Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisaí y Azael. Azael era ligero de pies, como un corzo de los campos,
Cantares 2:9 - Biblia Nacar-Colunga Es mi amado como la gacela o el cervatillo. Vedle que está ya detrás de nuestros muros, atisbando por las ventanas, espiando por entre las celosías. Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Mi amado es semejante al corzo, O al cervatillo. Helo aquí, está tras nuestra pared, Mirando por las ventanas, Atisbando por las celosías. Biblia Nueva Traducción Viviente Mi amante es como una gacela veloz o un venado joven. ¡Miren! Allí está, detrás del muro, asomándose por la ventana, mirando dentro de la habitación. Biblia Católica (Latinoamericana) brincando por los cerros, mi amado,
como una gacela o un cabrito.
Ahora se detiene detrás de nuestra cerca,
y se pone a mirar por las ventanas,
a espiar por las rejas. La Biblia Textual 3a Edicion Mi amado es como la gacela o el cervatillo. ¡Mirad! Está tras nuestro muro, Mirando por las ventanas, Atisbando por las celosías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mi amado se parece a la gacela o a un cervatillo. Allá está parado detrás de la cerca, observando por ventanas, atisbando a través de celosías. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mi amado es semejante al corzo, o al cervatillo. He aquí, está tras nuestra pared, mirando por las ventanas, mostrándose por las celosías. |
Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisaí y Azael. Azael era ligero de pies, como un corzo de los campos,
cierva carísima y graciosa gacela; embriáguente siempre sus amores y recréente siempre sus caricias.'
Ponte a salvo como de la mano del cazador el corzo, como el pájaro del lazo del pajarero.
Estaba yo un día en mi casa a la ventana, mirando a través de las celosías,
Esposa.¡Qué hermoso eres, amado mío! ¡Qué agraciado! ¡Nuestro pabellón verdeguea ya!
Antes de que refresque el día y huyan las sombras, vuelve, amado mío, semejante a la gacela o al cervatillo por los montes de Beter.
Esposo. Os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y ciervos del campo, que no despeitéis ni inquietéis a la amada hasta que ella quiera.
Esposo. Os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas y los ciervos, que no despertéis ni inquietéis a mi amada hasta que a ella le plazca.
Huye, amado mío, semejante a la gacela o al cervatillo por los montes de las balsameras.
Y ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo le reconocieron en la fracción del pan.
Investigad las Escrituras, ya que en ellas creéis tener la vida eterna, pues ellas dan testimonio de mí,
porque, si creyerais en Moisés, creeríais en mí, pues de mí escribió él;'
cuando llegué a ser hombre dejé como inútiles las cosas de niño. Ahora vemos por un espejo de modo confuso; entonces veremos cara a cara. Al presente conozco sólo en parte; entonces conoceré como soy conocido.'
Pues como la Ley sólo es la sombra de los bienes futuros, no la verdadera realidad de las cosas, en ninguna manera puede con los sacrificios que cada año sin cesar se ofrecen, siempre los mismos, perfeccionar a quienes los ofrecen.
Me arrojé a sus pies para adorarle, y me dijo: Mira, no hagas eso; consiervo tuyo soy y de tus hermanos, los que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios. Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.'
Mira por la ventana la madre de Sisara, por entre las celosías, y grita: ¿Por qué tarda en venir su carro? ¿Por qué tardan en oírse los pasos de su cuadriga?