Online nga Bibliya

Mga paanunsiyo


Ang tibuok bibliya Daang Tugon Bag-ong Tugon




Cantares 7:7 - Biblia Nacar-Colunga

¡Qué hermosa eres, qué encantadora, qué amada, hija deliciosa!

Tan-awa ang kapitulo
Ipakita Interlinear Bible

Dugang nga mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

Tu estatura es semejante a la palmera, Y tus pechos a los racimos.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Eres esbelta como una palmera y tus pechos son como los racimos de su fruto.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

¡Qué bella eres, qué encantadora, oh amor, en tus delicias!

Tan-awa ang kapitulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Tu talle se asemeja a la palmera, Y tus pechos, a sus racimos.

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¡Qué bella y qué agraciada! ¡Qué delicioso tu amor!

Tan-awa ang kapitulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Tu estatura es semejante a la palmera, y tus pechos como racimos de uvas.

Tan-awa ang kapitulo
Ubang mga hubad



Cantares 7:7
12 Cross References  

y mis ojos contemplarán a mis enemigos8, y mis oídos oirán a los malvados que se alzan contra mí.


Es mi amado para mí bolsita de mirra, que descansa entre mis pechos.


Esposo. ¡Qué hermosa eres, amada mía! ¡Qué hermosa eres! Tus ojos son palomas.


Tus dos pechos son dos mellizos de gacela, que triscan entre azucenas.


Tu ombligo es un ánfora en que no falta el vino; tu vientre, acervo de trigo rodeado de azucenas.'


Tu cabeza, como el Carmelo; la cabellera de tu cabeza es como púrpura real, entretejida en trenzas. Esposo.'


Esbelto es tu talle como la palmera, y son tus senos sus racimos.


Nuestra hermana es pequeñita, no tiene pechos todavía. ¿Qué haremos a nuestra hermana cuando un día se trate de ella?


Alegraos con Jerusalén y regocijaos con ella todos los que la amáis. Llenaos con ella de alegría los que con ella hicisteis duelo.


Son como espantajos de melonar, y no hablan; I hay que llevarlos, porque no andan; no les tengáis miedo, pues no pueden haceros mal, ni tampoco bien.'


que habite Cristo por la fe en vuestros corazones y, arraigados y fundados en la caridad,


hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a la madurez del varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo,