mano de los filisteos.”