Los hijos de Sedecías fueron degollados en su presencia; a Sedecías le sacaron los ojos, y, cargado de cadenas de bronce, le llevaron a Babilonia.'
Jeremías 20:4 - Biblia Nacar-Colunga Pues así dice Yahvé: He aquí que te traeré el terror a ti y a todos tus amigos. Y caerán a la espada de sus enemigos a tus propios ojos, y entregaré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, adonde los llevará cautivos y los hará morir a espada. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Porque así ha dicho Jehová: He aquí, haré que seas un terror a ti mismo y a todos los que bien te quieren, y caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en manos del rey de Babilonia, y los llevará cautivos a Babilonia, y los matará a espada. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues esto dice el Señor: “Enviaré terror sobre ti y todos tus amigos y verás cuando sean masacrados por las espadas del enemigo. Entregaré al pueblo de Judá en manos del rey de Babilonia. Él los llevará cautivos a Babilonia o los traspasará con la espada; Biblia Católica (Latinoamericana) Porque así dice Yavé: 'Yo te entregaré al terror, junto con tus amigos, los cuales serán muertos por sus enemigos ante tus propios ojos. La Biblia Textual 3a Edicion Porque así dice YHVH: He aquí Yo te constituyo en terror° para ti y todos tus amigos, y caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán: Entregaré a todo Judá en mano del rey de Babilonia, quien los llevará cautivos a Babilonia y los matará con la espada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues así dice Yahveh: 'Mirad: voy a entregarte al terror, a ti y a todos tus amigos, que caerán bajo la espada de sus enemigos. Lo verán tus propios ojos. Y entregaré a todo Judá en mano del rey de Babilonia, que los deportará a Babilonia y los pasará a cuchillo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque así dice Jehová: He aquí, yo te pondré en espanto, a ti y a todos tus amigos, y caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en mano del rey de Babilonia, y los llevará cautivos a Babilonia, y los matará a espada. |
Los hijos de Sedecías fueron degollados en su presencia; a Sedecías le sacaron los ojos, y, cargado de cadenas de bronce, le llevaron a Babilonia.'
¡Cómo en un punto son asolados! Acaban, y son consumidos por el espanto.
Este pueblo malvado, que rehusa escuchar mis palabras y en la depravación de su corazón se va tras dioses ajenos para servirlos y adorarlos, será como esta faja, que no sirve para nada.
Las ciudades del sur están cercadas y no hay quien las abra. Toda Judá es deportada, en deportación completa.
Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que traeré contra esta ciudad y contra todas las ciudades que de ella dependen todos los males con que les he amenazado, porque han endurecido su cerviz y por no haber escuchado mis palabras,
Y tú, Pasjur, con todos cuantos habitan en tu casa, iréis a la cautividad a Babilonia, y allí moriréis y seréis sepultados tú y todos tus amigos, a quienes profetizaste mentiras.
he aquí que convocaré todas las tribus del aquilón — oráculo de Yahvé — , a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y los haré venir contra esta tierra, y contra sus habitantes, y contra todas las naciones que la rodean, y los destruiré y los convertiré en desolación, objeto de burla y en ruinas eternas.
Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel, a Acab, hijo de Qolayah, y a Sedecías, hijo de Masayah, que mentirosamente os profetizan en mi nombre: He aquí que yo les entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que los ajusticiará a vuestros ojos,
¿Qué veo? Están consternados, vuelven la espalda. Batidos los más valientes, han huido por completo, sin volverse. Terror por doquier, oráculo de Yahvé.
Y se llevó el jefe de la guardia a Saraya, sumo sacerdote, y a Sofonías, el segundo, y a los tres prefectos del vestíbulo.
Y el rey de Babilonia los hizo matar en Ribla, en tierra de Jamat, y Judá fue deportado de su tierra.
No salgáis al campo, no andéis por los caminos, porque la espada del enemigo, el terror, nos rodea.
No haré desaparecer de mi altar a todos tus descendientes, de modo que se consuman sus ojos y desfallezca su alma; pero todos los de tu casa morirán por la espada;'