El rey le dijo: “Vente conmigo y yo te mantendré durante tu vejez en Jerusalén.”
Mas Barzilai dijo al rey: ¿Cuántos años más habré de vivir, para que yo suba con el rey a Jerusalén?
—No —le respondió—, soy demasiado viejo para ir con el rey a Jerusalén.
El rey dijo a Barcilay: 'Quédate conmigo y yo te mantendré en Jerusalén'.
Pero Barzilai dijo al rey: ¿Cuántos son los días que me restan de vida para que yo suba con el rey a Jerusalem?
Dijo el rey a Barzilay: 'Pasa conmigo y te mantendré a mi lado en Jerusalén'.
Mas Barzilai dijo al rey: ¿Cuántos son los días del tiempo de mi vida, para que yo suba con el rey a Jerusalén?
Barzilai era muy viejo, tenía ya ochenta años y había proporcionado alimentos al rey durante su estancia en Majanaím, pues era hombre muy rico.
Si, muerto, el hombre reviviera, esperaría que pasara el tiempo de mi milicia hasta que llegara la hora del relevo.
Dígoos, pues, hermanos, que el tiempo es corto. Sólo queda que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran;'
no sabéis cuál será vuestra vida de mañana, pues sois humo, que aparece un momento y al punto se disipa.