Para que allí ofreciesen continuamente, mañana y tarde, a Yahvé holocaustos y cumpliesen cuanto está escrito en la Ley de Yahvé, dada por Yahvé a Israel.
Esdras 3:3 - Biblia Nacar-Colunga Asentaron el altar sobre sus cimientos, aunque había que temer de los pueblos vecinos, y ofrecieron en él holocaustos a Yahvé, el holocausto de la mañana y el de la tarde. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Y colocaron el altar sobre su base, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la mañana y por la tarde. Biblia Nueva Traducción Viviente A pesar de que tenían miedo de los lugareños, reconstruyeron el altar en su sitio original. Luego, cada mañana y cada tarde, comenzaron a sacrificar ofrendas quemadas al Señor sobre el altar. Biblia Católica (Latinoamericana) A pesar del miedo a los paganos, se reconstruyó el altar en el mismo lugar y se ofrecieron en él holocaustos en honor de Yavé: el holocausto de la mañana y el de la tarde. La Biblia Textual 3a Edicion Así, aunque estaban con temor de las poblaciones del país, erigieron el altar sobre su base e hicieron subir sobre él holocaustos a YHVH: holocaustos por la mañana y por la tarde. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Erigieron el altar sobre sus cimientos, a pesar del temor que les inspiraban los habitantes del país, y ofrecieron en él holocaustos a Yahveh, los holocaustos de la mañana y de la tarde. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y asentaron el altar sobre sus bases, aunque tenían miedo de los pueblos de las tierras; y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos a la mañana y a la tarde. |
Para que allí ofreciesen continuamente, mañana y tarde, a Yahvé holocaustos y cumpliesen cuanto está escrito en la Ley de Yahvé, dada por Yahvé a Israel.
Hizo, además, el altar de bronce, de veinte codos de largo, y veinte de ancho, y diez de alto.
Entonces las gentes de aquella tierra intimidaron al pueblo de Judá, queriendo impedir la construcción;'
diciéndole: Torna esos utensilios y ve a llevarlos al templo de Jerusalén, y que la casa de Dios sea reconstruida en su mismo lugar,
El “ariel” tenía doce codos de ancho y doce codos de largo, formando un cuadrado perfecto.