David dijo al mensajero: “He aquí lo que dirás a Joab: No te apures demasiado por este asunto, porque la espada devora unas veces a uno, otras veces a otro. Refuerza el ataque contra la ciudad y destruyela.” Y alentóle así.
2 Samuel 14:14 - Biblia Nacar-Colunga Porque todos morimos y somos como agua que se derrama en la tierra, que no puede volver a recogerse; que Dios no hace volver las almas. Medite, pues, el rey cómo el fugitivo no quede arrojado de su presencia.' Dugang nga mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que provee medios para no alejar de sí al desterrado. Biblia Nueva Traducción Viviente Todos moriremos algún día. Nuestra vida es como agua derramada en el suelo, la cual no se puede volver a juntar. Pero Dios no arrasa con nuestra vida, sino que idea la manera de traernos de regreso cuando hemos estado separados de él. Biblia Católica (Latinoamericana) Todos estamos condenados a morir: no se recupera el agua que se derrama en el suelo; Dios no hace que vuelvan los muertos. Que el rey, pues, busque los medios para que regrese el que fue exiliado. La Biblia Textual 3a Edicion Pues irremisiblemente hemos de morir, y somos como agua derramada en la tierra, que no puede ser recogida, pero ’Elohim no quita la vida, sino que provee medios para que el desterrado no siga alejado de Él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todos hemos de morir; y como el agua que se derrama en tierra no vuelve a recogerse, así Dios tampoco levanta un cadáver. Piense, pues, sus planes el rey, para no mantener desterrado lejos de él al proscrito. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas en la tierra, que no pueden volver a recogerse; y Dios no hace acepción de personas, sino que provee los medios para que su desterrado no quede alejado de Él. |
David dijo al mensajero: “He aquí lo que dirás a Joab: No te apures demasiado por este asunto, porque la espada devora unas veces a uno, otras veces a otro. Refuerza el ataque contra la ciudad y destruyela.” Y alentóle así.
Si he venido yo a decir esto al rey, mi señor, es porque el pueblo me dio miedo” y me dije: “Voy a hablar al rey, a ver si hace lo que su sierva le diga.
Si, muerto, el hombre reviviera, esperaría que pasara el tiempo de mi milicia hasta que llegara la hora del relevo.
Bien sé que me llevas a la muerte, a la casa de reunión de todos los vivientes.
¿Al que no adula a los príncipes ni prefiere el rico al pobre, porque todos son hechura suya?
Me derramo como agua; todos mis huesos están dislocados. Mi corazón es como cera, que se derrite dentro de mis entrañas.'
Quiébrales, ¡oh Dios! los dientes en la boca; rompe, ¡oh Yahvé! las quijadas de estos leoncillos.'
“¿Acaso el Señor (nos) rechazará por los siglos y no volverá a sernos de nuevo favorable?
Derramaron como agua su sangre en los alrededores de Jerusalén, sin que hubiese quien les diera sepultura.
La duración de nuestros años es de setenta, y óchenla en los más robustos; pero en su mayor parte no son más que penas y vaciedad, porque pasan veloces, y volamos.'
Haces volver al hombre al polvo, diciendo: “Volved, hijos de Adán!”
pero, si no pretendía herirle, y sólo porque Dios se lo puso ante la mano le hirió, yo le señalaré un lugar donde refugiarse.
pues los vivos saben que han de morir, mas el muerto nada sabe y ya no espera recompensa, habiéndose perdido ya su memoria.
¿Quiero yo acaso la muerte del impío, dice el Señor, Yahvé, y no más bien que se convierta de su mal camino y viva?
Confesarán sus iniquidades y las de sus padres por las prevaricaciones con que contra mí prevaricaron,
para los hijos de Israel, para el extranjero y para el que habita en medio de vosotros, para que quien haya matado a alguno sin querer, pueda refugiarse en ellas.
La asamblea librará al homicida del vengador de la sangre, le volverá a la ciudad de asilo donde se refugió, y allí morará hasta la muerte del sumo sacerdote ungido con el óleo sagrado.
porque el homicida debe morar en su ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote, y, muerto ya el sumo sacerdote, podrá retornar a la tierra donde está su posesión.
Enviáronle discípulos suyos con herodianos para decirle: Maestro, sabemos que eres sincero, y que con verdad enseñas el camino de Dios sin darte cuidado de nadie, y que no tienes acepción de personas.
Tomando entonces Pedro la palabra, dijo: En verdad reconozco que no hay en Dios acepción de personas,
porque Yahvé, vuestro Dios, es el Dios de dioses, el Señor de los señores, el Dios grande, fuerte y terrible, que no hace acepción de personas ni recibe regalos,
y asi como a los hombres les está establecido morir una vez, y después de esto el juicio,
Y si llamáis Padre al que sin acepción de personas juzga a cada cual según sus obras, vivid con temor todo el tiempo de vuestra peregrinación,