¿Qué dios de éstos ha librado a su tierra de mi poder, para que pueda Yahvé librar de mi mano a Jerusalén?”
Éxodo 5:2 - Biblia Nacar-Colunga Pero el faraón respondió: “¿Y quién es Yahvé para que yo le obedezca, dejando ir a Israel? No conozco a Yahvé y no dejaré ir a Israel.” Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Ah sí? —replicó el faraón—. ¿Y quién es ese Señor? ¿Por qué tendría que escucharlo y dejar ir a Israel? Yo no conozco a ese tal Señor y no dejaré que Israel se vaya. Biblia Católica (Latinoamericana) Respondió Faraón: '¿Quién es Yavé para que yo le haga caso y deje salir a Israel? No conozco a Yavé y no dejaré salir a Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Faraón respondió: ¿Quién es YHVH, para que yo obedezca su voz y deje ir a Israel? ¡No conozco a YHVH, y tampoco he de soltar a Israel! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió el Faraón: '¿Quién es Yahveh para que yo tenga que escuchar su voz y deje salir a Israel? No conozco a Yahveh ni tampoco dejaré partir a Israel'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel. |
¿Qué dios de éstos ha librado a su tierra de mi poder, para que pueda Yahvé librar de mi mano a Jerusalén?”
¿Qué dios de entre los dioses de esas gentes que destruyeron mis padres pudo salvar a su pueblo de mis manos? ¿Cómo, pues, va a poder vuestro Dios libraros de mi mano?
Que no os engañe, pues, Ezequías; cuando tal cosa quiera persuadiros, no le creáis; que si ningún dios de los de todas esas naciones y reinos pudo librar a sus pueblos de mis manos y de las manos de mis padres, ¡cuánto menos podrá vuestro Dios libraros de mis manos!”
Hablaron contra el Dios de Jerusalén, lo mismo que contra los dioses de las gentes de la tierra, obra de manos de hombres.
Tú obraste prodigios y maravillas contra Faraón, contra sus siervos y contra todo el pueblo de su tierra, porque sabías con cuánta crueldad los habían tratado, y engrandeciste tu nombre como lo es hoy.
porque extendió su mano contra Dios, y se hizo fuerte contra el Omnipotente,
y corrió contra El con erguida cerviz, protegido por sus espesos escudos.
¿Qué es el Omnipotente para que le sirvamos, y qué provecho sacamos de rogarle?”
Nun. Y (dice) el impío en su fatuidad: “¡No atiende, no hay Dios!” Estas son sus cavilaciones.
a los que dicen: “Con nuestra lengua dominaremos; nuestros labios son con nosotros: ¿quién es nuestro amo?”
Al maestro del coro. De David. Dice en su corazón el necio: “No hay Dios.” Se han corrompido, hicieron cosas abominables, no hay quien haga el bien.
Bien sé yo que el rey de Egipto no os permitirá ir sino en mano poderosa.
Pues he aquí lo que dice Yahvé: Para que sepas que yo soy Yahvé, voy a golpear con el cayado que tengo en la mano las aguas del río, y se convertirán en sangre.
No sea que, harto, te desprecie y diga: “¿Quién es Yahvé?” O que, necesitado, robe y blasfeme del nombre de mi Dios.
Pero si decís: No queremos seguir en esta tierra, y no escucháis la voz de Yahvé, vuestro Dios,
Emborrachadle, pues se alzó contra Yahvé. Y Moab se revolcará en su vómito, convirtiéndose en objeto de burla.
Ahora, pues, aprestaos, y, en oyendo el sonido de las trompetas, las cítaras, las arpas, los salterios, las gaitas y toda suerte de instrumentos músicos, postraos y adorad la estatua que yo he hecho, y si no la adoráis, al instante seréis arrojados a un horno encendido. ¿Y quién será el Dios que os libre de mis manos?
Y como no procuraron conocer a Dios, Dios los entregó a su reprobo sentir, que los lleva a cometer torpezas
tomando venganza con llamas de fuego sobre los que desconocen a Dios y no obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesús.
Toda aquella generación fue a reunirse con sus padres, y surgió una nueva generación, que no conocía a Yahvé ni la obra que éste había hecho en favor de Israel.
Los hijos de Helí eran hombres perversos, que desconocían a Yahvé y las obligaciones de los sacerdotes para con el pueblo.
pero Nabal les respondió: “¿Quién es David y quién el hijo de Isaí? Son hoy muchos los siervos que andan huidos de su señor.